Portada » Derecho » Matrimonio en Venezuela: Aspectos Legales, Deberes y Disolución Conyugal
El matrimonio es la institución fundamental del derecho de familia, ya que constituye la base de la misma. Es el eje de todo el sistema jurídico familiar y la forma esencial de constituir la familia, pilar de la sociedad.
En sentido jurídico formal, el matrimonio se define como el estado de dos personas de sexo diferente cuya unión ha sido consagrada por la ley. Desde una perspectiva sociológica, es una relación más o menos duradera entre el hombre y la mujer que se prolonga más allá del acto de la reproducción. Teológicamente, se considera la unión del hombre y la mujer para establecer una plena comunidad de vida.
En resumen, el matrimonio se puede definir como aquel acto solemne mediante el cual un hombre y una mujer constituyen entre sí una unión legal que establece entre ellos una perpetua comunidad de vida.
Durante la época de la Colonia y la Independencia en Venezuela, el matrimonio era regulado por el derecho canónico. Según el Código Civil de 1862, el matrimonio entre católicos seguía siendo regulado por el derecho canónico, pero se estableció una especie de matrimonio civil para los no católicos. Posteriormente, el Código Civil de 1873 determinó que el matrimonio civil produciría efectos jurídicos en Venezuela.
Las características de la familia, de acuerdo con el ordenamiento jurídico venezolano, incluyen:
La legislación venezolana considera el matrimonio como un contrato.
El Código Civil textualmente establece que la promesa de matrimonio no engendra la obligación legal de contraerlo ni de cumplir la prestación que haya sido estipulada para el caso de inejecución de la promesa. La ruptura de la promesa, por sí sola, no genera ninguna otra consecuencia jurídica.
Sin embargo, si la ruptura de la promesa matrimonial se produce sin justa causa, el novio incumplidor debe indemnizar al otro por los gastos incurridos a causa del prometido matrimonio.
Solo se satisfarán los gastos que se hayan hecho por causa del prometido matrimonio, por ejemplo, la celebración social del matrimonio o la preparación del viaje de bodas.
La acción para reclamar la indemnización debe ser intentada en un lapso de dos años, contados a partir de la fecha en que fue exigido el cumplimiento de la promesa. Si no se ejerce en este lapso, la acción caduca.
Incluyen vivir juntos, guardarse fidelidad y socorrerse mutuamente. Además, los cónyuges deben compartir las responsabilidades domésticas y el cuidado de los dependientes.
El uso del apellido del marido es un derecho de la mujer casada, no una obligación, y puede elegir no usarlo. Este derecho es independiente de la unión matrimonial y no se considera una falta a los deberes que la ley impone en caso de que la mujer no desee usar el apellido del marido.
Los cónyuges deben tomar las decisiones de forma conjunta y consensuada. Este derecho se extiende a diversos aspectos de la vida familiar, incluyendo la educación de los hijos, la gestión de los bienes y la organización de la vivienda.
Es el lugar donde los cónyuges han establecido su residencia de mutuo acuerdo.
Los efectos personales del matrimonio incluyen: