Portada » Deporte y Educación Física » Metodologías Musicales Activas en Educación Infantil: Kodály, Orff y Dalcroze
Este documento presenta una comparativa de tres metodologías pedagógicas musicales fundamentales aplicadas en la etapa de Educación Infantil: Kodály, Orff y Dalcroze. Cada sección detalla su filosofía, objetivos, conexión curricular, enfoque metodológico, ejemplos de sesión, criterios de evaluación y adaptaciones para la diversidad.
La metodología Kodály se centra en la entonación, el canto, la melodía y el lenguaje musical básico, utilizando la fononimia como herramienta principal.
Esta sesión forma parte de una Situación de Aprendizaje titulada (título de la situación de aprendizaje), integrada en la programación del (ciclo) de Educación Infantil (años), dentro del área (área de infantil). El grupo clase está compuesto por (número de alumnos) en un centro (tipo de centro, ej. urbano) con atención a la diversidad cultural y funcional. La propuesta tiene una duración estimada de 50 minutos y se desarrollará en un espacio polivalente (ej. aula de música, gimnasio), promoviendo la vivencia sensorial, musical y corporal del medio natural.
La metodología Kodály considera que el canto es la herramienta fundamental para el desarrollo de la musicalidad. En la etapa infantil, este enfoque facilita la adquisición del oído interno, la afinación y la percepción rítmica mediante canciones tradicionales adaptadas a la tesitura vocal infantil. Se promueve la escucha activa, la memorización melódica y el desarrollo auditivo desde la vivencia emocional.
Se conecta con el área de Lenguajes: comunicación y representación, ya que se trabaja la expresión musical mediante la voz. También se vincula con el área de Crecimiento en armonía, al favorecer el conocimiento del propio cuerpo y la respiración consciente. Además, se fomenta la comprensión lingüística mediante el análisis del texto de la canción, y la memoria como proceso cognitivo transversal.
La metodología Kodály se centra en el canto como vehículo principal para el aprendizaje musical, especialmente a través del uso de canciones populares infantiles. Se utiliza el solfeo relativo (do móvil), la fononimia (gestos asociados a alturas sonoras) y las sílabas rítmicas (ta, ti-ti). Asimismo, desarrolla la entonación, la memoria auditiva, la percepción melódica y el sentido del ritmo de forma lúdica y progresiva. Las actividades incluyen juegos de eco, imitaciones melódicas y pequeñas secuencias rítmicas con movimiento corporal. Enfatiza el desarrollo auditivo y vocal mediante un aprendizaje secuenciado, intuitivo y emocionalmente significativo. Su aprendizaje es progresivo, avanza desde la imitación hasta la lectura y escritura musical, asegurándose una base sólida antes de introducir la teoría.
(Este apartado requiere la especificación de los espacios y recursos concretos a utilizar en la sesión).
La metodología Orff se basa en el ritmo, la coordinación, la percusión y el juego creativo.
La metodología Orff se basa en la combinación de música, movimiento y lenguaje. Es muy adecuada para la etapa de Educación Infantil por su carácter lúdico y expresivo. El ritmo se trabaja inicialmente con percusión corporal; una vez interiorizado a través de la vivencia del propio cuerpo, se traslada a instrumentos externos, conocidos como percusión Orff. Las actividades incluyen trabajo rítmico (cuerpo en movimiento, como pasos largos/cortos) y juegos (juegos de manos con la entonación de canciones populares).
La música se relaciona con el área de Descubrimiento y exploración del entorno, mediante la experimentación sonora con materiales e instrumentos. También se vincula con Lenguajes: comunicación y representación, gracias a la expresión musical y corporal. Las dinámicas grupales fomentan además competencias sociales desde el área de Convivencia y valores.
El enfoque Orff integra música, movimiento y lenguaje de forma orgánica y exploratoria. En Educación Infantil se prioriza el juego musical espontáneo, la experimentación con instrumentos de percusión (instrumentarium Orff: xilófonos, metalófonos, tambores, etc.) y la utilización del cuerpo como medio rítmico (percusión corporal). Las actividades se centran en la improvisación, creación e interpretación, favoreciendo la expresión libre y el aprendizaje cooperativo. Es esencial el aprendizaje activo, el respeto a la musicalidad infantil y el desarrollo de la creatividad.
(Este apartado requiere la especificación de los espacios y recursos concretos a utilizar en la sesión).
La sesión tiene 3 fases:
La metodología Dalcroze enfatiza el ritmo desde el cuerpo, la escucha activa y el control corporal.
La metodología Dalcroze postula que el ritmo debe sentirse antes de explicarse. La euritmia (movimiento corporal) permite a los niños asimilar los conceptos musicales a través del cuerpo, mejorando la atención, el equilibrio y la expresión. Esta metodología conecta la música, el movimiento y la expresión corporal. El alumnado vivencia el ritmo a través de su propio cuerpo. Promueve la utilización de materiales externos como aros y pelotas. Integra el canto con la comprensión auditiva y el desarrollo musical, dando la oportunidad al alumnado de experimentar y explorar de manera activa.
Se relaciona con el área de Crecimiento en armonía, al favorecer el desarrollo psicomotor, el equilibrio y la conciencia corporal. También se conecta con Lenguajes: comunicación y representación, al emplear el cuerpo como forma de expresión musical. Asimismo, la actividad rítmica incide en procesos de atención, control de impulsos y regulación emocional (área de Autonomía personal).
La metodología Dalcroze se basa en la idea de que la música debe experimentarse a través del cuerpo antes de ser comprendida teóricamente. Su método integra el movimiento, la improvisación y la percepción auditiva para desarrollar la musicalidad de forma natural y vivencial. Se fomenta la creatividad musical mediante improvisaciones vocales, instrumentales y de movimiento. La audición activa desarrolla la capacidad de respuesta corporal a la música, buscando la percepción del tiempo, el espacio y la dinámica. La relación entre música y emoción permite que los alumnos conecten emocionalmente con la música, mejorando su interpretación y sensibilidad artística.
(Este apartado requiere la especificación de los espacios y recursos concretos a utilizar en la sesión).