Portada » Economía » Fundamentos para Emprendedores: Proactividad, Innovación y RSC
Una persona emprendedora es aquella que posee la capacidad de transformar una idea en un proyecto orientado a crear valor para la sociedad. Es alguien capaz de detectar una oportunidad y de organizar los recursos necesarios para responder a ella de forma efectiva, independientemente de los motivos que le animen a emprender su proyecto y del ámbito que elija para ello: social, empresarial, político o cultural.
Existen diversas categorías de emprendedores, cada una con motivaciones y objetivos específicos:
Son aquellos que identifican una oportunidad de negocio y organizan los recursos necesarios para su puesta en marcha con el objetivo de obtener un beneficio económico.
Son profesionales que, trabajando dentro de una empresa, proponen iniciativas e ideas para mejorar los productos o servicios que se ofrecen a la sociedad, o para introducir cambios positivos en la organización.
Se trata de personas que, aunque poseen la visión, la creatividad y la determinación, su motivación principal no es lograr un beneficio económico, sino generar cambios sociales profundos y duraderos.
El comportamiento proactivo implica actuar antes de que una situación futura se presente, en lugar de solo reaccionar; es decir, anticiparse a hechos futuros. Es tomar el control y hacer que las cosas sucedan, en lugar de simplemente ajustarse a una situación o esperar a que algo ocurra.
La comunicación es un proceso social mediante el cual dos o más personas intercambian información, ideas y sentimientos. Esta capacidad es fundamental para relacionarse y desenvolverse eficazmente en la vida diaria. En el mundo laboral, saber comunicarse es crucial para alcanzar el éxito, involucrando aspectos clave como la empatía, la asertividad y la escucha activa.
La capacidad de innovación se refiere a la habilidad de entender el mercado y de generar ideas que destacan por su diferenciación, agregando un valor añadido que sea difícil de imitar.
La Investigación y Desarrollo (I+D) es un conjunto de actividades que suponen una novedad en el conocimiento o la tecnología a nivel internacional o del sector. Implica la indagación planificada con el objetivo de descubrir nuevos conocimientos y una mayor comprensión en el ámbito científico o tecnológico, así como su aplicación para fabricar nuevos productos, servicios o procesos, o para mejorar sustancialmente los ya existentes.
Un proyecto empresarial es un documento en el que se describe una oportunidad o idea de negocio, y se analizan las estrategias y los recursos necesarios para tratar de llevarla a la práctica.
Un equipo homogéneo se forma a partir de personas con aficiones e inquietudes similares o que incluso tienen una amistad. El alto grado de conocimiento entre sus integrantes puede generar cierto relajamiento en el cumplimiento de las tareas y responsabilidades.
Un equipo heterogéneo, sin embargo, permite aprovechar la diversidad de puntos de vista y diferencias entre sus miembros, generando decisiones más creativas y variadas.
La Responsabilidad Social Empresarial (RSC) se define como la contribución de las empresas, de forma activa y voluntaria, a la mejora social, económica y ambiental, generalmente con el objetivo de aumentar su competitividad y valor agregado.
Los grupos de interés clave incluyen: clientes, competencia, empresas proveedoras, personal, Administraciones Públicas, entre otros. Cualquier organización o empresa debe identificar cuáles son sus grupos de interés y establecer medidas que permitan mejorar los efectos de sus actuaciones en relación con estos colectivos.
Las ventajas más importantes de la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) para una empresa son: