Portada » Biología » El Sistema Cardiovascular: Anatomía, Funciones y Constantes Vitales
El aparato cardiovascular es un sistema de transporte interno que utilizan los seres vivos para mover dentro de su organismo elementos como nutrientes, oxígeno, desechos y hormonas. Está constituido por un fluido (sangre), un conjunto de conductos (arterias, venas y capilares) y una bomba impulsora que es el corazón.
Los componentes principales son: el corazón, la sangre y los vasos sanguíneos.
El corazón es una estructura muscular que se contrae regularmente para mantener la sangre en constante movimiento dentro de los vasos sanguíneos. Su tamaño es similar al de un puño cerrado y pesa alrededor de 300 gramos. Se sitúa en el centro del tórax, entre los dos pulmones, desviado hacia el lado izquierdo y encima del diafragma. Aproximadamente dos terceras partes del órgano se localizan en el hemitórax izquierdo y un tercio en el hemitórax derecho.
Posee 4 cavidades o cámaras:
Las cavidades se conectan mediante válvulas:
La sangre es un tejido fluido. Un adulto contiene aproximadamente 5 litros de sangre, lo que representa un 7% de su peso corporal. Se compone de una fase líquida (plasma) y una fase sólida.
Por otro lado, la linfa es un líquido transparente que recorre los vasos linfáticos. Se produce por el exceso de líquido que sale de los capilares sanguíneos al espacio intersticial y es recogida por los capilares linfáticos.
La sangre llega a todos los órganos y tejidos gracias a una red de vasos sanguíneos:
El corazón actúa como una bomba que impulsa la sangre mediante contracciones (sístole) y relajaciones (diástole) rítmicas.
Cada latido consta de una contracción o sístole, seguida de una relajación o diástole. Entre cada latido, el corazón descansa aproximadamente 0,4 segundos. En reposo, impulsa alrededor de 5 litros de sangre por minuto (75 ml por latido). A lo largo de una vida de 70 años, el corazón late, en promedio, 2600 millones de veces.
El corazón se contrae automáticamente a un ritmo de 60-80 latidos por minuto en reposo. Este automatismo es posible gracias a un sistema eléctrico propio:
El ser humano dispone de un sistema circulatorio doble. La sangre sigue dos circuitos principales:
En 1999, las enfermedades cardiovasculares representaron el 36% del total de los fallecimientos. Las que causaron un mayor número de muertes fueron la cardiopatía isquémica (incluyendo el infarto de miocardio), la insuficiencia cardíaca y el accidente vascular cerebral. En muchas ocasiones, el origen es la arterioesclerosis, lo que resalta la importancia de evitar hábitos no saludables. Asimismo, es crucial el control médico de los factores de riesgo vascular, que incluyen la hipertensión arterial, la diabetes mellitus y los niveles elevados de colesterol en sangre.
Las constantes vitales son mediciones de las funciones más básicas del cuerpo. Su registro y seguimiento son fundamentales para evaluar el estado de salud de una persona.
Es el acto por el que introducimos aire en los pulmones (inspiración) y expulsamos dióxido de carbono (CO2) (espiración). Se mide en respiraciones por minuto (rpm) y lo normal en un adulto en reposo es tener entre 12 y 16 rpm. Para medirla, se deben observar las movilizaciones del tórax durante un minuto.
La temperatura es el grado de calor del cuerpo. La temperatura axilar normal se sitúa alrededor de los 36 °C.
Es la dilatación perceptible de una arteria debido a la llegada de sangre procedente del corazón por la contracción cardíaca. El valor normal, o frecuencia cardíaca, oscila entre 60 y 80 pulsaciones por minuto (ppm) en un adulto en reposo.
Es la presión que ejerce la sangre cuando pasa por una arteria. Será más alta cuando el ventrículo se contrae (sístole) y más baja cuando se relaja (diástole).
Las constantes vitales se deben anotar en la hoja de registro del paciente, que puede tener un seguimiento diario o mensual. Generalmente, se utilizan códigos de colores estandarizados:
