Portada » Historia » Historia de la Alemania Nazi: De la República de Weimar al Tercer Reich
Mientras continuaban los combates de la Primera Guerra Mundial, el Partido Socialdemócrata (SPD) proclamó la república y su líder Ebert fue nombrado canciller. La joven república tuvo que hacer frente de inmediato a la firma del armisticio con los aliados. Tras un periodo de estabilización, la Gran Depresión (1929-1932) produjo un golpe devastador para la democracia e impulsó el nazismo al poder.
Tuvo que hacer frente a la insurrección de los espartaquistas, grupo minoritario del Partido Socialdemócrata. Los socialdemócratas aplastaron la revuelta con violencia y sus líderes Karl Liebknecht y Rosa Luxemburgo fueron asesinados. En medio de esta crisis se celebraron elecciones a una Asamblea Constituyente que se reunió en Weimar. La asamblea elaboró una constitución que estableció una república federal basada en los principios democráticos. El socialdemócrata Ebert fue elegido presidente de la república. En las elecciones, el Partido del Centro, el Partido Democrático y el Partido Socialdemócrata formaron un gobierno de coalición.
La primera decisión del nuevo gobierno fue la firma del humillante Tratado de Versalles, cuya dureza de sus términos se convirtió en una carga para la república. En los primeros años de su existencia, la república vivió una situación de grave inestabilidad económica en 1922 y 1923, en los que la hiperinflación arruinó el país. Se dio un malestar social y político y una desconfianza de la población hacia el nuevo sistema republicano.
Entre 1924 y 1929, la República de Weimar conoció un periodo de estabilidad. El Plan Dawes favoreció la economía y el Pacto de Locarno y el ingreso de Alemania en la Sociedad de Naciones normalizaron la situación.
En 1919 (al acabar la guerra) se fundó uno de tantos partidos nacionalistas que difundían una propaganda antiliberal y racista: el Partido de los Trabajadores Alemanes (DAP). Ante el ingreso de Hitler, comenzó la historia del movimiento nazi. Cambió su nombre por el de Partido Nacionalsocialista de los Trabajadores Alemanes (NSDAP). En ese año se formaron las SA, organización paramilitar nazi que pronto ejerció la violencia contra sus adversarios (fascios).
La ideología del partido nazi es un conjunto de postulados dirigidos a todas las clases sociales. Defendía un socialismo nacional anticapitalista que superase la lucha de clases en beneficio de los intereses superiores de la nación. Pero las ideas centrales del programa fueron dos: establecer una dictadura nacionalista fuerte y capaz de preservar la pureza racial y eliminar los enemigos de Alemania. Asimismo, aspiraba a unir a todos los alemanes en una Gran Alemania.
Hitler impuso en el NSDAP una estructura jerarquizada en la que el jefe constituyese el soporte central de la organización. Grupos ultranacionalistas de derechas, entre los que estaba Hitler, prepararon un golpe de Estado (Putsch de Múnich) que fracasó y Hitler fue encarcelado.
En 1925, después de que Hitler saliese de la cárcel, refundó el partido y se replanteó su programa con el fin de ampliar sus apoyos sociales: limitó sus postulados anticapitalistas, utilizó la profunda corriente antisemita y anticomunista. Cambió de estrategia para transformar su partido en un movimiento de masas.
La Gran Depresión de 1929-1933 fue un golpe para la democracia en Alemania e impulsó el nazismo al poder. La repatriación de capitales estadounidenses provocó la quiebra del sistema bancario alemán y la producción industrial descendió y el desempleo se elevó. Los partidos de la coalición de Weimar perdieron prestigio y apoyo; por el contrario, los nazis ampliaron sus bases.
En medio de la crisis de la república se intensificaron las actividades de violencia de las SA. El NSDAP se convirtió en el segundo partido más importante del Reichstag. Aprovechó este éxito para ganar contacto con la derecha tradicional y esta estableció un pacto con los nazis: el Frente de Harzburg.
El año 1932 fue el momento más intenso de la crisis política… En las elecciones presidenciales de 1932, solo dos candidatos tenían posibilidad de victoria: Hindenburg y Hitler. Venció el presidente Hindenburg. Este nombró canciller a Von Papen. Von Papen invitó a Hitler a formar parte del gobierno, pero él se negó diciendo que solo integraría un gobierno si él era el canciller.
Von Papen intentó debilitar a los nazis y solicitó nuevas elecciones en las que el NSDAP perdió millones de votos. Parecía que el partido nazi entraba en declive. Von Papen, deseoso de debilitar a sus rivales, persuadió a Hindenburg para que nombrara canciller a Hitler y él mismo fuese vicecanciller para poder controlar el radicalismo del NSDAP. Pero no todo acabó como pensaron.
Una vez en el gobierno, Hitler mantuvo su radicalismo, acaparando todos los resortes del poder e ignorando a sus socios de coalición. Primero obtuvo de Hindenburg la disolución del Reichstag y la convocatoria de nuevas elecciones para reforzar el ejecutivo. La campaña se desarrolló en un clima de violencia en el que las organizaciones paramilitares SA y SS (o Escuadras de Protección, fundadas como guardia personal de Hitler) hostigaron continuamente a los partidos de izquierdas.
Se produjo el incendio del Reichstag y los nazis aprovecharon la situación para suspender los derechos fundamentales de la constitución y expulsar a los comunistas del Reichstag. Se celebraron las elecciones. El NSDAP no logró la mayoría absoluta de la cámara, pero los nazis se apoyaron en los partidos de derecha. De esta manera, el nuevo parlamento aprobó una ley de gran trascendencia que otorgaba al canciller plenos poderes durante 4 años. Alemania se convirtió en una dictadura del partido único.
Se dedicó a construir el nuevo Estado y lo primero que hizo fue eliminar los elementos radicales de las SA, ya que eran vistos como una amenaza casi revolucionaria. Hitler mandó matar al jefe de las SA y a sus principales dirigentes. Ahora, con el apoyo del ejército, asoció la cancillería a la presidencia del Reich. La SS y la Gestapo se convirtieron en garantes de la policía del Tercer Reich.
Parten de la superioridad de la raza. Uno de los objetivos del Estado nazi fue asegurar la cohesión social, sustituyendo la división en clases sociales por la unidad y la supremacía racial. Para ello se suprimieron todas las impurezas que no se ajustaban al estereotipo ario. Se introdujo un programa de eutanasia por el cual se asesinaron a miles de personas. Sin embargo, el grupo de víctimas más amplio fue la comunidad judía.
La política de rearme, dirigida por Göring, hizo que todos los alemanes estuviesen ocupados. Con el Plan Cuatrienal, dirigido también por Göring, se puso en marcha una decidida política de autarquía económica y de rearme intensivo. Se impulsó la utilización de los recursos del suelo y del subsuelo, se desarrolló la producción de sucedáneos y de productos sintéticos y se incrementaron las inversiones en los sectores relacionados con la industria de guerra. Se congelaron los salarios, se alargó la jornada laboral y se impuso el racionamiento. La solución para la falta de materias primas y de alimentos fue la ampliación del espacio vital.