Portada » Magisterio » Implementación y Evaluación de Políticas de Salud: SNIS e Indicadores Clave
El Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS) se constituye jurídicamente entre los años 2005 y 2007. Este sistema concibe la Salud como un derecho humano esencial, un bien público y una responsabilidad compartida del Estado y de los gobiernos. Su objetivo principal es asegurar a todos los ciudadanos una cobertura integral en salud.
El SNIS está orientado a la protección social, la reducción de la pobreza y la indigencia, generando múltiples impactos en la situación sanitaria del país. Estos impactos se complementan con otras políticas sociales:
Los Indicadores de Salud son variables que buscan controlar y llevar constancia sobre la salud pública o un factor asociado a ella, tomando en cuenta una población determinada, tanto de manera cuantitativa como cualitativa.
Su objetivo es generar evidencia sobre el estado y las tendencias de la situación de salud en la población. Es fundamental que incluyan la documentación de desigualdades en salud, lo cual permite:
La existencia de estos indicadores resulta de gran utilidad, ya que actúan como materia prima para analizar y mejorar el estado de la población del país.
Los indicadores clave se clasifican en las siguientes categorías:
Los Objetivos Sanitarios Nacionales son las metas que el Estado se propone cumplir en un futuro cercano en materia de salud. Al elaborar estos objetivos, se tienen en cuenta los problemas sanitarios presentes en la comunidad. Son el camino a seguir para que la sociedad pueda verse beneficiada, reduciendo las tasas e indicadores de salud y organizando el accionar y la gestión del Estado.
El Ministerio de Salud Pública define los OSN como los propósitos para «orientar la producción de resultados concretos y medibles, en el marco de las perspectivas de derecho, género y generaciones».
Entre los problemas críticos de salud pública se encuentran:
La nutrición es un factor determinante. Por ejemplo, la esperanza de vida en personas con trastornos alimentarios como la anorexia es menor, al igual que el riesgo asociado al bajo peso al nacer.
Es crucial informar, educar y promover una buena alimentación para evitar patologías y enfermedades en la población. Favorecer los estilos de vida y entornos saludables permite disminuir los factores de riesgo, elevando así la esperanza de vida y reduciendo las tasas de mortalidad y morbilidad.
Esto es posible gracias a un plan de educación alimentaria que promueva hábitos alimentarios saludables, ejercicio, etc. Por ejemplo, en el crecimiento y desarrollo cognitivo de un niño: si existe malnutrición, su desarrollo y crecimiento tanto físico como mental serán deficientes. Esto influye en la calidad de vida en los años posteriores, ya que pueden ser más propensos a padecer obesidad y problemas de salud crónica.