Portada » Formación y Orientación Laboral » Obligaciones de PRL del Empresario y Protocolos de Primeros Auxilios Esenciales
La principal norma en materia de prevención de riesgos laborales es la Ley de Prevención de Riesgos Laborales (LPRL).
(Ley 31/1995, de 8 de noviembre)
Y una multitud de Reales Decretos que la desarrollan.
Se trata de un documento escrito en el que se deben evaluar para cada puesto de trabajo los posibles riesgos a los que se puede enfrentar el trabajador.
Este plan debe incluir un Plan de Emergencia y de Primeros Auxilios.
Lógicamente, solo si el puesto de trabajo lo requiere (ejemplo: no se facilitará un guante antivibración a un oficinista).
Los EPI deben tener la marca CE, lo que asegura que cumplen con la normativa de la Unión Europea.
Los EPI deben ser ergonómicos, es decir, adaptados al trabajador. Deben estar personalizados.
Y deberá informar y formar a los trabajadores acerca de su uso.
Además de informarles, tiene que formarles, es decir, enseñarles de forma teórica y práctica sobre qué deberá hacer para prevenir o protegerse de esos riesgos.
La información y la formación no pueden realizarse fuera del horario de trabajo.
La información y la formación se realizarán al entrar a trabajar a la empresa, y cada vez que el trabajador cambie de puesto de trabajo.
Debe realizar controles médicos de forma periódica a través de los Servicios de Prevención.
Solo podrán realizarse las pruebas imprescindibles y necesarias. Los resultados solo los verá el propio trabajador. El empresario no tendrá acceso a esta información tan sensible; solo podrá saber si el trabajador es apto o no apto para el trabajo. El trabajador, en principio, puede negarse, salvo que la ley expresamente le obligue.
Esta consulta no se hará a cada trabajador individualmente, sino a través de los Delegados de Prevención y, en su caso, a través del Comité de Seguridad y Salud:
No solo el empresario tiene obligaciones, el trabajador también las tiene:
Ante un accidente, lo primero será aplicar el código PAS:
Ante un accidente, los principios generales de actuación son:
Cuando hay varios heridos, hay que hacer un triaje clasificándolos según la gravedad de su situación por colores:
Tarjeta Verde: Para los que están conscientes y pueden caminar.
Tarjeta Amarilla: Para aquellos heridos que necesitan asistencia, pero su vida no corre peligro.
Tarjeta Roja: Cuando su vida corre peligro. Prioridad máxima.
Tarjeta Negra: Cuando ya no se puede hacer nada (fallecidos).
Lo primero que debemos observar es si el herido está consciente y si respira.
Para ello, nos arrodillaremos junto a la víctima y le sacudiremos levemente el hombro, preguntándole cómo se encuentra y si sabe lo que le ha pasado.
Lo colocaremos en la llamada Posición Lateral de Seguridad (PLS) para evitar que se ahogue (posición similar a la que se adopta al acostarse de lado).
A continuación, llamaremos al 112.
En este caso, pediremos ayuda inmediatamente llamando al 112 para solicitar asistencia y un desfibrilador.
¿Está inconsciente, pero respira?
Debemos comprobar si respira:
Cuando el accidentado no respira, tenemos poco tiempo.
En este caso, hay que avisar inmediatamente al 112 y, mientras llega la ayuda, intentaremos abrir las vías respiratorias por si estuviesen obstruidas.
Para ello, realizamos la hiperextensión del cuello o maniobra frente-mentón. Solo realizaremos esta maniobra si estamos seguros de que no hay lesión cervical.
Si la vida del herido no corre peligro y ya se ha hecho el triaje, ¿cómo podemos atender las siguientes situaciones?
Una hemorragia consiste en la salida de sangre de nuestro cuerpo por la rotura de algún vaso sanguíneo.
Pueden clasificarse según dónde se produzcan:
Además, según el vaso sanguíneo roto, se clasifican en:
Si la hemorragia es externa y venosa, se recomienda hacer compresiones directas en el punto de sangrado con material limpio durante al menos 10 minutos.
Si la hemorragia es arterial, no se aconseja realizar compresiones directas ni aplicar torniquete debido a las secuelas que puede conllevar.
Si se trata de hemorragias internas o exteriorizadas, se debe trasladar al paciente a un centro sanitario.
Los signos de hemorragia interna son indirectos: inconsciencia, piel fría y pálida, pulso débil pero acelerado. Esta situación se denomina shock hemorrágico.
En estos casos, trasladaremos al herido cuanto antes al centro sanitario.
Cuando la hemorragia es exteriorizada (por nariz u oídos):
Si es nasal, comprimiremos la fosa nasal contra el tabique durante 5 minutos.
Si la hemorragia no cesa, taponaremos la fosa con una venda empapada en agua oxigenada.
En estos casos, colocaremos al paciente en Posición Lateral de Seguridad (PLS).
Producidas en la piel al entrar en contacto con elementos calientes.
Se clasifican en primer, segundo o tercer grado según la profundidad de las capas de piel afectadas.
Primer Grado: Queman la capa más externa. Producen enrojecimiento, dolor y picor.
Segundo Grado: Levantan ampollas y producen dolor intenso.
Finalmente, Tercer Grado: Afectan a las capas más profundas, incluyendo nervios y músculos. La piel queda carbonizada (aspecto de costra blanca) y es insensible al dolor.
Primer Grado: Aplicar abundante agua fría durante al menos 10 minutos para enfriar la piel.
Segundo Grado: Enfriar con abundante agua fría y cubrir con apósitos limpios (gasas). NUNCA reventar las ampollas (riesgo de infección).
Tercer Grado: Tapar la zona quemada con un paño estéril. No intentar quitar la ropa adherida. Trasladar urgentemente a un centro hospitalario.
Si la víctima no puede toser ni hablar, se practicarán de manera alternativa (y al menos cinco veces) dos maniobras distintas:
Las fracturas pueden ser abiertas (si el hueso roto desplaza la piel) o cerradas (si la piel permanece intacta).
Ya sea una fractura abierta o cerrada, inmovilizaremos el hueso tal como esté, con ayuda de férulas o tablillas. Jamás intentar recolocarlo. Y jamás se deben poner tablillas o férulas en la cabeza.
Todas las empresas que tengan más de 50 trabajadores deben disponer de un Local de Primeros Auxilios.
También aquellas empresas que tengan más de 25 trabajadores cuando la autoridad laboral lo acuerde por ser empresas potencialmente peligrosas.
Las demás empresas solo deberán tener un Botiquín de Primeros Auxilios, no un local.
