Portada » Economía » Estrategias de Formación y Desarrollo del Talento en la Empresa
Para algunas organizaciones, la formación se considera un gasto; para otras, por el contrario, es una inversión. A estas alturas y con el tiempo, las empresas han tenido que reducir también los presupuestos en formación como política de ahorro empresarial.
Por lo tanto, la formación es una inversión rentable no solo para la empresa, sino también para la persona que se forma.
Al preparar una formación en la empresa, es fundamental considerar los siguientes elementos:
La formación puede clasificarse según diversos criterios:
El primer paso para una buena puesta en marcha de todo plan de formación es la detección de necesidades, un aspecto fundamental.
Permite detectar fallos y errores que podrían ser resueltos con formación, tales como:
También pueden percibirse:
Las necesidades formativas pueden ser:
El cuestionario debe contener preguntas relevantes para detectar las necesidades. También es necesario conocer la opinión del supervisor directo, quien debe valorar la pertinencia o no de la formación en función de sus puntos de acuerdo o desacuerdo respecto a sus prioridades o necesidades.
Se trata de elaborar un sistema para desarrollar el capital humano, es decir, formar a las personas con capacidades para sucesivos puestos dentro de la empresa en función de las necesidades del trabajo y las exigencias del cambio tecnológico.
Para todo esto, se requiere una clasificación previa de los empleados en función de si poseen potencial, para establecer de esta forma un trato diferenciado.
El término COACHING se refiere al entrenamiento. Ha demostrado ser una técnica muy poderosa para la gestión del cambio a través de la transformación que experimenta la propia persona en el proceso de coaching. La persona que lo desarrolla se denomina COACH y la que lo recibe COACHEE o CLIENTE.
El coachee se plantea conseguir unos objetivos y el coach le ayuda a conseguirlos. El coach no dirá qué es lo que debe hacer; se centra en guiarle para que el coachee encuentre en sí mismo la vía adecuada mediante un plan de acción para sus metas personales y profesionales.
Sea personal o ejecutivo, el coaching tiene como finalidad ponerse en acción para conseguir un objetivo. El coaching apuntará no solo a la expansión de la capacidad de acción de una persona, sino que dicha expansión será consecuencia de una modificación del tipo de observador que esa persona es. Transformando al observador, abriremos posibilidades para generar nuevas respuestas donde antes no las había. A esto se llama aprendizaje transformacional.
Para ser líder de algo, lo primero que se ha de hacer es dirigirse a sí mismo, cultivando su integridad, carácter, ética, conocimiento, sabiduría, temperamento y actos. Sin dirigirse a sí mismo, nadie está en condiciones de ejercer autoridad. Mientras más autoridad se le entrega, más peligroso resulta.
Las organizaciones más avanzadas apuestan por un liderazgo basado en aprovechar los talentos de sus empleados y, en la medida de lo posible, facilitar su desarrollo. El coaching cumple un importante papel con técnicas avanzadas y profesionales para detectar y potenciar el talento de las personas. Se defiende la transformación del líder clásico al líder coach mediante herramientas que faciliten el cambio y mediante una formación de calidad guiada por los mejores profesionales para acompañar a la persona en este proceso.
En el ámbito empresarial, el mentor es una persona de la propia empresa con una sólida experiencia y una brillante trayectoria que guía el desarrollo de un ejecutivo, empleado o mando intermedio, tanto en el ámbito personal como en el profesional.
Es la persona que transfiere su experiencia y conocimientos a otra, normalmente más joven o con menor experiencia en un determinado ámbito.
La potencia del mentoring es de tal envergadura que cada vez son más los programas que tienen como objeto potenciarlo y formalizarlo en muy diversos ámbitos: educativo, profesional, social, comunitario y organizacional.
Objetivos de valor del mentoring:
Las empresas deben aprender constantemente si quieren ser competitivas y permanecer en mercados cada vez más complejos.
Como parte de este cambio cultural, la responsabilidad sobre los procesos de aprendizaje se ha descentralizado de forma progresiva desde los departamentos de RRHH. Estos programas de mentoring se están generalizando como un medio efectivo de:
Se basan en: