Portada » Magisterio » Modelos de Intervención en Dificultades del Lenguaje: Clásicos e Inclusivos
La intervención en el lenguaje ha estado tradicionalmente alejada de lo educativo, adoptando un carácter más clínico y correctivo. Este enfoque era asumido por un único especialista que atendía las necesidades del alumno de forma individual y fuera del aula, centrándose principalmente en paliar aspectos relacionados con la articulación y la fonación.
Se centra en las manifestaciones físicas y en los síntomas de la persona, abordando las dificultades de forma directa. Su propósito es restablecer la funcionalidad de los órganos del habla y del oído, por lo que las actuaciones llevadas a cabo por los especialistas están encaminadas a rehabilitar el habla y las producciones orales del paciente.
La intervención se concibe de forma individual y externa. Así, la relación entre el especialista y el paciente es conocida como face to face.
La intervención se centra en los aspectos formales del lenguaje y de contenido, como la fonética y la organización de las estructuras sintácticas. Este modelo ha generado dos formas de intervención:
Entiende el lenguaje como una conducta sujeta a cambios influenciados por el entorno y que, por tanto, se puede modificar. Se habla entonces de conducta verbal, basada en la estructura de estímulos y respuestas. Desde este enfoque, se introduce la variable de refuerzo para mantener la conducta, y sus estrategias principales son la imitación o modelado y el feedback, además del condicionamiento operante.
Se basa en la perspectiva del desarrollo cognitivo, donde el lenguaje y la cognición están íntimamente relacionados. La aparición del lenguaje se produce mediante los mecanismos cognitivos básicos de cualquier aprendizaje, tales como la percepción, la memoria y la asociación de estímulos.
La familia y la escuela se convierten en escenarios ideales para la intervención del lenguaje, ya que es donde el niño lo adquiere de forma natural, a través de las interacciones con iguales y adultos. El concepto de dificultad del lenguaje ha evolucionado, dejando de ser visto como un problema exclusivo del sujeto que afecta solo a sus capacidades auditivas y verbales, para adoptar un tratamiento más educativo e integrador.
La evolución hacia una nueva visión estuvo directamente relacionada con la promulgación de la LOGSE, que apostó por formas de trabajo más cooperativas y participativas, favoreciendo la coordinación de todos los agentes educativos, incluida la figura del maestro de Audición y Lenguaje.
Con este modelo se ha pretendido dar un giro importante a la atención de los alumnos con dificultades en el lenguaje, dando especial importancia a:
Las actuaciones en la intervención del lenguaje se basan en técnicas y estrategias que deben ser tenidas en cuenta por todas las personas implicadas en la educación y estimulación del niño, como la familia y el profesorado. Acosta (2001) señala una serie de recursos o facilitadores que tienen como finalidad favorecer la efectividad del proceso de enseñanza-aprendizaje en los momentos de interacción naturales.
Los sistemas que propone el autor son:
En resumen, los sistemas de facilitación del lenguaje constituyen un conjunto de estrategias destinadas a favorecer la participación del alumno en los actos de comunicación, adaptando aspectos del lenguaje que faciliten la entrada de información y la comprensión del mensaje, y ofreciendo un modelo adecuado con el que poder construir sus propias producciones.
