Portada » Lengua y literatura » El Esplendor del Romanticismo Español: Poetas, Dramaturgos y Prosistas Fundamentales del Siglo XIX
La producción literaria de Espronceda destaca por sus canciones y sus dos poemas mayores.
Destacan sus cinco canciones protagonizadas por personajes marginales (el pirata, el cosaco, el mendigo, el verdugo y el reo de muerte). Espronceda se sirve de ellos para denunciar la hipocresía e indiferencia de la sociedad, así como su falta de valores.
Su estilo se caracteriza por:
Gustavo Adolfo Bécquer y Rosalía de Castro son considerados autores postrománticos, ya que su producción poética se sitúa en la segunda mitad del siglo XIX, cuando ya había comenzado el Realismo. Ambos están influidos por la poesía popular española y la canción lírica alemana del poeta Heine.
La obra poética de Rosalía de Castro está escrita tanto en gallego como en castellano.
Trata temas como:
La poesía de Bécquer está caracterizada por su poder evocador y por el empleo de un lenguaje casi musical. Su estilo es sencillo (uso de metáforas, anáforas, símiles, paralelismos, asonancia, heptasílabos y endecasílabos), pero coherente y simbólico.
En sus setenta y nueve composiciones de extensión variable, Bécquer trata temas como:
La historia del drama romántico español es extraordinariamente efímera: se inicia en 1834 con La conjuración de Venecia y culmina en 1844 con Don Juan Tenorio de José Zorrilla.
José Zorrilla es la figura más sobresaliente de la dramaturgia romántica. Su obra Don Juan Tenorio (1844) es una de las más logradas del Romanticismo y la más representada en la historia del teatro español.
Don Juan Tenorio ofrece una nueva recreación del mito de Don Juan. La obra está dividida en dos partes. Cada una de ellas abarca una noche y entre ellas median cinco años.
Los géneros más característicos de la prosa romántica son la novela histórica, el costumbrismo y el artículo periodístico.
Además de estos géneros, destacan las leyendas de Bécquer, publicadas en el siglo XIX.
Los artículos de Larra fueron apareciendo en la prensa periodística desde 1828 a 1836.
Larra emplea un lenguaje directo y enérgico y un tono humorístico que no esconde su visión desengañada y trágica de la vida.