Portada » Historia » Revoluciones y Unificaciones: La Era de Cambios en Europa y América (Siglos XVIII-XIX)
Los orígenes de la independencia de los colonos americanos se remontan a la Guerra de los Siete Años (1756-1763) entre británicos y franceses. Gran Bretaña trató de resarcirse del coste de la guerra creando nuevos impuestos en sus colonias, que estas se negaron a pagar. Varios impuestos fueron suprimidos, pero se mantuvo el impuesto sobre el té. La concesión en 1773 del monopolio de la venta del té a la Compañía de las Indias Orientales perjudicó a los comerciantes locales.
La respuesta fue el Motín del Té, en el que unos jóvenes lanzaron al mar los cargamentos que la Compañía tenía en el puerto de Boston. El gobierno británico respondió con el cierre del puerto y una multa elevada a los habitantes. En septiembre de 1774, las colonias se reunieron en Filadelfia para elaborar una lista de agravios. El 4 de julio de 1776 fue proclamada la independencia de los Estados Unidos de América en una declaración redactada por Thomas Jefferson.
Los insurgentes, dirigidos por George Washington, se enfrentaron a los británicos con una táctica de guerrillas.
En octubre de 1781, las tropas británicas fueron derrotadas en Yorktown. La paz se restableció con el Tratado de Versalles, por el que el Reino Unido reconocía la independencia de los Estados Unidos de América.
La Constitución de Estados Unidos estableció la división de poderes en tres ramas:
El sistema de la Restauración se diseñó en el Congreso de Viena con el objetivo de restablecer el equilibrio entre las potencias europeas. Se diseñó un nuevo mapa político: se creó la Confederación Germánica, y Prusia y Rusia incrementaron sus territorios. Polonia continuó ocupada por Austria, Rusia y Prusia. Se creó el Reino de los Países Bajos. Suecia se anexionó Noruega.
Se formó además la Cuádruple Alianza entre Austria, Rusia, Prusia y Reino Unido, una alianza militar para defender el orden creado. La Santa Alianza fue una coalición entre Rusia, Austria y Prusia que tenía un fin diferente a las alianzas estratégicas que surgieron del Congreso de Viena. La Santa Alianza perseguía el mantenimiento del absolutismo. Su principal actuación tuvo lugar en España en 1823, donde envió a los Cien Mil Hijos de San Luis.
Las revoluciones de 1820-1825 se extendieron por otras áreas mediterráneas y por la América española. También se incluye en esta fase la lucha de Grecia contra el Imperio Otomano.
La oleada revolucionaria de 1830 comenzó en Francia. Fue una revolución que se inició en París en medio de una crisis agrícola y financiera. Las Jornadas de Julio (28, 29 y 30 de julio), con barricadas en París y la complicidad del ejército, obligaron a Carlos X a exiliarse. Se iniciaba así el reinado de Luis Felipe de Orleans. Sin embargo, una vez en el poder, fue aumentando sus tendencias autoritarias.
Las revoluciones de 1848 se debieron a un conjunto de causas económicas, de política internacional y sociales. La revolución comenzó en Francia por la prohibición de actos reivindicativos en París. El nuevo Gobierno adoptó medidas de carácter revolucionario: convocó elecciones por sufragio universal masculino, abolió la esclavitud, creó Talleres Nacionales para dar trabajo a los obreros en paro, redujo la jornada laboral y reconoció el derecho a huelga. El triunfo de los conservadores en las elecciones de abril limitó estas medidas, lo que provocó motines populares.
Los propietarios apoyaron la candidatura de Luis Napoleón. En la península italiana, los revolucionarios demandaban Constituciones liberales. En los Estados alemanes, las revueltas se extendieron a varios territorios, lo que obligó a convocar un Parlamento alemán en Frankfurt. En el Imperio Austriaco, el emperador tuvo que hacer frente a los movimientos nacionalistas de húngaros y checos.
Desde 1848, Víctor Manuel II de Saboya, rey del Piamonte-Cerdeña, dirigió el proceso unificador. Para ello contó con la ayuda de Cavour, primer ministro desde 1852. Se alió con Francia para luchar contra Austria, que fue derrotada. En 1860, tras un referéndum, Parma, Módena, Romaña y Toscana se unieron al Piamonte.
Cavour envió a Garibaldi y sus «Mil Camisas Rojas» a Sicilia. Sicilia en el sur y Las Marcas y Umbría en el centro de Italia fueron incorporadas al reino de Piamonte.
La Guerra Austro-Prusiana (1866), en la que Italia se alió con Prusia contra Austria, finalizó con la derrota austriaca, que cedió Venecia a Italia. Finalmente, Roma quedó unida a Italia y fue proclamada capital del nuevo Estado tras la derrota de Francia en Sedán (1870). Sin embargo, el Papa no reconoció la anexión.
Los Estados alemanes, excepto Austria, habían formado en 1834 una unión aduanera (Zollverein). En 1862, Otto von Bismarck fue nombrado canciller de Prusia. Era partidario de una Prusia más poderosa y del predominio social de la aristocracia terrateniente. Dos años después, Bismarck intervino en la crisis de los ducados daneses, anexionando dos de ellos a Prusia.
Prusia se enfrentaba a la rivalidad de Austria, el otro gran Estado alemán. La derrota de Austria en la Guerra Austro-Prusiana (1866) materializó la anexión de varios territorios y la creación de la Confederación de la Alemania del Norte.
Bismarck provocó una guerra con Francia, que fue derrotada en Sedán (1870). Nacía así el Segundo Imperio Alemán o Segundo Reich.
Massachusetts, Nuevo Hampshire, Rhode Island, Connecticut, Nueva York, Pensilvania, Nueva Jersey, Maryland, Delaware, Virginia, Carolina del Norte, Carolina del Sur, Georgia.
Crisis causada por la elevación de los precios de los alimentos debido a su escasez.
Asamblea que representa a los tres estamentos de la sociedad.
Autoridad suprema de un país.
Fue decretado por Napoleón, por el cual ningún país podía comerciar con los británicos.