Portada » Magisterio » Evaluación, Espacio y Tiempo en Educación Infantil: Claves para el Aprendizaje
La evaluación es un instrumento al servicio del proceso de enseñanza-aprendizaje que se integra en las actividades cotidianas del alumnado y del centro educativo. Nos permite determinar en qué grado se han cumplido los objetivos propuestos.
Es una evaluación global, continua y formativa, en la que se desarrollan recursos básicos como la autoevaluación. Se necesita promover objetivos concretos, cercanos y con significado.
Hay una evaluación inicial, con la información facilitada por los padres sobre las costumbres, aficiones, relaciones con los demás, posibles dificultades, etc. También hay una evaluación formativa donde se reajustan las actividades y ayudas para cumplir los objetivos.
Es importante la participación de los padres.
Corresponde a todos los componentes de la comunidad escolar, aunque es el profesorado, como diseñador del PEC (Proyecto Educativo del Centro), quien realiza la primera evaluación. Esta evaluación podrá realizarse a través de los Equipos Docentes, los seminarios y Departamentos Didácticos, el Equipo Directivo y el Claustro de profesores.
El equipo de Coordinación Pedagógica propondrá al Claustro, para su aprobación, las estrategias más adecuadas. Podrán participar en la evaluación del centro y del Proyecto de Centro agentes externos: inspección y centro de profesores.
Podemos distinguir entre:
El espacio debería ser adaptable en cuanto a su estructura básica (que pueda cambiar de forma puntual o permanente), flexible para que los espacios puedan cumplir diferentes funciones y se puedan variar los servicios, variado en cuanto a dimensiones y polivalente en cuanto a funciones.
Los espacios deben cuidar las temperaturas y la iluminación tiene que ser natural. Los accesos deben ser cómodos para que no se impida el acceso a ningún alumno. El equipamiento del centro educativo es imprescindible para el trabajo que se realiza en la etapa educativa, ya que un centro con las dotaciones suficientes facilita la tarea docente. Estos elementos son muy variados y los podemos encontrar en cualquier espacio del centro escolar (estanterías, armarios, tablones, pupitres, pizarras…). En general, los equipamientos de los centros deben ser flexibles para poder adaptarse a las necesidades de los alumnos, que no impidan el acceso de los alumnos, estén a su alcance… Los equipamientos se adaptarán a cada etapa educativa, y por ello los alumnos participarán en la adecuación de estos.
Los centros docentes deberían tener un equipamiento tecnológico suficiente (proyectores, ordenadores, impresoras…), es decir, los elementos imprescindibles en las escuelas de hoy en día.
Las aulas del centro educativo han sufrido cierta evolución con el tiempo, han sido el lugar fundamental de trabajo en los centros y, por lo tanto, su peso en el conjunto de la escuela ha ido variando según las diversas orientaciones que se daban. La concepción abierta del espacio escolar ha transformado la imagen rígida del aula y ha propuesto pensarla desde un punto de vista más amplio.
Como conclusiones, se observa que el espacio del centro educativo está cambiando, ya que se pudo comprobar que los espacios rígidos y con poca variedad de funciones no eran útiles para el trabajo con los diferentes grados de la educación.
En cuanto al tiempo, todo el funcionamiento del centro está marcado según este. Es un recurso fundamental, arbitrario y convencional, ya que hay un tiempo para la educación y otro para el tiempo libre. Cuanto mayor sea el tiempo de escolarización, mayor será el nivel de educación. Los principios en la concepción del tiempo son:
El alumno construye sus conocimientos a partir de todas sus experiencias, por tanto, hablaremos de tiempo educativo tanto respecto al tiempo de trabajo que el alumnado utiliza en las tareas académicas como al tiempo libre. En cuanto al tiempo en los centros podemos distinguir dos tipos de jornada: jornada continua y jornada discontinua (hablar del debate).