Portada » Magisterio » Fundamentos y Metodología de la Intervención Comunitaria: Diagnóstico, IAP y Contexto Histórico Latinoamericano
El diagnóstico comunitario no es solo una fase inicial, sino un proceso transversal que acompaña todo el ciclo de intervención. Funciona como un puente entre investigación y acción, ya que organiza la información y permite comprender la realidad social para transformarla. Así, el diagnóstico comunitario está presente en todas las fases, garantizando que la intervención sea participativa, pertinente y flexible.
La intervención comunitaria se articula en un ciclo de cuatro momentos clave:
El contexto histórico de los años 70 y 80, tanto a nivel regional como mundial, estuvo marcado por:
Los procesos de transformación social estuvieron fuertemente vinculados a la izquierda y a la educación popular:
La crisis de la izquierda se evidenció en sus límites para reconocer la diversidad cultural y étnica. Las principales limitaciones fueron:
Es un proceso crítico, participativo y orientado a la acción, no solo una recolección de datos. Funciona como puente entre investigación e intervención: conocer para transformar. Requiere confianza, respeto y participación activa de la comunidad. A diferencia del modelo médico, en lo social los problemas son dinámicos y contextuales. Sus pasos incluyen: identificación de necesidades, análisis de causas, recursos disponibles, definición de prioridades y evaluación constante.
La IAP surgió en América Latina (años 60–70) como alternativa crítica a los modelos europeos y estadounidenses.
Se basa en el ciclo acción–reflexión–acción, la autoinvestigación comunitaria, la devolución de resultados, la planificación flexible y la evaluación constante.
Es el primer paso y un proceso continuo en el trabajo comunitario. Permite superar prejuicios, evitar visiones paternalistas y construir confianza. Implica recorrer el territorio, conocer redes sociales, informantes clave y dinámicas culturales. Debe ser mutua: la comunidad también evalúa a quienes llegan. Requiere transparencia y posicionamiento ético (no hay neutralidad absoluta).
La transformación no es solo una revolución futura, sino prácticas presentes que producen lo común. “Lo común” son redes de cooperación que sostienen la vida frente al capital y al Estado. Se valora lo comunitario (indígena, campesino, urbano) como formas alternativas de organización social. No es armónico, está lleno de tensiones, pero es un espacio de resistencia y reproducción de la vida.
Este estudio de barrios en Corrientes (Argentina) se centró en la experiencia de una mesa de gestión comunitaria. El problema central identificado fue el asistencialismo y clientelismo que generan dependencia.
Conclusión: La participación es ambivalente; puede ser clientelar (subordinada) o emancipadora (autogestión y ciudadanía activa).
Silvia Rivera Cusicanqui realiza una crítica a la ciencia social tradicional y a la IAP por su visión instrumental y homogeneizadora. La historia oral es más que una técnica: es una forma de descolonizar la historia. Recupera memorias colectivas, mitos e historias indígenas como formas legítimas de conocimiento. Busca devolver la voz a los pueblos originarios y construir narrativas conjuntas. Implica un diálogo simétrico entre investigador y comunidad, rompiendo con la visión colonial y eurocéntrica de la historia.