Portada » Español » Trastornos de la Comunicación en Niños: Clasificación y Protocolos de Evaluación Logopédica
A continuación, se describen los principales trastornos del lenguaje presentes en el Trastorno del Espectro Autista (TEA):
Se define como el grado de audición que se pierde, medido audiométricamente en decibelios.
Es una discapacidad multisensorial, ya que afecta simultáneamente a la vista y a la audición.
Evaluamos el grado de reconocimiento no solo de los sonidos, sino del ruido en general. Para ello, haremos una actividad en la que en el ordenador se irá reproduciendo un ruido blanco, en el que eventualmente aparecerán sonidos (un timbre, el mugido de una vaca, un coche, un discurso de Mariano Rajoy…). Cuando el niño los detecte, debe coger la tarjeta con el dibujo que corresponda con ese sonido (tarjeta con el dibujo de un timbre, una vaca, un coche, etc.).
Se evalúa la capacidad para diferenciar sonidos lingüísticos, como palabras o frases, eligiendo la respuesta de entre varias opciones. Usaremos una tarea en la que se irán reproduciendo palabras, y el niño deberá pulsar un botón verde si aparecen dos palabras con la misma rima (por ejemplo, botón/ratón).
No solo es importante identificar, sino también diferenciar los sonidos lingüísticos y seleccionarlos entre palabras o frases. Para ello, usaremos una tarea en la que el niño deba diferenciar palabras que solo tengan un fonema diferente (técnica similar a los pares mínimos).
Con esta tarea evaluamos la capacidad del niño para reconocer el lenguaje en situaciones semiabiertas. Para ello, usaremos una tarea de comprensión de relatos con apoyo visual de imágenes.
Examinaremos la capacidad del niño para comprender el contenido lingüístico en una situación abierta y no controlada. Para ello, utilizaremos una tarea estándar de seguimiento de órdenes.
Desfase cronológico de tipo evolutivo a nivel lingüístico. No tiene asociada ninguna otra alteración aparente a nivel cognitivo, sensorial, motriz o psicológico. Desaparece con el tiempo y mejora con tratamiento. Todos los componentes del lenguaje están afectados, pero la comprensión es mejor que la expresión.
Problema en la articulación de los fonemas a partir de los 4 o 5 años, que no tiene causa física.
Actividad: El niño tiene el poder de crear palabras mágicas especiales. Cada palabra estará compuesta por una consonante seguida de una vocal, formando una sílaba abierta. El niño elige diferentes consonantes y vocales para crear sus palabras mágicas. Por ejemplo, puede combinar «m» con «a» para crear la palabra «ma», o «s» con «i» para crear la palabra «si». Después, pronuncia las palabras en voz alta y las registra, dándoles un toque visual y creativo al dibujarlas en un papel.
Repetición y evocación de grupos de sílabas o palabras. Se utilizan imágenes asociadas a cada grupo para facilitar la comprensión. El niño repite en voz alta los grupos y nombra las imágenes correspondientes. Se evalúa la precisión, fluidez y capacidad de evocación del niño.
El niño crea un cuento breve utilizando imágenes proporcionadas, organizándolas en una secuencia lógica. Luego, narra el cuento en voz alta, describiendo las acciones y eventos en cada imagen. Se registra el número de errores de pronunciación y dificultades en la inteligibilidad. Al finalizar, se calcula el porcentaje de consonantes correctas para evaluar la inteligibilidad del niño. Esta actividad fomenta la imaginación, el lenguaje expresivo y la asociación entre el lenguaje y las representaciones visuales.
Se presentan al niño pares de palabras que se distinguen por un único fonema. Por ejemplo, «sol-col», «gato-dato». El niño escucha cada par de palabras y se le pide que indique si las palabras son iguales o diferentes. Puede hacerlo levantando una tarjeta correspondiente a «igual» o «diferente», o mediante alguna otra forma interactiva. Se registra la precisión del niño al discriminar los pares mínimos, lo que proporciona información sobre su capacidad para identificar y diferenciar los fonemas auditivamente.
Se proporcionan al niño tarjetas o imágenes que representan diferentes elementos de una historia. El niño organiza las tarjetas en el orden correcto para formar una historia coherente y luego narra la historia en voz alta. Se observa si hay errores articulatorios consistentes en la pronunciación. El examinador evalúa la persistencia y consistencia de los errores a lo largo de la narración.
En esta actividad se llevan a cabo diversas tareas de manipulación de segmentos de palabras, sílabas y fonemas para evaluar la conciencia fonológica del niño. Se presentan palabras o series de sonidos al niño y se le pide que realice diferentes acciones, como omitir un fonema específico, sustituir un fonema por otro, identificar la posición de un sonido en una palabra o secuenciar sonidos en el orden correcto. Por ejemplo, se podría presentar la palabra «gato» y pedirle al niño que diga la palabra sin el sonido /g/. O se le podría presentar una serie de sonidos como /m/, /s/, /e/ y /a/ y se le pide que los coloque en el orden correcto para formar una palabra.
Trastornos y alteraciones de la articulación que se producen como consecuencia de lesiones en el sistema nervioso, central y/o periférico, y que afectan a la musculatura de los órganos fonatorios.
Según su localización, sus características articulatorias y sus características sintomatológicas, pueden ser:
Los aspectos a evaluar son los mismos que en la dislalia, pero se recomienda una exploración orofacial de labios, lengua, maxilares, paladar, cavidad oral y fosas nasales (por ejemplo, la guía del Colegio de Logopedas de Barcelona).
Las disglosias afectan a diferentes órganos del habla en función de las causas que las originen, que pueden ser malformaciones congénitas, traumatismos o accidentes, o trastornos y dificultades de crecimiento.
Los aspectos a evaluar son los mismos que en la dislalia, pero se recomienda exploración orofacial y análisis acústico.
Trastorno de la fluidez, sinónimo de tartamudez. Son interrupciones de la fluidez del habla, bloqueos o espasmos, que no se dan de manera aislada sino con cierta frecuencia, y que se acompañan normalmente de tensión muscular en cara y cuello, miedo y estrés.
Preparar una serie de frases o breves historias que contengan diferentes tipos de estructuras lingüísticas, como oraciones simples y complejas. Presentar las frases o historias al niño, ya sea impresas en tarjetas o mostradas en una pantalla. Pedir al niño que lea las frases o historias en voz alta. Se debe prestar atención a la fluidez del niño, observando si hay repeticiones de palabras o sonidos, bloqueos o prolongaciones excesivas, o cualquier otro tipo de interrupción en el flujo del habla. Repetir el proceso con diferentes frases o historias, asegurándose de incluir una variedad de estructuras lingüísticas y vocabulario.
