Portada » Historia » Los Estatutos Fundacionales del Euskeldun Batzokija (1894): Origen y Bases del Nacionalismo Vasco
Se presenta para comentario el texto histórico titulado Estatutos del Euskeldun Batzokija (1894). Por su contenido, se clasifica como normativo e ideológico. Es un fragmento de fuente primaria, situado en 1894, durante la regencia de María Cristina y la Restauración. Esta etapa, caracterizada por una política centralizada, generó fuertes sentimientos nacionalistas periféricos. El documento es anterior en un año a la creación del Partido Nacionalista Vasco (PNV).
El tema central de este fragmento es la normativa que regirá el primer Batzoki. Entre las normas citadas en el texto se destacan:
El texto explica el significado de cada término del lema, que constituye la base ideológica del movimiento:
Estos dos principios se coordinan en el nacionalismo, estableciendo una distinción entre religión y política, pero anteponiendo siempre la Iglesia al Estado. El documento concluye expresando el deseo de crear una confederación de provincias hermanadas que se denominaría Euskeria.
Una de las peculiaridades más importantes de la historia vasca es el mantenimiento del régimen foral, heredado de la Edad Media hasta la Edad Contemporánea. Los fueros son leyes particulares o privilegios que establecían un régimen político de soberanía compartida, equilibrando los poderes del rey y de la comunidad en Álava, Guipúzcoa y Vizcaya (en Navarra, el poder real era mayor).
Esta autonomía estaba garantizada por el hecho de que el rey, para ser reconocido, debía jurar los fueros, lo que limitaba su poder legislativo. Además, el Pase Foral (o derecho de sobrecarta en Navarra) permitía suspender aquellas leyes reales que vulneraban los fueros (contrafueros). La principal institución representativa eran las Juntas Generales (Cortes de Navarra).
Entre otros, los fueros establecían dos privilegios cruciales para el País Vasco: el pago de impuestos reducidos y la exención del servicio militar.
La defensa de los fueros fue una causa fundamental de las guerras carlistas. La Primera Guerra Carlista, en la que isabelinos y carlistas se enfrentaron por la sucesión al trono tras la muerte de Fernando VII, finalizó en 1839 con el Pacto de Vergara. Este pacto mantuvo los fueros sin perjuicio de la Constitución de 1839.
Sin embargo, la Tercera Guerra Carlista (1872-1876) significó la abolición definitiva de los fueros. No obstante, se mantuvo la autonomía fiscal de las diputaciones vascas gracias a los convenios económicos establecidos por la Ley del 21 de junio de 1876, que buscaba consolidar el principio de unidad constitucional.
La Ley de 1876 generó dos tipos de reacciones y filosofías que influirían en el siglo XX:
El nacionalismo vasco surgió en este clima de defensa foral, impulsado por Sabino Arana a partir de 1890. Arana, desde una perspectiva tradicionalista, recogió y depuró estas ideas, estableciendo el lema “Dios y Ley Vieja” (Jaun Goikua eta Lagi-Zarra).
El primer Partido Nacionalista Vasco (PNV) se fundó en 1895, con una declaración antiespañola y la voluntad de restaurar los fueros. Inicialmente, el movimiento se conocía como Bizkaitarrismo. El partido, que comenzó con una base de pequeña burguesía bilbaína tradicionalista, tuvo que ampliar sus bases para ganar influencia.
Pronto surgió una tensión interna entre los defensores de la independencia (más cercanos a Arana) y los partidarios de la autonomía. Estos últimos, urbanos, industriales y con recursos económicos esenciales para el partido, se impusieron en el control del PNV. Se estableció así un equilibrio entre ambas posturas que perduraría durante décadas, utilizando la radicalización de las bases como herramienta de presión ante los gobiernos centrales, aceptando la política moderada ante Madrid como una vía hacia la independencia final.
Las bases ideológicas fundamentales del PNV, tal como se reflejan en los estatutos y la doctrina aranista, eran:
El PNV comenzó a actuar en elecciones municipales y nacionales. En 1907, el nacionalista Gregorio Ibarretxe fue elegido alcalde de Bilbao, y en 1908 el partido triunfó en Vizcaya en las elecciones a Cortes.
Durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918), Ramón de la Sota obtuvo un gran éxito empresarial industrial, asentando una corriente nacionalista moderada, autonomista, moderna e industrial dentro del partido, que se alejaba del ruralismo inicial.
En 1921, el sector sabiniano, liderado por Eli Gallastegui, criticó duramente a los autonomistas, lo que llevó a su expulsión. Tras ello, Gallastegui y Luis Arana fundaron el PNV-Aberri. Por su parte, los nacionalistas moderados y autonomistas, incluyendo a De la Sota, formaron la Comunión Nacionalista Vasca (CNV).
Durante la dictadura de Primo de Rivera (1923-1931), el PNV se mantuvo en la oposición, mientras que la CNV suspendió sus actividades. Finalmente, ambos partidos se unieron de nuevo en un solo PNV para concurrir a las elecciones de la Segunda República.
La influencia social del nacionalismo vasco se extendió principalmente entre:
La gran burguesía industrial se distanció del nacionalismo, y el proletariado abrazó mayoritariamente el socialismo. Geográficamente, el movimiento se extendió sobre todo por Vizcaya y Guipúzcoa.
La importancia de los Estatutos del Euskeldun Batzokija reside en que constituyen el primer documento normativo que articula la ideología nacionalista vasca moderna, mostrando la necesidad fundacional de difundir esta doctrina para conseguir simpatizantes y afiliados, sentando las bases del futuro Partido Nacionalista Vasco.
