Portada » Griego » La Edad Media: Contexto Histórico y Características de la Alta Edad Media
La Edad Media se extiende desde la caída del Imperio Romano de Occidente (476 d.C.). Existen dos fechas comúnmente aceptadas para su finalización: en 1453 d.C., con la caída de Constantinopla en poder de los turcos (lo que significó también la caída del Imperio Romano de Oriente), y la invención de la imprenta por Gutenberg. La otra fecha propuesta es 1492 d.C., con el descubrimiento de América.
El nombre «Edad Media» fue acuñado por los renacentistas (siglo XVI) de forma peyorativa. Consideraban que la Edad Media era un período homogéneo e intermedio entre la Antigüedad Clásica y el Renacimiento, una época en la que, según ellos, «no pasó nada». También se le conoce como «Edad Oscura», bajo la percepción de que fue una época de tinieblas intelectuales. Este prejuicio renacentista ha perdurado hasta hoy, llevando a algunas personas a creer que fue un período oscuro donde faltó la razón y el conocimiento, y donde la cultura se estancó. Sin embargo, la realidad fue distinta.
En esta época surgieron las primeras universidades. En el siglo XII, aparecieron universidades en Bolonia y París, donde se enseñaba Derecho, Medicina y Teología. En el siglo XIII, surgieron otras en Salamanca y Roma. La aparición de universidades desmiente la idea de un estancamiento del conocimiento durante la Edad Media.
Asimismo, en los siglos VII y VIII, surgieron las lenguas romances, derivadas del latín y llamadas también vernáculas. Una lengua nueva no es solo un medio de comunicación, sino también una forma de pensar distinta. Uno piensa en palabras, por lo que la creación de una nueva lengua muestra un avance cultural y cognitivo.
Como señala Hauser en su libro Historia social de la literatura y el arte, toda época basa sus cimientos en la época anterior y, a su vez, sienta las bases de la época que sigue. Es imposible que hubiera habido un Renacimiento si no se hubiese gestado durante la Edad Media.
Esta época se puede dividir en dos grandes períodos: la Alta Edad Media (siglos V al X) y la Baja Edad Media (siglos X al XV).
Entre los antecedentes clave que marcan el inicio de este período se encuentra el Edicto de Milán, publicado por Constantino en el año 313. Esta resolución proclamaba la libertad religiosa en el Imperio Romano. Posteriormente a Constantino, el emperador Teodosio convirtió el Imperio Romano al catolicismo. La Iglesia pasó de ser perseguida a ser la religión oficial y comenzó a tomar un poder creciente. Cuando el Imperio Romano de Occidente cayó en el año 476, la única institución que quedó en pie con una estructura organizada fue la Iglesia. Esto consolidó la supremacía del cristianismo y convirtió a la Iglesia en el principal referente social y político.
Sobre esta época, Hauser afirmó: «Es esta una época tranquila, segura de sí misma, robusta en su fe, que no duda de la validez de su concepción ni de sus leyes morales, que no conoce ningún conflicto del espíritu ni ningún problema de conciencia, que no siente deseos de novedad ni se cansa de lo viejo». Esto significa que se consideraba que ya todo estaba dicho, que no había que pensar, sino seguir la Biblia, en la que no había confusión. Dios era la verdad y estaba en la Biblia.