Portada » Latín » Plauto: El Maestro de la Comedia Romana
Tito Maccio Plauto fue el autor de comedias más popular de la Antigua Roma. Dominó la escena romana desde el 215 a. C., fecha de su primer éxito, hasta el 184 a. C., año de su muerte o de su última representación. Nació en Sarsina, ciudad de Umbria, hacia el 255 a. C. La mayor parte de la información sobre su vida y obra procede de Varrón, erudito del siglo I a. C.
Se dedicó al comercio y fracasó, por lo que tuvo que trabajar como esclavo en un molino para pagar sus deudas. Escribió tres comedias que obtuvieron un rápido éxito y lo convirtieron en el ídolo de los espectadores. Desde el 215 a.C. y durante unos treinta años, produjo una gran cantidad de comedias para la escena romana.
Plauto es el primer poeta romano que se especializa en un único género literario: la comedia. Sus contemporáneos, Nevio y Ennio, también componían poemas épicos. En sus obras no hay ninguna alusión al momento político ni utiliza la sátira para criticar al Estado. Su elección del género cómico se adapta a su talante jovial e inclinado a la risa fácil, sin segundas intenciones.
Plauto es una personalidad excepcional en la literatura latina. Sus obras están llenas de alegría de vivir y del espíritu burlón de su autor. Gozó de una enorme popularidad, ya que en el momento de su muerte circulaban como suyas unas ciento treinta comedias. Varrón, en su estudio, estableció como auténticas veintiuna de ellas.
Todas sus obras son palliatae, es decir, basadas en originales griegos de la «Comedia Nueva». Sus obras, según el orden en que aparecen en los manuscritos, son:
En estas comedias se repiten con pocas variaciones tipos y situaciones, de forma que resulta difícil clasificarlas. El único título que conviene a todas es el genérico de «comedia de enredo», con múltiples complicaciones y situaciones cómicas. No obstante, se pueden agrupar de la siguiente manera:
Plauto no oculta que sus obras están basadas en otras griegas. Utiliza el término «vertere» (traducir) para referirse a su trabajo y a veces cita al autor y la obra que utiliza como modelo.
Maneja los modelos griegos con absoluta libertad. No sólo mezcla fragmentos de distintas obras y autores, sino que también modifica el original cortando o añadiendo, insertando recursos cómicos típicamente itálicos, recreando situaciones con mayor fuerza cómica y dando lugar a una comedia totalmente diferente, profundamente romana.
La finalidad del teatro plautino es divertir. Pretende conseguir un efecto cómico en cada escena, aunque para ello tenga que sacrificar la lógica interna de la acción. Para lograr el efecto cómico deseado no le importa caer en contradicciones, anacronismos e incongruencias. La caracterización de los personajes es a veces extravagante y las situaciones se alargan frecuentemente más allá de lo verosímil. Todo ello contribuye a dar a sus comedias un carácter fantasioso que es su principal virtud y que las hace intemporales.
Plauto crea una forma nueva de comedia con entidad propia. Desde Livio Andrónico, el teatro romano da mayor importancia a las partes cantadas que el teatro griego. Plauto acentúa esta tendencia, creando una comedia en la que la parte dialogada o recitada (diverbia) ocupa en la mayor parte de las obras sólo un tercio del total. Los cantica se enriquecen en su estructura y en su métrica; no sólo incluyen parlamentos y recitados al son de flauta, también se encuentran fragmentos melodramáticos (arias, solos, dúos) interpretados con acompañamiento instrumental.
El lenguaje de Plauto es cotidiano y popular, de gran fuerza cómica. Esto contribuyó a su gran acogida entre el público, y sus comedias se siguieron representando con gran éxito mientras existió una tradición teatral viva en Roma.
Durante el clasicismo de los últimos años de la República y de la época de Augusto, la popularidad de Plauto sufre un cierto retroceso por influencia de los grandes poetas del momento. A partir del Renacimiento, Plauto vuelve a ser leído y representado, ejerciendo sus obras gran influencia en el teatro europeo, especialmente en el inglés del siglo XVI. Como muestra de esta influencia, La comedia de los errores de Shakespeare utiliza el argumento de Menaechmi y El avaro de Molière recuerda al Euclión de la Aulularia.