Portada » Psicología y Sociología » Neurobiología y Consecuencias del Abuso de Sustancias y Trastornos Psicóticos
Este documento aborda los mecanismos subyacentes al uso y abuso de sustancias, centrándose en los cambios neurobiológicos, la tolerancia, la dependencia, las consecuencias psicológicas, los efectos en la salud física y los problemas sociales y económicos asociados, incluyendo conductas de riesgo.
La drogadicción es una enfermedad crónica caracterizada por la búsqueda y el consumo compulsivo de drogas a pesar de las consecuencias negativas. Es una forma grave de dependencia en la que el organismo requiere la sustancia para su funcionamiento «normal».
Impacto social y psicológico: Deterioro de relaciones familiares, sociales y laborales. A nivel psicológico, se observa un aumento del estrés y la ansiedad.
El sistema de recompensa es un circuito cerebral complejo que responde a estímulos placenteros y gratificantes, influyendo en la motivación y en la conducta de búsqueda de placer. Su propósito es promover comportamientos beneficiosos para la supervivencia (comer, reproducirse, formar vínculos sociales). Sin embargo, las drogas de abuso secuestran este sistema, activando una respuesta desproporcionada que genera adicción. Las principales estructuras involucradas incluyen el Núcleo Accumbens (NAc), el Área Tegmental Ventral (ATV) y la Corteza Prefrontal (CPF).
Diferentes sustancias afectan el cerebro de maneras específicas:
La recuperación es posible gracias a la plasticidad cerebral, que permite la reorganización de las conexiones sinápticas en el cerebro. Durante la abstinencia prolongada, el cerebro puede comenzar a restaurar su producción natural de dopamina y modificar las redes de recompensa.
Las drogas incrementan la liberación de dopamina en el NAc, produciendo una sensación intensa de euforia. Este exceso crea refuerzo positivo, motivando el consumo repetido. Con el tiempo, el sistema se adapta a la presencia de la droga y reduce la producción natural de dopamina, provocando pérdida de interés en otras actividades placenteras.
Existe una combinación de predisposiciones genéticas, condiciones psicológicas y ambientales que influyen en la vulnerabilidad de una persona hacia el abuso de sustancias.
El TEA es un trastorno del desarrollo neurológico que afecta la comunicación, la interacción social y el comportamiento.
Leo Kanner determinó el concepto. Se incluyó como categoría específica en el DSM-III con 16 criterios. Luego, Asperger fue incluido como subtipo dentro del autismo y los criterios se redujeron a 6, y posteriormente a 3 en el DSM-5. El Síndrome de Asperger debe entenderse como autismo nivel 1 más altas capacidades (doble excepcionalidad); deben utilizarse pruebas estandarizadas para diagnosticar autismo.
A. Déficits persistentes en comunicación e interacción sociales:
B. Patrones repetitivos y restringidos de conductas, actividades e intereses:
Tras el diagnóstico, existen 3 niveles de gravedad. Además, para establecer una valoración es importante tener en cuenta:
