Portada » Economía » El Rol Esencial del Estado en la Economía: Abordando los Fallos de Mercado
La existencia de fallos de mercado justifica la intervención del Estado en la economía.
Un ciclo económico es la fluctuación de la actividad económica, caracterizada por la expansión o contracción de la producción y el empleo en la mayoría de los sectores de la economía. Consta de 4 fases principales:
Las claves del crecimiento económico son dotar al país de infraestructuras, formación de capital humano, e investigación, desarrollo e innovación (I+D+i).
El mercado no crece de forma sostenida ni regular, lo que constituye un fallo de mercado. Se necesita la intervención del Estado para intentar conseguir una estabilidad que reduzca la intensidad de estas fluctuaciones. El Estado, a través de la política fiscal y de rentas, contribuye a mitigar estos ciclos.
Son repercusiones que una empresa ejerce en el desarrollo de su actividad frente a terceros.
Se considera un fallo de mercado porque, si no existiera un organismo que controlara esta situación, se producirían más efectos negativos o menos efectos positivos de lo socialmente deseable.
Existen dos tipos de externalidades:
El Estado interviene intentando limitar la cantidad de contaminación a través de impuestos o regulaciones, como:
Esto le supone a la empresa un coste adicional. Para fomentar estas iniciativas, el Estado interviene subvencionando a las empresas que las implementan.
Los bienes públicos son aquellos que cumplen simultáneamente estas características:
Cuando se cumplen simultáneamente estas características, se denominan bienes públicos puros (ej. alumbrado público, faro). Los bienes públicos no puros solo cumplen una de las características (ej. sanidad, educación pública).
El mercado se puede encontrar con el consumidor parásito (o free-rider), que se denomina así a aquellos consumidores que pretenden beneficiarse de un servicio a costa de los demás. Siempre existe este incentivo. Una empresa privada no puede permitirse esto, por ello necesitamos al Estado para que asuma la provisión de estos bienes, incluso si algunos se benefician sin contribuir directamente.
Decimos que los bienes públicos son un caso de fallo de mercado porque las empresas privadas no suelen ofrecer estos bienes o servicios, o si los ofrecieran, sería a un precio muy elevado, lo que limitaría la cantidad disponible para todos. Además, no estarían dispuestas a aceptar al consumidor parásito.
Los mercados de competencia imperfecta son ineficientes. Por ello, el Estado debe intervenir para regular estos mercados, establecer leyes y sanciones, y evitar las ineficiencias. De este modo, se protege al consumidor.
La existencia de mercados no competitivos es un fallo de mercado porque el consumidor sale perjudicado.
Si dejamos actuar libremente al mercado, este genera enormes diferencias sociales. Decimos, por tanto, que el mercado ha fallado. Esto provoca la intervención del Estado, que, buscando la equidad, procurará reducir estas diferencias. Es importante señalar que equidad no significa que todo el mundo gane lo mismo. La equidad tiene dos perspectivas principales:
El Estado se encarga de:
Para ello, utiliza una serie de instrumentos de política económica: