Portada » Psicología y Sociología » Sexualidad, Bioética y Derechos: Un Recorrido por Conceptos Clave y Salud Pélvica
El artículo 4° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece que toda persona tiene derecho a la protección de la salud, a decidir de manera libre, responsable e informada sobre el número y espaciamiento de sus hijos, a un medio ambiente sano, a una vivienda digna y decorosa, y a la igualdad entre mujeres y hombres.
El principio de autonomía en bioética implica la capacidad de una persona para tomar decisiones informadas sobre su cuerpo y su salud, sin coacción y con plena libertad, respetando su dignidad y su voluntad.
Las siglas LGBTTTIQ+ significan:
A partir del siglo XIX, especialmente en Europa occidental, la sexualidad comenzó a ser un tema central en discursos médicos, jurídicos y religiosos, como forma de control social. Michel Foucault señala que, más que represión, hubo una proliferación de discursos sobre la sexualidad.
El discurso médico del siglo XIX buscó:
La Bioética feminista postula la idea de justicia distributiva y equidad estructural.
En la Edad Media, la sexualidad fue regulada estrictamente por la Iglesia, que impuso normas morales rígidas. Se condenó el placer sexual fuera del matrimonio, se persiguió la homosexualidad y se promovió la castidad y la virginidad como virtudes superiores.
En la antigua Mesopotamia, especialmente en Sumeria y Babilonia, existía un culto a la fertilidad ligado a diosas como Inanna o Ishtar. La prostitución sagrada era parte de los rituales religiosos, y el incesto se permitía en ciertos niveles de la realeza como símbolo de pureza divina o linaje sagrado.
En el Antiguo Egipto, la mujer gozaba de ciertos derechos civiles y sexuales. Podía poseer propiedades, divorciarse, participar en contratos legales y tenía mayor libertad en su sexualidad que en otras culturas contemporáneas.
La bioética del cuidado critica a la bioética tradicional desde la importancia de los vínculos afectivos, la empatía, la interdependencia, la atención a la vulnerabilidad humana y el cuidado como base moral. Propone que la ética debe centrarse más en el contexto y en las relaciones que en principios universales abstractos.
El trastorno del deseo sexual hipoactivo se caracteriza por una disminución o ausencia persistente del interés o deseo sexual, que causa malestar significativo o problemas en la relación.
La anorgasmia es una disfunción sexual que consiste en la incapacidad recurrente o persistente para alcanzar el orgasmo, a pesar de una estimulación sexual adecuada. Puede tener causas físicas, psicológicas o ambas.
La dispareunia es el dolor genital persistente o recurrente que ocurre antes, durante o después de las relaciones sexuales. Puede deberse a factores físicos (infecciones, problemas hormonales, malformaciones) o psicológicos (ansiedad, trauma).
Tiene como propósito promover, proteger y asegurar el goce pleno de los derechos humanos y libertades fundamentales por todas las personas con discapacidad.
El objetivo principal de la Ley General de Salud en México es regular el derecho a la protección de la salud de todos los habitantes del país, estableciendo bases y modalidades para el acceso a servicios de salud, medicamentos, prevención de enfermedades y promoción de la salud.
Los principales mitos sociales que limitan el ejercicio de la sexualidad de personas con discapacidad incluyen:
Todos estos mitos refuerzan la exclusión y discriminación.
No, las normas sobre sexualidad varían entre culturas. Cada sociedad establece diferentes reglas, valores y prácticas en torno a la sexualidad, influenciadas por factores religiosos, históricos, legales y sociales. Lo que es aceptable en una cultura puede estar prohibido o mal visto en otra.
Además de las fasciales, el suelo pélvico está conformado por:
Algunas disfunciones sexuales que pueden relacionarse con problemas en el suelo pélvico incluyen:
Un prolapso es el descenso o caída de uno o más órganos pélvicos (como la vejiga, el útero o el recto) debido a la debilidad o daño del suelo pélvico. Esto puede provocar sensación de “bulto”, pesadez, molestias al caminar o tener relaciones, e incluso problemas urinarios o intestinales.
La fisioterapia del suelo pélvico se indica también en los siguientes casos: