Portada » Historia » La Guerra Fría: Orígenes, Conflictos y el Fin de una Era Global
Entre 1947 y 1991, la relación entre los bloques derivó en un enfrentamiento, conocido como «Guerra Fría». Consistió en una situación de tensión militar, ideológica y diplomática permanente, pero sin llegar a desembocar en un conflicto armado directo. No obstante, cada bloque trató de imponer su superioridad económica y militar a través de:
En el bloque occidental, el Plan Marshall, iniciado en 1947, ofreció ayuda estadounidense para la reconstrucción de Europa. El bloque oriental creó en 1949 el Comecon o CAME, para la coordinación económica y la asistencia entre sus miembros.
Estas fueron la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), fundada en 1949 y liderada por Estados Unidos; y el Pacto de Varsovia, fundado en 1955 y liderado por la Unión Soviética.
Los dos bloques emprendieron una carrera armamentística para dotarse de armas convencionales y nucleares con las que amenazar al enemigo con la destrucción total. El equilibrio en el armamento entre los bloques, conocido como «equilibrio del terror», impidió un enfrentamiento militar directo entre ambos.
Aunque no hubo un conflicto directo entre las superpotencias, la Guerra Fría se manifestó a través de diversas crisis y guerras subsidiarias en diferentes partes del mundo:
La ciudad de Berlín quedó dividida en cuatro zonas de ocupación tras la Segunda Guerra Mundial. Este bloqueo comenzó en 1948, cuando los aliados occidentales (Gran Bretaña, Francia, EE. UU.) decidieron unir sus zonas de ocupación. Stalin se opuso y bloqueó los accesos terrestres a Berlín Occidental. Este bloqueo llevó a la creación del puente aéreo de Berlín por parte de los aliados occidentales. Una de las consecuencias a largo plazo de la división de Berlín fue la construcción del Muro de Berlín en 1961.
La construcción del Muro de Berlín estuvo ligada a la división de la ciudad y la formación de las dos Alemanias. Fue levantado en 1961 por el gobierno de Berlín Oriental para evitar la huida de su población hacia Berlín Occidental. Esto causó un profundo malestar en el mundo occidental, que lo denominó «el Muro de la Vergüenza». Sus consecuencias incluyeron la consolidación de la división de las dos Alemanias.
Tras la derrota de Japón en la Segunda Guerra Mundial, Corea quedó dividida en dos zonas separadas por el paralelo 38: el Norte comunista y el Sur capitalista. Esta guerra dio comienzo en 1950, cuando el ejército del Norte invadió la zona Sur, dando lugar a un conflicto donde Corea del Sur fue apoyada por Estados Unidos y sus aliados, mientras que Corea del Norte recibió el apoyo de la URSS y del gobierno comunista de China. Las consecuencias fueron el restablecimiento de la frontera anterior al conflicto y el mantenimiento del equilibrio de fuerzas entre EE. UU. y la Unión Soviética.
Tras el triunfo de la Revolución Cubana (liderada por Fidel Castro) y el fracaso de la invasión de Bahía de Cochinos por Estados Unidos, Cuba estrechó sus relaciones militares con la Unión Soviética. Esta crisis comenzó en 1962, cuando la URSS decidió instalar bases militares y misiles nucleares en Cuba, lo que Estados Unidos consideró una amenaza directa. El presidente Kennedy bloqueó a Cuba para evitar la llegada de más misiles. Finalmente, la URSS renunció a instalar los misiles para evitar una guerra nuclear, y Cuba quedó bajo la órbita soviética.
Tras su independencia de Francia (1954), Vietnam quedó dividida en dos zonas: el Norte comunista y el Sur prooccidental. En 1963 se inició la guerra, con el Viet Cong (guerrilla comunista del Sur) y Vietnam del Norte buscando unificar el país bajo un régimen comunista. Vietnam del Norte ganó y EE. UU. se retiró, lo que fue considerado una humillación para Estados Unidos debido a su derrota.
En 1985, Mijaíl Gorbachov llegó al poder en la Unión Soviética. Este inició reformas internas, tanto políticas como económicas; declaró el desarme unilateral soviético, se retiró de Afganistán y reconoció a los países de Europa del Este la libertad de elegir su propio destino. El resultado de estas medidas fue la firma de diversos acuerdos de reducción de armamento con Estados Unidos; la aparición de procesos reformistas en los países de Europa del Este, que acabaron en poco tiempo con los gobiernos comunistas; la caída del Muro de Berlín (1989); y finalmente, la desaparición de la URSS (1991), que se dividió en quince repúblicas independientes. Todo ello significó la desaparición del bloque comunista y el fin de la Guerra Fría.
Hacia finales de 1989, se produjeron en la República Democrática Alemana (RDA) manifestaciones masivas contra el gobierno del entonces presidente Erich Honecker. Poco después, el gobierno aceptó la apertura de las fronteras, y en la noche del 9 al 10 de noviembre de 1989 se produjo el derrumbamiento del Muro de Berlín, ante la alegría de los berlineses y la expectación del mundo. Habían pasado veintiocho años desde su construcción, y con su caída desapareció uno de los últimos vestigios de la Guerra Fría y el símbolo de la división de Alemania y Europa. Después de varias décadas, muchas personas pudieron reunirse con sus familias y salir de un país que les había negado la libertad de tránsito. El estado de división política de Alemania finalizó poco después (3 de octubre de 1990), cuando la República Democrática Alemana se incorporó a la República Federal de Alemania, dejando así de existir, cuatro décadas después de su fundación. La caída del Muro fue posible gracias a los profundos cambios ocurridos en las relaciones internacionales.