Portada » Biología » Fundamentos y Aplicaciones de la Biotecnología Moderna: Epigenética, PCR y Terapia Génica
Rama de la genética que estudia aquellas características de un individuo que no están determinadas por la secuencia de nucleótidos del ADN.
Ciertos cánceres están relacionados con este código epigenético, y ya existen fármacos llamados epigenéticos, que invierten los cambios del epigenoma que se producen en el desarrollo de ciertas formas de cáncer.
La ingeniería genética, o tecnología del ADN recombinante, permitió crear moléculas de ADN que no existían en la naturaleza.
Con la transformación, se pueden introducir plásmidos en el interior de la bacteria.
El primer producto comercializado fue la insulina humana. Otros productos biotecnológicos incluyen:
Industria alimentaria:
Industria de detergentes:
La ingeniería genética puede aplicarse para producir biosintéticamente proteínas exactamente iguales a las que fabrica nuestro organismo.
Desarrollada por Kary B. Mullis (1986), permite amplificar rápidamente muestras de ADN.
Se denominan organismos transgénicos a los organismos modificados genéticamente (OMG) que portan un gen extraño (transgén). Se han obtenido:
La biotecnología permite introducir material genético gen a gen en una especie de manera precisa; es como disponer de unas pinzas genéticas. Estos organismos deben ser empleados con cuidado, ya que pueden acarrear problemas ambientales muy serios. Ya se dan casos de cultivos transgénicos que son atacados por insectos, puesto que los seres vivos evolucionan más rápidamente. En la prensa, estos alimentos no gozan de buena fama, porque se argumenta que aún no conocemos sus efectos sobre la salud.
Las células madre son células no diferenciadas susceptibles de convertirse en células de otros tipos de tejido: células cardiacas, de la piel, etc. Su importancia radica en la creación de tejidos y, en el futuro, órganos con la misma información genética del individuo, evitando así problemas de rechazo. Las células madre se llaman así porque de ellas es posible obtener el resto de diferentes células del cuerpo humano, como ocurre en las células embrionarias de las cuales surgirán todas las demás células de nuestro cuerpo.
¿Por qué se usan los virus? Los virus tienen una enorme capacidad de infectar a las células al introducir en ellas su material genético. Si sustituimos el material genético propio del virus por el que necesita la célula, estamos convirtiendo al virus en un estupendo mensajero.
Las células adultas pueden convertirse de nuevo en células madre progenitoras de un nuevo organismo. De esta forma, en teoría, podemos hacer copias de cualquier ser vivo; se denominan clones. El genoma de los clones es idéntico al de su progenitor, mientras que el de los individuos que provienen de reproducción sexual es una mezcla de los genomas de los progenitores. La evolución inventó precisamente la reproducción sexual para generar diversidad genética. En la actualidad, la clonación de animales es una técnica compleja que produce individuos que suelen vivir menos y son más propensos a ciertas enfermedades. La genómica está investigando sus causas.
La ingeniería genética también ha permitido el despegue de una medicina molecular que, además de desarrollar métodos diagnósticos mucho más potentes, empieza a vislumbrar lo que se denomina terapia génica, encaminada a lograr curas definitivas de las denominadas enfermedades hereditarias. Esta terapia consiste en la inclusión de genes en el cuerpo del paciente con el fin de solucionar alguna deficiencia de su genoma. Podemos decir que un gen normal se inserta en las células del órgano defectuoso del paciente para sustituir a un gen que no funciona correctamente. Puede aplicarse in vivo o ex vivo.
Existen retos técnicos, ya que hay que llevar un gen a un tipo de célula específico y conseguir que este se exprese de forma correcta. Pero también plantea problemas de seguridad: los virus que se emplean pueden causar respuestas inmunológicas mortales o inducir cáncer por su modo de integración en el ADN celular.
Las aplicaciones de la ingeniería genética se extienden también a la medicina forense. Son las huellas genéticas. La técnica se basa en la comparación de regiones de nuestro genoma que son con frecuencia altamente repetitivas, y cuya secuencia es muy improbable que coincida en dos individuos, salvo que sean gemelos.
El fundamento del proceso es que existen repeticiones de unos pocos nucleótidos (de 2 a 5 normalmente) en determinados cromosomas. Estas repeticiones se denominan repeticiones en tándem cortas (STR). En principio, que exista una coincidencia en el número de repeticiones del ADN tomado en el lugar del delito y el ADN del sospechoso no implica necesariamente que se trate de la misma persona. Sin embargo, la clave reside en contar estas repeticiones en diferentes regiones de distintos cromosomas y llevar a cabo una comparación entre el ADN procedente del lugar del delito y el ADN de las personas sospechosas. Cuando se producen coincidencias en múltiples regiones, entonces tenemos indicios de que ambas muestras de ADN pertenecen a la misma persona.
La salud es definida como un estado de completo bienestar físico, mental y social, no solo como la ausencia de enfermedad. En cuanto a la enfermedad, puede definirse como una alteración del estado de salud, es decir, la pérdida transitoria o permanente del bienestar físico, psíquico o social.
La calidad de vida se define como el grado de bienestar, felicidad y satisfacción de una persona, que le permite actuar y sentir su vida de una manera positiva. Depende de su salud física y mental, su nivel de autonomía y sus relaciones sociales.
Uno de los principales indicadores de la calidad de vida es la esperanza de vida al nacer, que es una estimación del promedio de años que viviría un grupo de personas nacidas en un año si no variaran las condiciones sanitarias y sociales en la zona que se estudia. Este valor está muy relacionado con la salud, al igual que la esperanza de vida libre de discapacidad, que estima los años de vida en buen estado de salud.
El estado de salud de una persona es el resultado de la interacción entre su genotipo y el ambiente en el que se desarrolla y vive.