Portada » Filosofía » Teorías y Debates Clave sobre la Democracia Política
Tanto federalistas como antifederalistas estaban de acuerdo en que la forma de gobierno de la República debía ser el gobierno representativo.
La teoría que defiende una concepción de la democracia como democracia mínima ha sido hegemónica desde la definición pionera de Schumpeter (1942), quien tiene una visión positiva de la democracia.
En Capitalismo, Socialismo y Democracia (1942), Schumpeter define la democracia como: “Aquel sistema institucional para llegar a las decisiones políticas en las que los individuos adquieren la capacidad de decidir por medio de una lucha de competencia por el voto del pueblo.”
Frente a las definiciones clásicas, la perspectiva minimalista define la democracia como una competición abierta por el voto del pueblo.
El valor de la competición es doble:
Para Downs, en su Teoría Económica de la Democracia (1957), las características de un gobierno democrático son:
Para Schumpeter, la democracia es el método institucional por el que los ciudadanos adquieren la capacidad de decidir por medio de una competición por el voto del pueblo.
Desde esta definición, no existe nada entre las élites y los ciudadanos. En esta descripción de democracia apenas se presta atención a los grupos intermedios: partidos, sindicatos, asociaciones profesionales, que canalizan y articulan los intereses de los ciudadanos.
En la definición de Schumpeter, implícitamente se distinguen dos clases sociales: las élites (gobierno) y los ciudadanos que votan, sin tener en cuenta los intermediarios.
Para los pluralistas, es inconcebible la democracia sin incluir todas estas organizaciones que canalizan las decisiones de los ciudadanos.
El pluralismo democrático trata de subsanar estas limitaciones en el concepto de democracia mínima. Desde la visión pluralista, se analiza la interrelación entre la competición electoral y la articulación y representación de intereses por parte de estas organizaciones intermedias.
La política moderna consiste en la competición por acceder al gobierno entre las organizaciones políticas que representan los intereses de los diferentes grupos sociales que conviven en las sociedades contemporáneas.
Los pluralistas consideran, al igual que Schumpeter, que la democracia es un procedimiento, pero se diferencian en su concepción del poder en las sociedades contemporáneas. No consideran que exista una única visión entre élites y ciudadanos, sino que existen muchos determinantes en la distribución del poder: clase, raza, género, religión. Además, ninguno de estos grupos tiene una posición hegemónica sobre el resto. El poder no se distribuye y los intereses de las clases sociales no se imponen unos sobre otros.
Para los pluralistas, al igual que para Madison, las facciones son la contrapartida de la libertad, en concreto de la libertad de asociación. No se puede acabar con las facciones sin acabar con la libertad. Las facciones no solo son una amenaza para la democracia, sino que son una fuente de estabilidad y una expresión central de esta. La existencia de diversos intereses en conflicto es la base del equilibrio democrático y del buen desarrollo de las políticas públicas.
El gobierno democrático se caracteriza por su continua aptitud para responder a las preferencias de los ciudadanos, sin establecer diferencias políticas entre ellos.
Para que el gobierno responda ante las demandas de los ciudadanos sin distinciones políticas, todos ellos deben tener oportunidades para:
Esta definición de la democracia es liberal y comparte con el enfoque de la democracia mínima una concepción procedimental de la democracia. Aunque conviene distinguir que en Dahl el procedimiento es un medio para lograr un gobierno democrático y no la definición en sí misma.
Se diferencia del enfoque de Schumpeter en su concepción de la distribución del poder dentro de la sociedad, que es muy diferente. Para Dahl, el poder se distribuye descentralizándose; hay muchos frentes del poder en las sociedades modernas. De ahí el título de su libro: La Poliarquía.
La democracia consiste en la articulación de esos diversos intereses a través de diversas organizaciones que compiten por el poder.
Lukes, en su trabajo clásico sobre el poder, El Poder: Un Enfoque Radical (1974), identifica tres concepciones del poder:
La primera concepción del poder que analiza se corresponde con la concepción pluralista. De acuerdo con Lukes, los trabajos empíricos pluralistas analizan la distribución del poder estudiando qué grupo prevalece en las decisiones adoptadas para solucionar un determinado conflicto.
Uno de los estudios clásicos pluralistas sobre la distribución del poder en las democracias es el trabajo de Robert Dahl, Who Governs? Democracy and Power in an American City (1961). En este trabajo, pretende analizar la distribución del poder en una ciudad norteamericana: New Haven. El diseño metodológico de este trabajo consiste en estudiar tres políticas clave: la educación, la pobreza y el medio ambiente.
Lo que hace Dahl en este estudio es analizar qué demandas e intereses han prevalecido en las decisiones sobre cada una de las políticas. Analiza los grupos implicados en el proceso de toma de decisiones: ¿Quién tiene la iniciativa en este proceso? ¿Qué grupos tienen el derecho a veto? ¿Qué decisiones adoptan finalmente?
La conclusión de Dahl en este trabajo es que en cada una de estas áreas han prevalecido los intereses de un grupo social diferente. Además, el grupo social o clase social que ha logrado imponer sus demandas en cada una de estas áreas es distinto; no siempre prevalecen los intereses del mismo grupo.
Dahl corrobora con los resultados de este estudio empírico la tesis pluralista sobre la distribución del poder. El poder, para Dahl, se distribuye entre los distintos grupos sociales y, además, no existe un solapamiento del poder entre estos grupos sociales que sea transversal a las distintas áreas políticas.
Metodológicamente, el diseño para analizar la distribución del poder consiste en estudiar en una determinada política las demandas existentes, qué grupos sociales apoyan esas demandas y qué grupos prevalecen en el proceso de toma de decisiones.
Una de las críticas más influyentes al enfoque pluralista es el artículo de Bachrach y Baratz.
Bachrach y Baratz consideran que los pluralistas, en sus estudios sobre el poder, analizan el proceso de toma de decisiones, la iniciativa, la implementación y el veto. Pero estos autores consideran que el poder no solo se ejerce logrando que tus intereses prevalezcan en un conflicto, sino también, delimitando el ámbito de toma de decisiones, limitando el ámbito de decisiones hacia cuestiones poco conflictivas.
Para Bachrach y Baratz, un estudio empírico sobre la distribución del poder implica analizar el proceso de toma de decisiones y también los sesgos en este proceso. Analiza tanto las decisiones como las no-decisiones:
Para Bachrach y Baratz, no solo se debe estudiar el conflicto, sino también la configuración de la agenda. Por lo tanto, deben estudiarse las demandas, pero también aquellas cuestiones que no se articulan, que no se politizan, que no se canalizan en el proceso político.
Además, consideran que el procedimiento de toma de decisiones no es necesariamente neutral. Para estos autores, las reglas del juego no siempre son neutrales y operan en beneficio de ciertos grupos y en perjuicio de otros.
Para Lukes, el análisis de Bachrach y Baratz tiene elementos en común con el análisis de los pluralistas.
Cuando Bachrach y Baratz analizan el control de la agenda, están, al igual que los pluralistas, centrando su análisis en el procedimiento político y en las demandas. La diferencia con los pluralistas es que los pluralistas analizan qué grupo prevalece, y Bachrach y Baratz incluyen en el análisis las demandas que no se politizan, las que son excluidas de la agenda.
Lukes considera que A ejerce el poder sobre B obligándole a hacer algo que B no desea. Pero también ejerce el poder sobre B condicionando los deseos y preferencias de B.
Es difícil establecer mecanismos de democracia participativa en una comunidad política tan grande como el estado-nación. Es más factible en comunidades pequeñas.
Cuando se introducen preguntas sobre política, los niveles de información política son muy bajos. Ciudadanos poco informados no pueden tomar decisiones sobre el futuro de la comunidad.
Un gran número de autores han resaltado las ventajas de introducir procedimientos deliberativos para adoptar decisiones colectivas. Entre estos autores se encuentran: James Fearon, Jürgen Habermas, James Fishkin, Robert Luskin.