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1- La más aristotélica, parte del movimiento para llegar a Dios como motor inmóvil.2- Parte del hecho de que hay causas causadas para culminar en la existencia de una causa incausada.3- Inspirada en el filósofo árabe Avicena, parte de que hay seres contingentes (que pueden
existir o no existir) y llega a la afirmación de que hay un ser necesario (que no puede no existir). Es la más importante, ya que su planteamiento está aplicado de manera implícita en las demás vías.4.- De ascendencia platónica, arranca de la idea que hay seres más y menos perfectos, de que
hay grados de perfección, para concluir afirmando la existencia de una inteligencia ordenadora.5.- Toma como punto de partida el orden que se manifiesta en el comportamiento natural de los seres del mundo, para terminar afirmando la existencia de una inteligencia ordenadora.
Argumento general de las cinco vías:
1. Cosas que se mueven (pasan de potencia a acto) 2. Seres que tienen una causa (hijos, padres…) 3. Seres contingentes (que no necesariamente existen) 4. Seres con diverso grado de perfección 5. Seres sin inteligencia, pero que actúan ordenadamente.
1. Todo ser que se mueve es movido por otro, e implica un ser inmóvil 2. Todo ser incausado implica una causa incausada 3. Todo ser contingente exige un ser necesario 4. Todo ser imperfecto requiere un ser perfecto 5. Todo ser ordenado pide un ordenador supremo.
Hay distinción clara, formal y explícita entre la verdad teológica y la filosófica. Cada una tiene su propio campo de acción. A la filosofía le corresponde el campo de la verdad natural: a la Teología el campo de la verdad sobrenatural. Sin embargo, hay verdades que son al mismo tiempo verdades de fe y verdades de razón: por ejemplo, la existencia de Dios. Las dos se complementan. Es el ámbito de la Teología natural. Teología: Verdades sobrenaturales. Proceden de la Revelación divina para que podamos conocerlas mediante la fe, Son los llamados Artículos de fe y Se encuentran contendías en la Doctrina Sagrada.
Filosofia: Las conocemos mediante los sentidos y la razón. Son conocimientos sobre el Mundo, el ser humano y sobre Dios .
Proposiciones que pertenecen a la Teología sagrada cuya verdad puede ser alcanzada y demostrada mediante el uso exclusivo de la razón: es el ámbito de la Teología natural.Este tipo de proposiciones forman parte de la Teología, Metafísica o Filosofía primera, cuyo objeto de estudio es Dios, como causa primera de todos los entes.
Expone los fundamentos metodológicos de la prueba. Siguiendo a Aristóteles, elige como proceso de demostración el principio de causalidad a nivel metafísico.Este proceso tiene dos direcciones: 1) de la causa al efecto o a priori. Parte de la causa, y va de lo anterior a lo posterior. A partir del conocimiento de la causa podemos llegar a conocer su existencia, y a conocer también alguno de sus efectos. Es el tipo de demostración que propone San Anselmo. 2) Del efecto a la causa o a posteriori. Es aquella que parte del efecto e intenta llegar a la causa. El punto de arranque será la experiencia sensible, más concretamente, el conocimiento de los seres creados, del mundo. Si tomamos el mundo como efecto de una causa y tratamos de investigar no cuál es la causa más inmediata, sino la causa última de este efecto, podremos llegar a demostrar la existencia de Dios. Es la demostración que sigue Santo Tomás. El punto de arranque será la experiencia sensible, pero no la científica, sino la metafísica (mediante el proceso de abstracción podemos conocer: 1º) la materia de las cosas, 2º) los entes matemáticos y, 3º) los entes metafísicos, como son los efectos del ser). El conocimiento de esta realidad, para Santo Tomás, está al alcance del conocimiento humano debido a su capacidad de abstracción, que toma como punto de partida la realidad sensible, pero que se remonta a un ser inteligible. Hay pues una conexión causal entre Dios y lo creado, una identidad analógica entre efecto y causa. Así llegamos a tener un cierto conocimiento de lo que es Dios como ser inmóvil, causa eficiente, necesario, perfecto e inteligente.
La defensa tomista de la demostración “quia” se concreta en las cinco vías que, partiendo de la creación, se remontan a Dios como su causa. Las 5 vías tienen una estructura similar: En primer lugar se constata un hecho de experiencia, un efecto de la creación conocido por los sentidos, pero sometido a una abstracción metafísica. Por ejemplo: los seres creados son contingentes. En segundo lugar, se aplica el principio de causalidad al hecho constatado, pero a nivel metafísico. Ejemplo: la contingencia de los seres presupone una causa. En tercer lugar, se niega la posibilidad de una serie infinita de causas. (Si la serie causal fuese infinita, no habría una causa primera, de modo que existiría un efecto sin causa. Puesto que no puede haber un efecto sin causa, pues es imposible, entonces tiene que haber una causa primera que sea causa de sí misma, y también causa primera de toda la serie. Finalmente, se concluye que esa causa primera es Dios.
Punto central del artículo: la crítica al argumento ontológico de San Anselmo de Canterbury – s. XI-, propuesto para demostrar la existencia de Dios, que parte de la propia idea de Dios en la mente humana. Todos los hombres, incluso el necio – el que no cree-, tiene una idea, una definición de Dios: un ser tal que es imposible pensar otro mayor que él, o que posee todas las perfecciones en grado sumo. En esta definición, está incluida la existencia, pues de lo contrario se podría pensar en otro ser, igual que el anterior pero que tuviera incluida la existencia en la definición, y entonces, sería mayor que el anterior y habría una contradicción en la definición de Dios como imposible pensar otro mayor que él. Luego, la definición de Dios incluye su existencia. Objeciones de Santo Tomás: 1.- No todos los hombres atribuyen el mismo significado al nombre de Dios.2.- Se da un paso indebido del orden ideal al ontológico o real, – que pueda ser pensado no implica que tenga que existir realmente-3.- Tendríamos que reconocer primero que en lo real hay algo que es la suma de todas las perfecciones. La prueba de San Anselmo ha sido denominada a priori o analítica, porque del análisis del sujeto (esencia) se deduce el predicado y se basa en el principio de no contradicción. Este tipo de demostración propter quid, va del conocimiento de la causa al efecto.
En el año 1215, el Concilio IV de Letrán, proclama la teoría de la creación, donde se formula la radical diferencia entre Dios y las criaturas. El objetivo era extirpar el panteísmo surgido en el seno de la Iglesia. La teoría de la creación, extraña para el pensamiento griego, era una de las aportaciones del cristianismo. La creación era un acto libre producto de la voluntad divina. Por lo tanto, hay una distinción entre Dios, y todo lo que existe, fruto de su creación. Existe así pues, un Ser Creador y seres creados, con una radical diferencia entre ellos: Dios es el que existe por sí mismo, y los seres creados existen por otro; y además, podrían no existir: son seres contingentes. La noción de creación lleva consigo la idea de contingencia –no necesario- de lo originado, en cuanto que es, pero podría no haber sido. Dios es el ser que existe por sí mismo; necesariamente existe, no puede dejar de existir: Su esencia es igual a su existencia. Es el ser necesario. Los seres creados existen por otro no necesariamente existen; podrían no existir: su esencia no es existir, por tanto en ellos hay una diferencia entre esencia y existencia, por eso son contingentes.
para Santo Tomás, en las criaturas la esencia es potencia (posibilidad de ser o no ser) y la existencia es la actualización de esa esencia. Dios sin embargo, es acto puro, su esencia y existencia coinciden. Todos los seres son en potencia, pero no todos existen de hecho. Dios es Acto puro, en él no hay potencialidad.
La primera vía nos remite al movimiento de los seres. Los sentidos nos dicen que las cosas se mueven. Pero todo lo que se mueve es movido por otro. Por lo tanto, si lo que se mueve a su vez, ha de ser movido por otro, y éste por otro….Nos vemos dentro de un proceso infinito. Por ello, es necesario llegar a un Primer Motor que no sea movido por nada. A este ser lo llamamos Dios.La segunda vía, nos hace pensar en un orden de causas eficientes. En nuestro mundo sensible existe un orden de causas eficientes. Pero ni vemos ni es posible pensar algo que sea causa eficiente de sí mismo, pues, – en ese caso- tendría que ser anterior a sí mismo, lo que resulta imposible. Además, no es posible que en el orden de las causas eficientes procedamos hasta el infinito. Es necesario suponer una Causa Eficiente Primera, a la que todos llaman Dios. La tercera vía: la contingencia en el existir. Las cosas tienen la posibilidad de existir y de dejar de existir, pues algunas se engendran y otras se corrompen. Lo que tiene la posibilidad de no existir alguna vez no existíó. Si todas las cosas tienen esa posibilidad de no existir, cabe pensar que alguna vez no habría existido nada. Ahora tampoco existiría nada: pues nada procede de la nada. Pero como ahora existe algo, ello implica que no todas las cosas tienen la posibilidad de existir y no existir. Algo ha de ser necesario. A este Ser Necesario le llamamos Dios. La cuarta vía: los grados de perfección de los seres. Encontramos en este mundo cosas más o menos buenas, más o menos verdaderas, más o menos nobles…Lo más y lo menos se aplica a las cosas según su aproximación a lo que es máximo en ese orden. Debe existir algo que sea óptimo, nobilísimo, el más verdadero de los seres: un Máximo Ser. Y como lo que es máximo en un género es causa de todo lo que se contiene bajo ese género, tiene que haber un máximo Ser causa de toda bondad, verdad, nobleza y demás cualidades por el estilo. A este ser lo llamamos Dios. La quinta vía: El orden teleológico del mundo. Vemos que algunas cosas de la naturaleza carecen de conocimiento y sin embargo, obran con intención de fin (con una finalidad). Ahora bien, las cosas que no tienen conocimiento no tienden a un fin si no son dirigidas por algún ser cognoscente e inteligente. Existe, por lo tanto, un Ser Inteligente que dirige todas las cosas naturales a un fin; es lo que llamamos Dios.