Portada » Economía » Transformación de Cadenas Agroalimentarias: Sostenibilidad, Calidad y Mercado Global
La **cadena o filiera agroalimentaria** es una herramienta que se utiliza para analizar los flujos de intercambio (monetarios, unidades físicas) que se establecen entre las diferentes etapas o actividades que participan en la transformación de la materia prima para conseguir un producto final. El concepto de cadena agroalimentaria está relacionado con el de **sistema agroalimentario**, pero este último es más amplio y se refiere al conjunto de sectores que interactúan entre sí para la producción de un alimento y su distribución comercial al por menor para el consumidor.
Desde principios de los años noventa, se asiste a la **globalización de la economía**, lo que ha supuesto una mayor dispersión geográfica de las actividades y una creciente integración de las economías nacionales en la economía mundial, con productos o servicios que se comercializan a escala global. La **cadena de valor global** supone un nuevo enfoque analítico que facilita el estudio y la comprensión de cómo los países y las empresas participan en la economía mundial. Esto proporciona una imagen del proceso de creación y distribución del **valor añadido** de un producto o servicio que se ha conseguido gracias a una internacionalización y segmentación de los procesos productivos. La producción, distribución y consumo de un producto está repartido a escala global, por lo que es más correcto utilizar el término de cadena de valor global. La gestión de cadenas globales está basada en el capital fraccionado de grandes empresas multinacionales.
El escenario actual se caracteriza por:
Esto ha llevado a un nuevo modelo en el que destaca la importancia de los **socios**, se establecen **relaciones a largo plazo**, se aprovechan las **sinergias**, se fomenta la **transparencia mutua** y la **comunicación continua** entre proveedores y cadenas de mercado, y se valora la **innovación** mediante la reducción del ciclo de vida de los productos. Esta evolución, impulsada por la alta competencia actual en el mercado, se ve favorecida por una fuerte inversión destinada a la mejora continua y a la satisfacción del cliente.
La cadena actual es muy diferente a la tradicional, con flujos en ambos sentidos, encontrando la siguiente secuencia:
Productores agrícolas → Industria agroalimentaria (Horeca, tienda tradicional) → Gran distribución (actor clave) → Consumidores finales (hogares, tienda tradicional).
En estas cadenas globales podemos distinguir una serie de dimensiones:
La comercialización de los productos ecológicos presenta tres canales de venta: el canal especializado, el canal convencional y “otros canales”, dentro de los cuales se encuentran los **canales cortos**, el autoconsumo y el canal HORECA.
Desde este punto de vista, para definir un canal como corto, se debe analizar el número de intermediarios entre los productores (agricultores) y los consumidores, pues esto es lo que va a determinar el tamaño de los canales de distribución. Por lo tanto, el **canal corto** es la articulación entre los productores y los consumidores y se da cuando esta articulación tiene lugar directamente o mediante la participación de un solo intermediario. Un **canal largo** se da cuando la conexión entre los productores y consumidores tiene lugar con un mínimo de dos intermediarios (mayorista y minorista).
Los canales se definen en base al número de agentes que intervienen en el canal: cuando es largo, es porque el número de agentes es de más de dos y además utilizan los canales convencionales para el producto; en el canal corto se opera de forma más “face to face”, y es que en estos canales solo participan el productor y el consumidor, o como máximo un intermediario. Los canales cortos están orientados a la satisfacción de las necesidades básicas y la supervivencia de las pequeñas explotaciones; se fomenta una proximidad física entre productores y consumidores para favorecer el intercambio de conocimientos y la valorización de productos locales; la organización está basada en mecanismos horizontales y democráticos. En los canales cortos no solo influye el número de agentes.
Una versión de canal corto es desde el punto de vista de la ecología. En esta versión, tanto el consumidor como el productor tienen interés en productos de calidad, saludables y sostenibles, entre otros. Estas personas utilizarán cauces distintos para la venta de los productos, ya que se producen y venden de forma diferente; es decir, utilizan un canal más específico para vender los productos ecológicos y, además, son canales cortos.
Sobre el canal corto se pueden incluir matizaciones, que le confieren una nueva versión desde el punto de vista de la **agroecología**, en la que el productor y el consumidor tienen una serie de motivaciones relacionadas con la salud, la calidad o el medioambiente. Con estas matizaciones, podemos hablar de canal corto desde la agroecología.
Las motivaciones de los productores y consumidores para la construcción de **canales de comercialización alternativos** son medioambientales, de calidad de los productos y de salud. Además, manifiestan un sentido crítico con la configuración del sistema agroalimentario actual, deseando transformarlo y participar en su gestión para mejorar la satisfacción de las necesidades alimentarias de la población.
La **Agroecología** es un enfoque alternativo a la Ciencia Convencional para el análisis de los sistemas agroalimentarios y el diseño de formas de manejo participativo de los recursos naturales. Tiene 3 dimensiones:
Principales características de los canales cortos desde el enfoque de la Agroecología:
EJEMPLO DE CANAL CORTO: COOPERATIVA LA ORTIGA
Las etiquetas o sellos de calidad aportan información a los consumidores sobre el proceso de elaboración, origen, etc., y los alimentos con estas certificaciones se convierten en bienes de confianza, lo que favorece su venta. Satisfacen las nuevas tendencias de consumo en las sociedades postindustriales, preocupadas por la vinculación entre alimentación y salud, y que demandan alimentos de calidad y valores como la tradición o la naturaleza.
La marca de miel San Francisco vende dos productos muy diferentes: uno muy poco diferenciado de dudoso origen y otro muy diferenciado con **Denominación de Origen** en España. Esta estrategia busca maximizar la rentabilidad. Las empresas suelen aplicar dos estrategias: productos con bajo volumen de ventas pero alto margen de ganancia, y productos con alto volumen de ventas pero menor margen.
Con el reconocimiento de la **producción ecológica**, los productores obtienen una **propiedad intelectual** y favorecen su diferenciación respecto a productos similares. Además, el distintivo de calidad facilita las relaciones con la gran distribución comercial y mejora la participación de los productores en el **valor añadido** que genera la venta del producto. La calidad es un factor determinante del producto. Esta estrategia de calidad diferencial, basada en la forma de producción, se sustenta en 4 elementos clave:
Existen dos modelos que conviven en la producción de alimentos ecológicos: la **agricultura de subsistencia** y el **agronegocio**.
La **agricultura tradicional** constituía una actividad fuertemente localizada y arraigada en el ámbito local. Las prácticas agrícolas y las aportaciones de la ganadería favorecían la recuperación de la tierra, y los productos agrarios se destinaban al consumidor local.
En la **etapa tradicional**, la agricultura era una actividad donde el producto agrario se transformaba poco. Era una cadena local de radio corto y venta directa, sin etiquetas, basada en productos locales cuya garantía residía en el vendedor. Este modelo ha ido disminuyendo con el tiempo, y la «marca local» se ha degradado.
La **agricultura actual** no produce productos finales; se ha convertido en una actividad económica que genera **bienes intermedios** para la **Industria Agroalimentaria**, la cual asume la elaboración de los alimentos. Es decir, los productos agrarios no son productos finales, sino insumos para el producto final. La Industria Agroalimentaria se abastece a escala global, ha generalizado la transformación industrial para la producción de alimentos y ha **perdido sus vínculos con los consumidores**.
Este modelo presenta ventajas, como la **elevación de la productividad** y el **aumento de la producción total**, pero también inconvenientes, como los **costes ambientales**, los **costes sociales** y la **disminución de la renta de los productores locales**, ya que estos son los menos competitivos.
La **gran distribución comercial** ha asumido el control del sistema agroalimentario y selecciona a sus proveedores de acuerdo con exigentes condiciones en cuanto a precio, calidad, condiciones de pago, etc.
La participación en las **cadenas agroalimentarias globales** y el acceso al mercado final resulta cada vez más difícil, lo que genera una disparidad entre productores menos competitivos con costes elevados y aquellos con importantes **economías de escala**. Esto favorece a unos pocos, siendo competitivos quienes están insertos en las cadenas globales. En todas las cadenas globales, el origen de los productores es importante, y la administración se ocupa de ello. Sin embargo, las grandes empresas a menudo se aprovechan de la falta de precisión de la UE en la indicación de la procedencia del producto.
Este tipo de comercio experimentó un gran auge a partir de la crisis del COVID-19, puesto que antes de la pandemia, representaba un escaso porcentaje de las ventas de alimentos en España, y aunque sigue siendo minoritario, ha crecido considerablemente.
La crisis sanitaria actual ha impulsado el desarrollo del comercio electrónico de alimentos. Al principio, la situación fue caótica debido a la falta de infraestructuras y de un tejido empresarial adecuado para desarrollar el comercio online de alimentos y satisfacer la demanda de los consumidores.
En la actualidad, básicamente, se distinguen tres modelos para impulsar el “ecommerce”:
Producir y vender de forma diferente, con soluciones que no suponen elevados niveles de renta para los productores, dado que la mayor parte de los productos se comercializa en las cadenas de supermercados. Los canales cortos son alternativas que, si bien representan bajos niveles de venta frente a las grandes empresas, ofrecen ventajas en cuanto a los precios, ya que estos son negociables y no impuestos por las grandes empresas.
Los **canales cortos de comercialización de alimentos ecológicos** constituyen un importante apoyo para la supervivencia de los **pequeños productores locales** y para el **Desarrollo Rural sostenible**, además de ser un marco de referencia clave para estudiar alternativas al Sistema Agroalimentario actual.
Las **marcas ecológicas** y de **territorio** (signos de calidad diferencial) cumplen diversas funciones o utilidades para los productores, tales como:
La **gestión de la cadena agroalimentaria** se encarga de impulsar la producción y todas las actividades necesarias para suministrar los productos al consumidor de forma eficiente. La cadena agroalimentaria tradicional tiene la siguiente estructura: (DESPUÉS ESQUEMA C.A TRADI)
El **escenario actual**, caracterizado por el aumento de la competencia, la especificidad de la demanda, y la importancia de la calidad, el precio y la seguridad sanitaria, ha impulsado un **nuevo modelo de cadena alimentaria**.
Este nuevo modelo está basado en:
Esto da lugar a una cadena agroalimentaria actual que es la que determina la demanda. (DESPUÉS DE ESTO ESQUEMA DE C.A ACTUAL)
En la gestión de las **cadenas globales** existen una serie de elementos clave:
La distribución posee un cierto reparto de la cuota de mercado. En el sistema actual, algunas cadenas ganan mientras otras se ven perjudicadas y descienden en poder, siendo **Mercadona** un líder destacado en España. Como resultado, las cadenas que logran una mejor adaptación y desarrollo de estos elementos se posicionan como líderes en el sistema local de comercio.
(Ejemplo de cadena global: Mercadona, líder de la distribución comercial de alimentos en España).
Estas fuentes tienen un **objetivo general**: aportar transparencia al mercado agroalimentario, y diversos **objetivos específicos**:
La importante **crisis de rentabilidad económica** que afecta a la agricultura española en general, y andaluza en particular, tiene importantes repercusiones. El análisis y la estimación deben llevarse a cabo mediante **fuentes primarias** (consultas a consumidores, industrias, cadenas, etc.). Realizarlo de forma individual y personal puede resultar muy costoso, por lo que es oportuno consultar **fuentes públicas**, como el **Observatorio de Precios y Mercados**.
La principal consecuencia de esta realidad es la **falta de población joven en el campo**, ya que este sector resulta poco atractivo para la juventud, lo que lleva a la desaparición progresiva de explotaciones. Según el **Ministerio de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente** (año 2017), la distribución de las **Ayudas Directas de la PAC** se destinaba en un 40% a perceptores mayores de 65 años y, únicamente, un 8,6% a menores de 40 años.