Portada » Otras materias » Dominando la Personalización: Técnicas de Aerografía y Competencias Profesionales
Los sistemas de personalización abarcan diversas técnicas como la aerografía, rotulación, serigrafía y el uso de láminas adhesivas.
La aerografía es un sistema de pintado cuyos orígenes se remontan a los hombres primitivos. Se realiza con el aerógrafo, un instrumento que pulveriza pintura proyectándola en forma de fina aspersión.
Solución de cola que se aplica directamente a la superficie. Se utiliza en áreas donde no es posible enmascarar de otra manera.
Existen infinitas posibilidades de materiales y objetos que se pueden usar para crear el efecto deseado.
En el mercado existe una extensa gama de plantillas prefabricadas.
Permiten convertir cualquier plástico o cartón en una máscara autoadhesiva sin dañar la superficie.
Se utilizan para fabricar las máscaras o plantillas personalizadas.
Los efectos tridimensionales se consiguen cambiando el tono del fondo y de los distintos planos que se observan en la pieza.
Para una línea fina, se debe poner el aerógrafo muy cerca de la superficie y ligeramente atrás el pulsador.
El degradado es una técnica con la que se consigue aplicar el color disminuyendo o aumentando su intensidad. Es ideal para cambios de colores suaves (como un cielo) o para crear efectos tridimensionales.
La serigrafía se trata de una técnica independiente de la aerografía que abarca muchos sectores, incluyendo la propia aerografía. Implica el dibujo sobre seda y todo tipo de impresión a través de pantallas o plantillas.
En la rotulación, se utilizan plantillas o máscaras, las cuales se vacían para plasmar el contorno de las letras.
Antes de iniciarse en la realización de una aplicación, es conveniente practicar el manejo del aerógrafo.
La impresión transferida por agua es un sistema de personalización mediante el cual se aplican diseños y complejas composiciones a superficies planas o piezas en 3D. Para ello, se sumerge la pieza en un tanque de agua en cuya superficie previamente se ha dispuesto el diseño.
Las competencias del profesional son todas las tareas para las cuales está cualificado o preparado y es capaz de desarrollar. Estas competencias son las que permiten que el trabajador obtenga los resultados que requiere la organización. Las funciones son el conjunto de tareas que se encomiendan al profesional, aunque este esté capacitado para realizar otras más.
Mantener limpia y ordenada la zona de área de pintura para la recepción del cliente. Labor similar a la de un recepcionista, pero con lenguaje más técnico.
Asignación de cada intervención y distribución de espacios.
Organizar el equipo, reforzando trabajos que tienden a prolongarse y proponiendo ideas.
Organización y activación del trabajo, fomento de un buen ambiente, diálogo y consideración de propuestas.
Exponer necesidades de su equipo y asistir a reuniones de coordinación con otros equipos o la dirección.
Analizar los daños del vehículo con el fin de elaborar presupuestos de pintura para los usuarios o consensuarlos con el perito.
Para desarrollar correctamente esta tarea, es muy importante que el responsable de pintura despliegue las necesarias dotes de empatía con el perito mediante un trato ameno y claro, y su mayor profesionalidad para no dejar ningún defecto o daño oculto y hacérselo notar oportunamente.
Apoyar, asesorar y realizar la formación continua de los miembros del equipo.
Comprobar que se siguen los métodos de control de emisiones. Asegurar que están disponibles las bolsas o contenedores para cada tipo de residuo y debidamente marcados. Comprobar que se mantiene el orden y la limpieza de los diferentes espacios, en especial los dedicados a la limpieza y recogida de residuos. Avisar al gestor de residuos para que recoja oportunamente los contenedores de residuos y no se acumulen en el taller, dificultando el trabajo y dando un aspecto negativo del área.
El responsable de pintura realizará la planificación de entregas, asegurándose de que se ha realizado una limpieza del vehículo y que se encuentra debidamente dispuesto en la zona correspondiente para su entrega al cliente, indicando detalladamente los trabajos realizados y asegurando su conformidad.
Implica la supervisión general de la productividad.
Consiste en comprobar que los trabajos se desarrollan según la distribución establecida para su ejecución, compensando pequeños desajustes y, sobre todo, disponiendo las diferentes tareas para que los espacios y equipos de trabajo estén disponibles a medida que avanzan las diferentes tareas.
Asegurar que los productos no estén obsoletos y planificar los pedidos.
Asegurar que las operaciones realizadas superan los estándares estéticos y de calidad exigidos.
Facilitar las tareas de planificación detectando fallos, mejorar las condiciones del trabajador y mejorar el rendimiento futuro.
Mantener en perfecto estado de uso todos los espacios, útiles y equipos, y proponer proyectos de mejora para su estudio de viabilidad inmediata.
Comprobar la disponibilidad de medios de seguridad laboral generales (como ventilación, sistemas de evacuación) e individuales, y proponer las mejoras oportunas para la mayor eficiencia.
Velar por el mantenimiento de los espacios, equipos y máquinas de uso común, asegurando limpieza y orden correctos, y que se realicen mantenimientos periódicos programados.
Se centra más en atender las peticiones propias del desarrollo de las tareas individuales de cada profesional, ya que son equipos de trabajo de uso personal.