Portada » Economía » Economía Pública: Principios Presupuestarios, Costes y Eficiencia en la Gestión del Estado
Los costes de garantía surgen debido a que la intervención pública está sujeta a cambios políticos y a la incertidumbre futura. Esto implica que no existe una garantía firme de que las políticas públicas se mantendrán inalterables a lo largo del tiempo. Estos costes se generan por la necesidad de asegurar que los compromisos adquiridos por el Estado se cumplan y que las acciones públicas sean creíbles, lo cual requiere consistencia temporal en las políticas.
Sin embargo, es crucial mantener cierta flexibilidad, ya que los cambios económicos o políticos pueden hacer necesario modificar decisiones previas. Existe, por tanto, una tensión inherente entre mantener el compromiso —para dotar de credibilidad a las políticas— y la necesidad de flexibilidad y capacidad de reacción, que también conllevan costes. Resulta complejo establecer reglas claras que especifiquen cuándo y bajo qué circunstancias deben modificarse las políticas; si estas reglas son excesivamente flexibles, pueden manipularse para eludir el compromiso, perdiendo así credibilidad.
Para hacer frente a estos costes de garantía, se proponen diversas soluciones:
Cuando las condiciones ideales están presentes —como objetivos bien definidos, negociación sencilla, incentivos adecuados y cumplimiento de compromisos— es viable organizar la administración pública de forma descentralizada. No obstante, en la práctica, suelen presentarse situaciones donde los mercados exhiben imperfecciones, los objetivos son vagos o complejos, la información es costosa y asimétrica, los contratos son incompletos y los estímulos poco eficaces.
En estos escenarios, predomina una organización jerárquica o burocrática, donde la autoridad central acumula información y toma decisiones que se transmiten en forma de órdenes. Esta jerarquía permite una mejor coordinación, reduce los costes informativos y subordina los intereses individuales a metas colectivas. Sin embargo, esta estructura requiere transparencia, rendición de cuentas y control por parte de la sociedad.
La estructura burocrática también presenta inconvenientes significativos:
La disciplina de la gestión pública busca minimizar estos costes burocráticos proponiendo estrategias como:
También se pueden aplicar criterios de competencia para comparar resultados entre servicios públicos y privados —por ejemplo, en sanidad o educación— o entre distintas unidades públicas con funciones similares. Todo ello con el objetivo de mejorar la eficiencia del sector público y asegurar que los empleados estén realmente al servicio de los ciudadanos, sin caer en el error de equiparar completamente lo público con lo empresarial.
La elaboración, aprobación y ejecución de los Presupuestos Generales del Estado en España se rigen por una serie de principios fundamentales, establecidos principalmente en la Constitución Española y la normativa presupuestaria vigente:
La Constitución Española establece en su artículo 134.4 que los Presupuestos tendrán la forma jurídica de Ley.
El artículo 134.2 de la Constitución Española establece que los Presupuestos Generales del Estado tendrán carácter anual.
Tanto la Constitución Española como la Ley 47/2003, de 26 de noviembre, General Presupuestaria, y la Ley Orgánica 2/2012, de 27 de abril, de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera, establecen el reparto competencial en la elaboración, aprobación, enmienda o devolución y ejecución de los Presupuestos Generales del Estado. El artículo 134.1 de la Constitución dispone que corresponde al Gobierno la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado, y a las Cortes Generales su examen, enmienda y aprobación.
Se refiere a la existencia de unos únicos Presupuestos Generales del Estado.
El artículo 134.2 de la Constitución establece que los Presupuestos Generales del Estado deben comprender la totalidad de los gastos e ingresos de todas las entidades del Sector Público Estatal.
Se refiere a la situación de equilibrio o superávit estructural que debe tenerse en cuenta tanto en la elaboración como en la aprobación y ejecución de los Presupuestos. En el caso de entidades públicas empresariales, sociedades mercantiles y demás entidades de derecho público, se entenderá por estabilidad presupuestaria la posición de equilibrio financiero.
Se entiende por sostenibilidad financiera la capacidad para financiar los compromisos de gasto presentes y futuros dentro de los límites de déficit, deuda pública y morosidad de deuda comercial conforme a lo establecido en la Ley. Este principio fue elevado a rango constitucional con la reforma de la Constitución Española del 27 de septiembre de 2011 (art. 135).
La gestión de los recursos públicos estará orientada por la eficacia, la eficiencia, la economía y la calidad, aplicándose políticas de racionalización del gasto y mejora de la gestión del sector público.
De conformidad con la normativa europea, la elaboración y ejecución de los Presupuestos de las Administraciones Públicas y demás sujetos a la Ley se enmarcará en un marco presupuestario a medio plazo, compatible con el principio de anualidad.
La contabilidad pública debe contener información suficiente y adecuada que permita verificar la situación financiera y el cumplimiento de los objetivos de estabilidad presupuestaria y sostenibilidad financiera, entre otros.
Las Administraciones Públicas que incumplan las obligaciones contenidas en la Ley, así como aquellas que provoquen o contribuyan al incumplimiento de los compromisos asumidos por España de acuerdo con la normativa europea, asumirán, en la parte que les sea imputable, las responsabilidades derivadas de dicho incumplimiento.
Este principio se basa en el respeto al ejercicio legítimo de las competencias que cada Administración tiene atribuidas, así como en la asistencia y cooperación activa entre Administraciones Públicas.
La clasificación económica del gasto público en España se estructura en capítulos que agrupan los créditos presupuestarios según la naturaleza económica de las transacciones. A continuación, se detallan los capítulos del 2 al 9:
Créditos destinados a sufragar bienes y servicios necesarios para el funcionamiento de la actividad del Estado, organismos autónomos y otros entes públicos, sin que supongan un aumento de capital o del patrimonio público. Incluye, entre otros: alquileres, reparaciones, mantenimiento, material de oficina, suministros, indemnizaciones por servicio y gastos protocolarios.
Comprende los gastos relacionados con los intereses de la deuda pública, préstamos y depósitos.
Incluye todos los créditos para el pago de transferencias corrientes a otras administraciones públicas, empresas privadas o personas físicas.
Recoge los créditos asignados al Fondo de Contingencia de Ejecución Presupuestaria (art. 50 de la Ley 47/2003 y art. 31 de la LO 2/2012), creado para atender necesidades inaplazables y no discrecionales no previstas adecuadamente en el presupuesto.
Gastos destinados a la adquisición de bienes de capital y bienes inventariables.
Créditos dirigidos a financiar operaciones de capital sin contraprestación por parte del beneficiario. También incluye subvenciones en especie de capital.
Gastos asociados a la adquisición de activos financieros representados en valores, anotaciones en cuenta, contratos de préstamo, entre otros.
Incluye los créditos destinados a la devolución de fianzas y depósitos constituidos por terceros, así como la amortización y cancelación de préstamos y deudas asumidas.
El procedimiento de elaboración de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) se desarrolla en varias fases claramente estructuradas:
Una vez aprobado el proyecto de ley de Presupuestos, se publica en el Boletín Oficial del Estado. De acuerdo con el artículo 134 de la Constitución Española y el artículo 38 de la Ley General Presupuestaria, los Presupuestos entran en vigor el 1 de enero del ejercicio económico correspondiente.
Es una medida del grado de cumplimiento de los indicadores de resultados que se desean alcanzar a corto, medio y largo plazo. Evalúa si se lograron los objetivos previstos.
Permite conocer si los recursos utilizados para alcanzar los objetivos han sido óptimos o no, y por qué. Se relaciona con la capacidad de obtener resultados con el menor coste posible o maximizar los resultados con los recursos disponibles. Incluye el aprendizaje de buenas prácticas de gestión.
Es una herramienta de evaluación que:
Es una variante del ACB, utilizada cuando no es posible monetizar adecuadamente los beneficios.
El sector público (SP) produce en su frontera de posibilidades de producción. Utiliza correctamente sus factores productivos (personal, instalaciones, etc.). La ineficiencia técnica puede surgir por localización inadecuada o por ineficiencia X (conducta de empleados públicos ante la falta de incentivos).
El SP minimiza el coste de los bienes y servicios que ofrece. Implica usar la combinación de inputs más barata posible para producir un determinado output. Requiere eficiencia técnica previa.
Se alcanza cuando los beneficios sociales superan los costes sociales. Evalúa el valor social neto del proyecto, recurriendo al ACB o al ACE.