Portada » Psicología y Sociología » El Ciclo Vital Familiar y las Crisis: Etapas, Transiciones y Mecanismos de Adaptación
Punto de partida de la formación de un nuevo sistema familiar que se produce cuando dos personas procedentes de diferentes núcleos familiares establecen una relación afectiva sólida con perspectivas conscientes de futuro.
Dos sistemas individuales que se unen. La pareja define su relación y estructura un nuevo sistema familiar, con las dificultades propias de dos personas que representan valores, normas, etc. Los padres pasan a un segundo plano, deben facilitar la libertad y privacidad, y adquieren un nuevo rol: el de suegros.
Este período va desde el nacimiento del primer hijo hasta su ingreso en la escuela. La madre pierde su libertad e independencia, ya que comienza una nueva etapa de atadura dedicada a cuidar y alimentar al bebé y adquiere nuevas responsabilidades. El padre, en cambio, puede sentirse excluido, y por ello es necesario que la pareja renegocie reglas y objetivos para la educación de sus hijos. Pueden surgir discrepancias causadas por las diferentes experiencias que cada uno aporta de su familia de origen.
Coincide con todo el proceso de socialización secundaria. Implica cambios en normas y reglas de las relaciones familiares, ya que no solo provienen del sistema familiar. Los hijos se relacionan con sus iguales y otras familias, con otros estilos de funcionamiento, lo que puede generar comparaciones y el reconocimiento de diferencias con otros modelos.
Período de máxima confrontación en las relaciones paterno-filiales, por lo que las relaciones de dominio deben dejar paso a las relaciones simétricas. Se produce un replanteamiento de la pareja y de cada uno de sus miembros, la recuperación de espacio psicoafectivo y cambios propios de la edad madura.
Los hijos dejan el hogar y los padres se enfrentan el uno al otro como pareja. Este hecho puede ser una fuente de satisfacción o puede generar sentimientos de pérdida (el nido vacío). Es frecuente la pérdida real de los propios padres y es el momento de renegociar la vida en pareja u optar por la ruptura conyugal.
Es frecuente que los padres mayores hayan adquirido el rol de abuelos, por ello les toca afrontar la independencia a la vez que dependen de sus descendientes debido a las disminuciones físicas y la reducción de recursos materiales. Aparece un sentimiento doloroso de pérdida paulatina de autonomía, así como el temor a la enfermedad y la pérdida de seres queridos por la muerte.
La dinámica de una familia debe dar respuesta a aquellos factores que la modifican y desequilibran. Cada miembro de la familia debe afrontar situaciones que rompen el equilibrio, dando respuestas más o menos inmediatas. En ocasiones, los problemas o la incapacidad para manejarlos nos llevan a situaciones más difíciles, y es entonces cuando hablamos de crisis.
La crisis es una forma de desequilibrio que afecta a una persona, ocasionándole un estado de estrés que dificulta la puesta en marcha de sus propias capacidades.
Las personas en situación de crisis pueden encontrarse incapacitadas para poner en funcionamiento sus propias capacidades y los recursos que les podrían permitir encontrar una solución al problema, y es en este momento cuando requerirán una intervención externa que les ayude a afrontar su situación.
Cada persona tendrá que afrontar constantemente determinadas situaciones o dificultades que rompen su equilibrio y necesitará respuestas más o menos inmediatas para conseguir su restablecimiento.
Las crisis que se dan en el curso vital de las familias y las personas y se resuelven por sí solas suelen aportar experiencia y maduración, lo cual es un factor de adaptación para afrontar las etapas siguientes. Sin embargo, si no se consiguen superar, reducirán la capacidad de encarar nuevas dificultades.
Son aquellas que, a causa del ciclo vital o del rol que ocupa una persona, son predecibles.
Son aquellas que no se pueden predecir y pueden surgir en cualquier momento. Están provocadas por diferentes acontecimientos que amenazan la integridad de la persona y su familia, tanto a nivel mental como físico.
Ejemplos: Muerte de una persona cercana, las enfermedades, lesiones por accidentes de tráfico, laborales o domésticos; la separación o el divorcio; la pérdida del puesto de trabajo, etc. En muchos casos, los problemas se agudizan cuando se buscan culpables y se piensa que se podría haber hecho algo para evitarlo. Estas posturas, sin embargo, solo impiden la adaptación a la nueva situación.
Toda crisis es un proceso temporal, limitado en el tiempo, que va seguido de un nuevo equilibrio. Para evitar o resolver una crisis hay que poner en funcionamiento los propios recursos cognitivos y afectivos. Los condicionantes clave para resolver la crisis son:
