Portada » Historia » El forcejeo con la iglesia católica
El general Francisco Franco había consolidado durante la Guerra Civil (1936-39) un régimen dictatorial gracias a su nombramiento como jefe del estado y generalísimo de los ejércitos y como jefe del partido único del régimen la FET-JONS (1937), adoptando el título de Caudillo en 1938. Tras el éxito de la guerra el primer día de Abril, el “generalísimo” anunciaba la instauración de su régimen autoritario, que se conocería como franquismo. El régimen giró en torno al nacionalcatolicismo, una ideología que consideraba la fe católica consustancial y al ser español y que legitimaba al “Caudillo de España por la gracia de Dios”. La iglesia católica y el Estado mantuvieron una estrecha relación afirmando está mentalidad nacionalcatólica. Además se implantó un férreo militarismo, reflejando el autoritarismo con el que se ejercía el poder y otorgándoles a los militares gobiernos civiles y la responsabilidad del orden público. Por otro lado, se defendíó la unidad histórica de la nacíón española con una sensibilidad centralista muy acusada, que iniciaría la persecución de los regionalismos. El régimen planteó el nacionalsindicalismo y destacó su antimarxismo y el antiliberalismo. Consecuente, rechazó el sistema de partidos y se establecíó uno: Falange española tradicionalista y de la JONS. Se llevó a cabo una democracia orgánica, que reconocía la representación política en las unidades orgánicas de la sociedad mediante la designación y elección indirecta de los candidatos. En lo laboral, solo existía el sindicato único y vertical. Las bases sociales que constituyeron importantes apoyos institucionales y sociales para la supervivencia del régimen, fueron: Falange, la cual sirvió para contar con todos los apoyos de los seguidores del partido, asentando la ideología franquista. La iglesia, a la que se le cedíó un gran bienestar económico, poder social y el control de la educación, convirtiéndose en el instrumento de legitimación del estado y de los ideales patrióticos de Franco. El ejército del régimen, con una mayor jurisdicción durante la posguerra y siempre fiel al régimen. Las clases acomodadas y el campesinado católico, qué antepusieron su bienestar a las libertades negadas por la dictadura, englobando a los obreros apolíticos. Su pilar fundamental fue la represión de toda actitud crítica al régimen, con un control absoluto sobre la propaganda y la educación. La institución del régimen se llevó a cabo mediante las siguientes leyes fundamentales del estado: el Fuero del trabajo establecía los fundamentos sobre los que se organizaría la economía del nuevo estado. La ley constitutiva de las Cortes respondía al concepto totalitario de representación e instauraba la representación corporativa y por causas naturales. Las leyes de apariencia liberal, como el Fuero de los españoles, establecían un sistema político autoritario de carácter confesional con derechos limitados. Se uníó la Ley del referéndum y la Ley de sucesión en la jefatura del estado. Leyes de consolidación de la dictadura, como la Ley de principios del movimiento nacional y la Ley orgánica del estado. Los años 40, conocidos como los años del hambre, fue un periodo en el que se llevó una fuerte represión política y social, exhibíéndose numerosas personas, especialmente intelectuales y desarrollándose un sistema policial de delaciones, denuncias y venganzas. El Tribunal de orden público persiguió la reuníón y la expresión. Con la situación económica ruinosa tras la guerra, se llevó a cabo una política económica intervencionista y autárquica que no género crecimiento durante los años 40. Se produjo una inflación gigantesca, generando un hambre generalizada que se caracteriza por el racionamiento de alimentos y por el estraperlo. En 1951 se constituyó el instituto Nacional de Industria. Tras el fin de la Guerra Civil, España quedó comprometida con las potencias fascistas. Franco firmo con Hitler el Tratado de Amistad germano español el 31/03/1939. Con el inicio de la segunda Guerra Mundial, España declaro la neutralidad por la debilidad que mostraba, cambiando posteriormente a la posición de no beligerancia para volver de nuevo a la primera declaración. A pesar de que la política de no participación, durante la Guerra, Hitler y Franco tuvieron un encuentro en Hendaya. Se enviaría la división Azul como apoyo para la invasión alemana de la URSS. Con las derrotas de Italia y Alemania, España trato de borrar sus rasgos fascistas, aunque el bloqueo diplomático y económico atenuado fue inevitable. Se produjo un aislamiento internacional abrumador del régimen. La oposición monárquica fracaso sus opciones con Juan de Borbón quién lanzaría el manifiesto de Lausana en 1945. En los años 50 se produjo un reconocimiento del régimen franquista en la Guerra fría gracias a su fervor anticomunista. Tras largas discusiones, sería admitida en la ONU en 1955 y
en 1956, cedería la soberanía a Marruecos. Destacaron 2 acontecimientos que simbolizaron la aceptación internacional del régimen: los acuerdos con EE.UU y el concordato con el Vaticano. Con los acuerdos con EE.UU. 1953, España y Estados Unidos establecieron una política de defensa y ayuda económica, autorizando a EE.UU. Instalar bases como la de Rota. Con la ayuda económica se consiguió suprimir el racionamiento, comenzar a desmontar el mercado negro y estabilizar los precios. A su vez fue una prueba del reconocimiento internacional del régimen. Con la firma del concordato con el Vaticano se confirmo la confesionalidad católica del régimen y el fuero eclesiástico se dotó económicamente a la iglesia y se le otorgaron amplios derechos en la enseñanza. A su vez, en torno al franquismo se inició un movimiento obrero de protesta por la mala situación económica convocándose huelgas en el país Vasco, Asturias y Cataluña siendo apoyados por el PCE y CCOO. Cómo respuesta crecíó el movimiento universitario en contra del régimen coma así como los nacionalismos en el país Vasco y Cataluña naciendo la organización ETA. En esta década la industria y el turismo fueron una importante fuente de ingresos. En 1957, con una españa al borde de la bancarrota, se inició el plan de estabilización.
El efecto de todo esto estuvo sobre las clases asalariadas privándolas de horas extras y de créditos. A su vez, fueron muchos los españoles que emigraron a las zonas industriales o al extranjero. En los años 60 se llevaron a cabo tres planes de desarrollo, atrayendo capitales, consiguiendo una financiación pública y creando polos de desarrollo como Sevilla o Burgos. España alcanzó la mayor tasa de crecimiento del mundo. Hubo un aumento de la inversión del capital extranjero y un aumento de exportaciones. Las medidas dieron lugar a una mejora en el nivel de vida, desarrollándose la Seguridad Social, con la que se podía acceder a pensiones de jubilación y cobertura sanitaria, aunque la desigualdad de distribución regional de la renta, produjo grandes desequilibrios económicos y demográficos, producíéndose un éxodo rural. Aparte se produjo una apertura intelectual, qué se confirmo con la ley general de educación (1970). Se produjeron nuevos pactos con EEUU y España tuvo éxito cuando la ONU le dio la razón en sus argumentos descolonizadores sobre Gibraltar (1967). Con el nacimiento de la comunidad económica Europea en 1957, el régimen trato de entrar en ella, siendo rechazado de varias ocasiones por las carácterísticas fascistas en régimen. Finalmente en 1970 se firmó el Acuerdo Preferencial mediante el cual se facilitaban los intercambios comerciales industriales. Los movimientos nacionalistas se reavivaron, pero el mayor problema del régimen fue la ETA. De la misma manera, se produjo un desgaste de las relaciones Iglesia-Estado, protagonizado por los obispos “rojos” y “curas comunistas”. El franquismo quiso neutralizar las revueltas con la manipulación de los medios de comunicación y con el TOP. Con la ley de prensa de 1966 se suprimía la censura previa, pero se manténía a posteriori. Durante el ocaso del franquismo, se mantuvieron las manifestaciones y enfrentamientos contra el gobierno, activándose el estado de excepción, aumentando aún más la represión y restringiendo cualquier intento aperturista dentro del régimen. En Julio de 1969 el príncipe Juan Carlos de Borbón fue nombrado sucesor de la jefatura del estado. Franco comenzó a alejarse de la política por su enfermedad cuando el régimen comenzó a debatirse entre el aperturismo y el inmovilismo. En Junio de 1973, año en que se produjo la crisis del petróleo, el dictador renuncio a sus funciones de jefe de gobierno y se formó el gobierno de Carrero Blanco, con el objetivo de sofocar las reformas y aplastar a la oposición. Carrero Blanco caería asesinado por la ETA el 20 de Diciembre de 1973. Se designó a Carlos Arias Navarro como sucesor, el cual prometíó en un inicio una reforma gradual del régimen, aunque pronto se manifestaría la cara conservadora y os digo la acción etarra. Con la enfermedad de Franco, la oposición formó una coalición en la Junta democrática en 1974. Con la revolución del régimen portugués, 80 oficiales del ejército fundaron la Uníón militar democrática en 1974. Aunque se emitíó el estatuto de asociaciones políticas, la sociedad reclamaba una equiparación con la política europea, mientras la acción terrorista de la ETA y del FRAP implantaba en el terror. Ante todo ello, el gobierno endurecíó la represión. En 1975 España se enfrentaría a la Marcha Verde, con la que perdíó el Sáhará español ante Marruecos. En ese mismo año murió Franco el 20 de Noviembre, dejando un país renovado, industrial y con grandes posibilidades en un futuro, pero con las mismas limitaciones políticas.