Portada » Economía » Economía Global: Claves y Tendencias Actuales
La Guerra Fría (1947-1991) fue una confrontación geopolítica, ideológica y económica entre el bloque occidental liderado por Estados Unidos y el bloque oriental encabezado por la URSS. Aunque no se enfrentaron directamente en guerras entre sí, promovieron conflictos en terceros países como Corea, Vietnam, Afganistán o América Latina. En este contexto de tensión mundial y tras la Segunda Guerra Mundial, se crearon organismos internacionales con el objetivo de preservar la paz y el orden económico global:
También surgieron otras instituciones como el Banco Mundial, centrado en el desarrollo económico, o la OTAN, alianza militar liderada por EE. UU.
El mercado energético es uno de los pilares de la economía global. El petróleo es la fuente energética más relevante, especialmente para transporte y producción industrial. Su precio depende de factores como:
El precio del petróleo se mide según tipos de referencia como el Brent (Europa) y el WTI (EE.UU). La volatilidad de su precio tiene impacto directo en la inflación, las balanzas comerciales y las políticas macroeconómicas de países importadores/exportadores.
La industria automotriz está atravesando una profunda transformación tecnológica y ecológica. La electrificación del parque automovilístico es una respuesta tanto a la crisis climática como a los avances en baterías y software.
La cadena de suministro de baterías, los minerales críticos (litio, cobalto), la infraestructura de carga y la regulación ambiental son claves para el futuro del sector.
La Unión Europea se estructura en varias instituciones que garantizan su funcionamiento democrático, legislativo, ejecutivo y judicial:
El BCE se encarga de la política monetaria de los países de la eurozona. Sus objetivos principales son:
Herramientas:
Tras la pandemia y la crisis energética, el BCE ha pasado del QE al QT para frenar la inflación.
En 1944 se celebró la conferencia de Bretton Woods, que diseñó el sistema económico internacional tras la II Guerra Mundial. Se acordaron:
El objetivo era evitar devaluaciones competitivas, fomentar el comercio internacional y reconstruir Europa y Japón.
Este sistema duró hasta 1971, cuando EE. UU. suspendió la convertibilidad del dólar en oro por el aumento del déficit comercial y gasto militar. Así nació el sistema de tipos de cambio flotantes que sigue vigente hoy.
Bretton Woods fue una conferencia internacional celebrada en julio de 1944 en EE. UU., con representantes de 44 países. Se creó para establecer un nuevo orden económico global tras la Segunda Guerra Mundial, evitando los errores que llevaron a la Gran Depresión. Se implantó un sistema de tipos de cambio fijos basados en el dólar estadounidense, que estaba respaldado por oro. Esto aportó estabilidad y facilitó el comercio internacional. Sin embargo, en 1971, EE. UU. suspendió la convertibilidad del dólar en oro (Nixon Shock) debido al exceso de impresión de dólares para financiar guerras y déficit, lo que generó desconfianza. El sistema colapsó y se inició una era de tipos de cambio flotantes y mercados financieros globalizados.
Taiwán es uno de los actores más estratégicos del mundo tecnológico por su dominio en la fabricación de semiconductores. La empresa taiwanesa TSMC (Taiwan Semiconductor Manufacturing Company) produce chips avanzados utilizados por gigantes como Apple, AMD o Nvidia. La dependencia global de TSMC convierte a Taiwán en un punto geopolítico crítico, especialmente ante la tensión con China.
Por su parte, Nvidia es líder mundial en el diseño de GPUs (procesadores gráficos), esenciales para inteligencia artificial, videojuegos, minería de criptomonedas y supercomputación. Nvidia no fabrica sus propios chips, sino que los diseña y luego encarga su producción a TSMC.
En este contexto tecnológico, el código abierto (open source) juega un rol clave: permite que desarrolladores de todo el mundo colaboren en proyectos de software y hardware. Linux, GitHub, Python, TensorFlow o incluso iniciativas como RISC-V en procesadores son ejemplos del poder del código abierto en la era de la innovación distribuida.
Blockchain es una tecnología que permite registrar datos de manera descentralizada, segura e inmutable. Cada bloque contiene información validada criptográficamente y enlazada con el anterior. Su aplicación más conocida es Bitcoin, pero también se usa en trazabilidad alimentaria, contratos inteligentes, votaciones electrónicas y más.
Bitcoin, lanzado en 2009 por un ente pseudónimo llamado Satoshi Nakamoto, fue la primera criptomoneda basada en blockchain. Se diseñó como un sistema de dinero electrónico sin intermediarios, con un suministro limitado de 21 millones de unidades. Su funcionamiento se basa en la minería, un proceso intensivo en energía, y en la validación descentralizada de transacciones.
Bitcoin ha generado una revolución en las finanzas, pero también debates regulatorios, ambientales y de seguridad.
En el ecosistema blockchain, un token es una unidad digital que representa un activo o utilidad. Puede ser un token fungible (como una moneda) o no fungible (NFT). Los tokens se usan para representar desde divisas hasta derechos de voto o propiedad de bienes físicos o digitales.
Las redes P2P (Peer-to-Peer) permiten el intercambio directo entre usuarios sin necesidad de intermediarios. Este modelo es la base de muchas criptomonedas, de plataformas de intercambio de archivos (como BitTorrent) o de préstamos descentralizados (DeFi).
El código abierto, base del software libre, es el motor de muchos avances tecnológicos. Permite que cualquier desarrollador examine, modifique y distribuya el código fuente. Esto fomenta la transparencia, la innovación colectiva y la reducción de costes.
Ethereum es una plataforma de blockchain creada en 2015 que, a diferencia de Bitcoin, permite desarrollar aplicaciones descentralizadas mediante contratos inteligentes (smart contracts). Estos contratos son programas que se ejecutan automáticamente cuando se cumplen ciertas condiciones. Ethereum dio origen a sectores como:
Además, Ethereum está migrando de prueba de trabajo (PoW) a prueba de participación (PoS) para mejorar su sostenibilidad energética.