Portada » Formación y Orientación Laboral » Protección de la Libertad Sindical: Orígenes y Acciones contra la Antisindicalidad
Las conductas antisindicales son comportamientos que menoscaban la libertad y actividad sindical. Pueden originarse en diversos actores, incluyendo los poderes públicos, los empresarios y los propios sindicatos.
Los poderes públicos, en sus distintas ramas, pueden incurrir en acciones que limiten o vulneren la libertad sindical:
El poder legislativo puede ejercer presión indirecta sobre los trabajadores, promoviendo la afiliación a ciertos sindicatos o desincentivando otras opciones, lo que contraviene la libertad sindical. Esto se manifiesta a través de la promulgación de leyes que restringen o limitan los derechos sindicales.
El poder ejecutivo puede influir en el ámbito de la negociación colectiva, impulsando acuerdos que restrinjan los derechos sindicales o beneficien a sindicatos específicos. Asimismo, puede tomar decisiones que impacten la organización y el funcionamiento sindical, como limitar el derecho a la huelga o imponer requisitos excesivos para la convocatoria de elecciones sindicales.
Aunque el poder judicial es crucial para la protección de los derechos sindicales y la resolución de conflictos laborales, se han registrado casos donde tribunales han emitido sentencias o dictámenes que limitan injustificadamente la libertad sindical, como la negación del derecho a la negociación colectiva o a la huelga. Es imperativo que actúe con independencia para asegurar el ejercicio efectivo de estos derechos.
Las conductas antisindicales por parte de los empresarios pueden dirigirse tanto contra los trabajadores individualmente como contra las organizaciones sindicales:
Las conductas antisindicales también pueden ser cometidas por los propios sindicatos, afectando a sus afiliados, a trabajadores no afiliados o a otros sindicatos:
Existen diversas vías para actuar contra las conductas antisindicales, dependiendo de su origen: