Portada » Música » Explorando las Vanguardias Musicales del Siglo XX: Mahler, Ravel, Schönberg y Stravinsky
El siglo XX fue una época en la que la música fue más diversa y mejor documentada que nunca. Surgieron nuevos estilos como el jazz y el rock, y en la música clásica se exploraron múltiples enfoques, desde la tonalidad hasta la atonalidad.
A comienzos del siglo, la música clásica experimentó una fuerte tensión entre la tradición y la innovación. Los compositores modernistas buscaban crear obras originales que pudieran competir con los clásicos del pasado. Surgieron muchos estilos nuevos, como el impresionismo, el expresionismo o el neoclasicismo, y algunos compositores exploraron nuevas formas tonales o post-tonales. El nacionalismo también influyó, llevando a cada compositor a desarrollar un estilo propio que mezclaba tradiciones locales y extranjeras, lo que resultó en una gran diversidad musical.
Junto a Richard Strauss, Gustav Mahler fue uno de los compositores austríacos de mayor éxito de su tiempo. Nacido en 1860, es conocido principalmente por sus sinfonías y canciones orquestales. Estudió en Viena y fue influido por Richard Wagner y Johannes Brahms. Además de compositor, fue un importante director de orquesta. Se casó con Alma Schindler, con quien tuvo dos hijas. La muerte de su hija pequeña y otros problemas personales marcaron sus últimas obras. Murió en 1911 a causa de una enfermedad cardíaca. Su música destaca por el uso de grandes orquestas y una vasta variedad de sonidos y emociones, con claras características del modernismo.
La Cuarta Sinfonía de Mahler es una de sus obras más populares y emblemáticas de su estilo variado. Cada movimiento es distinto y presenta un gran contraste. El primer movimiento mezcla el estilo clásico de Joseph Haydn y Wolfgang Amadeus Mozart con elementos románticos, utilizando una gran diversidad de motivos. Posee forma sonata, con un primer tema de carácter clásico y un segundo tema más romántico. El desarrollo es libre y audaz, y la reexposición restablece el orden sin perder la complejidad emocional.
En el siglo XX, Maurice Ravel vivió en una época en la que Francia buscaba una identidad musical propia, especialmente después de la derrota en la Guerra Franco-Prusiana contra Alemania. Los músicos franceses deseaban diferenciarse del estilo alemán, en particular del de Richard Wagner, que había ejercido una gran influencia. Para lograrlo, comenzaron a redescubrir su propia tradición musical, valorando la elegancia, la sencillez y el buen gusto, en contraste con la emoción intensa y el drama del romanticismo alemán. En este contexto, Ravel desarrolló un estilo personal, influenciado tanto por la música francesa antigua como por nuevas ideas modernas.
Compositor francés de gran originalidad, a menudo asociado con el impresionismo, aunque su estilo personal trascendió esta corriente. Se destacó por su gran habilidad técnica, su uso de formas musicales tradicionales y por integrar diversas influencias en su música. Su estilo se caracteriza por melodías claras, armonías sofisticadas y un lenguaje musical refinado y predominantemente tonal.
La obra es una suite para piano. Es una suite formada por seis movimientos inspirados en las danzas del siglo XVIII, y cada uno está dedicado a un amigo del compositor fallecido en la Primera Guerra Mundial. Está escrita al estilo de la música del siglo XVIII, pero con sonoridades modernas del siglo XX, lo que la convierte en un ejemplo paradigmático del neoclasicismo.
El tercer movimiento, titulado Menuet, es un claro ejemplo de esta fusión. Conserva el ritmo y la forma de un minueto clásico, pero incorpora armonías modernas, como acordes de séptima y novena. Ravel fusiona lo antiguo con lo nuevo: respeta la estructura clásica, pero con una sonoridad más moderna. Al final del movimiento, combina los temas del minueto y del trío utilizando el contrapunto, demostrando su gran dominio musical.
A principios del siglo XX, algunos compositores jóvenes rompieron con las tradiciones musicales del pasado, creando nuevas formas de expresión influenciadas por el arte moderno. Su objetivo no era necesariamente agradar al público. Dos de los más importantes fueron Arnold Schönberg e Igor Stravinsky, quienes lideraron diferentes corrientes dentro del modernismo musical. Schönberg y sus alumnos exploraron nuevos sistemas musicales, mientras que Stravinsky fusionó el modernismo con ideas nacionalistas.
Compositor austríaco muy influyente del siglo XX, conocido por ser el creador de la música atonal y el método dodecafónico. Nació en Viena, comenzó a tocar violín de niño y aprendió a componer de forma autodidacta. Tras la muerte de su padre, trabajó en un banco y tuvo poca formación musical formal, aunque recibió apoyo del compositor Alexander von Zemlinsky. Enseñó en Berlín y Viena, donde formó a numerosos discípulos. Compuso música atonal, lo que generó gran controversia. Desarrolló la técnica dodecafónica, basada en la organización de las doce notas de la escala cromática. Debido al antisemitismo nazi, emigró a Estados Unidos. Murió en Los Ángeles. Su música rompió con la tradición tonal, pero buscaba continuar la herencia clásica alemana de una forma innovadora.
La Suite para piano, op. 25, fue la primera obra en aplicar por completo su nuevo método dodecafónico. Está inspirada en las antiguas suites barrocas, como las de Johann Sebastian Bach, y contiene varios movimientos de danza; sin embargo, en lugar de usar una tonalidad, se basa en una serie de doce notas que reemplaza la armonía tradicional. Schönberg utilizó este formato clásico para demostrar que su técnica moderna podía otorgar estructura y coherencia a la música, sin necesidad de una tonalidad fija. Aunque su sonoridad difiere de la música tonal, la Suite posee una forma clara, un ritmo definido y una lógica interna.
Famoso compositor ruso que comenzó con un estilo nacionalista y posteriormente se volvió cosmopolita. Estudió composición y saltó a la fama con ballets como Petrushka y El pájaro de fuego, escritos para los Ballets Rusos de París. Vivió en Francia, Suiza y luego en Estados Unidos, donde adoptó el estilo neoclásico y, más tarde, incorporó técnicas dodecafónicas. Fue innovador por su ritmo irregular, el uso de ostinatos, bloques sonoros y colores orquestales únicos. Murió en Nueva York y fue enterrado en Venecia.
La consagración de la primavera – Danza de los adolescentes es una sección del famoso ballet de Stravinsky que representa un ritual pagano de la antigua Rusia, en el que una joven baila hasta morir como sacrificio para asegurar la fertilidad de la tierra. En esta escena, Stravinsky utiliza ritmos irregulares y acentos inesperados que rompen con la métrica tradicional. Cada pulso suena con la misma intensidad, sin marcar partes fuertes o débiles, lo que crea una sensación salvaje y desordenada, perfecta para expresar el primitivismo del ritual. Los acordes fuertes y repetitivos en cuerdas y trompas, junto con un ostinato en el corno inglés, confieren a la música una energía cruda y tribal. Aunque su sonoridad pueda parecer caótica, está cuidadosamente compuesta para acompañar la danza.