Portada » Historia » Historia de Europa: De la Revolución Francesa a las Unificaciones Nacionales (1789-1871)
Los Estados Generales se reunieron en Versalles. Cada estamento redactó su cuaderno de quejas. La nobleza y el clero pretendían votar por estamento, lo que daría la mayoría a los privilegiados, mientras que el Tercer Estado deseaba el voto por persona (lo que le daría la mayoría). Los representantes del Tercer Estado se autoproclamaron Asamblea Nacional porque se consideraban los únicos con legitimidad para representar a Francia. En el Juramento del Juego de Pelota, juraron permanecer unidos hasta dar a Francia una Constitución. Por ello, la Asamblea Nacional pasó a llamarse Asamblea Constituyente.
El 14 de julio de 1789, el pueblo de París asaltó la Bastilla. En las zonas rurales, los campesinos atacaron los castillos de los nobles y quemaron los títulos de propiedad de los señores. La Asamblea Constituyente abolió los derechos feudales y aprobó la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, en la que se reconocían y garantizaban las libertades personales, la igualdad ante la ley y el derecho a la propiedad. Estos hechos supusieron el fin del absolutismo y el triunfo de la revolución liberal. Más tarde, en 1791, se promulgó una Constitución:
Tras la celebración de elecciones, en 1791 se constituyó la Asamblea Legislativa. Esta tuvo que hacer frente a la oposición de la nobleza y el clero, quienes se resistían a perder sus privilegios. Muchos privilegiados emigraron y empezaron a conspirar contra la Revolución. Las monarquías europeas también se sintieron amenazadas por las ideas revolucionarias francesas. Por eso, en 1792, Austria y Prusia declararon la guerra a Francia. Otros grupos consideraban que las reformas eran insuficientes. Entre los revolucionarios destacaron los jacobinos. En 1792, el pueblo de París asaltó el palacio de las Tullerías y el monarca fue destituido por la Asamblea.
Luis XVI fue arrestado. Se abolió la monarquía y se proclamó la República. Los republicanos moderados o girondinos controlaron la Convención en un primer momento, pero en 1793 se hicieron con el poder los republicanos radicales, jacobinos o montañeses. Aprobaron una nueva Constitución que recogía el sufragio universal masculino. También aprobaron leyes sociales para controlar los precios.
Napoleón dio un golpe de Estado en Brumario de 1799. El poder ejecutivo lo ejercían tres cónsules. Napoleón fue nombrado primer cónsul y luego cónsul vitalicio, de forma que el poder se fue concentrando en su persona.
Napoleón se coronó emperador. Se propuso extender las ideas de la Revolución Francesa por toda Europa; para ello, invadió territorios y creó un imperio territorial bajo la dominación francesa. Invadió Italia y se impuso a Austria y Prusia. Tras el fracaso en Trafalgar (1805), intentó doblegar a Gran Bretaña mediante el Bloqueo Continental. En los territorios conquistados, impuso como gobernantes a sus familiares o a sus generales; se fueron aprobando constituciones y códigos civiles similares al francés, pero hubo un rechazo popular a la ocupación francesa. Las dificultades para Francia empezaron en 1812 debido al fracaso en el intento de invadir Rusia; el invierno y la falta de víveres obligaron a la retirada de los franceses. Otro punto débil fue la acción de las guerrillas en España, donde Napoleón fue finalmente derrotado, y en la batalla de Leipzig. En 1814, Napoleón abdicó y se exilió a la isla de Elba, pero regresó al año siguiente, protagonizando el Imperio de los Cien Días, hasta su definitiva derrota en Waterloo (1815), tras la que fue deportado a la isla de Santa Elena.
Tras la derrota de Napoleón, en Europa se inició la Restauración, caracterizada por:
Las principales potencias de Europa se reunieron en el Congreso de Viena, presidido por Metternich, para garantizar una paz duradera y evitar nuevas revoluciones.
En el Congreso se remodeló Europa:
Este Congreso creó problemas: falsas uniones (como las de Noruega y Suecia) y no resolvió los nacionalismos.
La Santa Alianza, integrada por Prusia, Rusia y Austria, comprometía a sus miembros a intervenir donde fuera necesario para defender el absolutismo y acabar con cualquier movimiento revolucionario.
Los intentos de la Restauración no tuvieron éxito, influenciados por dos factores principales:
La primera oleada revolucionaria se inició en España, donde en 1820 el comandante Riego se pronunció contra la monarquía absoluta de Fernando VII. Así comenzó una etapa de gobierno liberal en la que el rey tuvo que gobernar respetando la Constitución de 1812. Este periodo finalizó con la intervención de la Santa Alianza: sus ejércitos invadieron España y restauraron el absolutismo. En 1821, los griegos se sublevaron contra el Imperio Otomano y lograron su independencia en 1829. En 1830 se produjo la segunda oleada revolucionaria. Empezó en Francia, donde Carlos X, que había tratado de gobernar de forma absoluta, fue derrocado. Le sucedió Luis Felipe de Orleans, que implantó una monarquía de tipo liberal, con un liberalismo moderado y un sufragio censitario. En Bruselas se produjo un levantamiento contra el rey de los Países Bajos, que desembocó en la independencia de Bélgica en 1831.
Las Revoluciones de 1848 afectaron a numerosos países. En ellas, además de los ideales liberales y nacionalistas, tuvieron importancia las demandas sociales de las clases populares. Además, en algunos lugares también tuvieron un componente democrático, ya que se reivindicó el sufragio universal masculino. La crisis estalló en Francia en febrero de 1848. Se derribó la monarquía de Luis Felipe de Orleans, cada vez más conservadora y corrupta, y se proclamó la Segunda República. Se elaboró la Constitución de 1848, muy moderada, y se convocaron elecciones, en las que triunfó Luis Napoleón Bonaparte, que se convirtió en presidente de la República. Sin embargo, su gobierno se hizo cada vez más autoritario, hasta que, finalmente, dio un golpe de Estado y proclamó el Segundo Imperio en 1852.
El Nacionalismo es una ideología que resalta e impulsa la idea de que la nación es el elemento más importante en la constitución de un Estado.
Se proclama el Segundo Reich (Imperio) y Guillermo I es coronado emperador. Alemania se convierte en una gran potencia económica y militar.