Portada » Psicología y Sociología » Desarrollo de Habilidades Sociales y Competencia Emocional: Fundamentos Psicológicos y Estrategias de Interacción
Las Habilidades Sociales (HHSS) son el conjunto de destrezas y aptitudes necesarias para relacionarnos eficazmente con los demás.
Las HHSS van más allá de la simple comunicación y las relaciones. La interacción social condiciona directamente el bienestar emocional y afecta la felicidad de las personas.
Las HHSS se agrupan según su complejidad y función:
Otras categorías incluyen:
Las habilidades sociales se agrupan en componentes de acción, emocionales y cognitivos, siendo estas tres dimensiones interdependientes.
En situaciones sociales, las personas activamos inconsciente e incontrolablemente unas reacciones que denotan la falta de HHSS, como la aparición de sonrojo, temblores o sudoración. Estas reacciones están relacionadas con las emociones y se consideran componentes conductuales.
Incluyen elementos relacionados con los sentimientos. Una emoción es la reacción psicológica involuntaria a estímulos reales o imaginarios que desencadenan conductas de reacción automática.
La respuesta a los estímulos y la intensidad de las emociones son objetivas. Esta respuesta se debe a que el organismo interpreta si una situación es más o menos favorable para la supervivencia.
Las emociones cumplen funciones adaptativas esenciales:
La personalidad es el conjunto de rasgos psicológicos, emocionales y conductuales que definen a una persona y se mantienen más o menos estables a lo largo de la vida. Estos rasgos se traducen en cómo se piensa e interpreta la realidad y se manifiestan en cómo se siente.
No existen dos personas con el mismo código genético ni que hayan vivido las mismas experiencias ambientales, por lo que se afirma que la personalidad es única.
Es importante mantener el equilibrio entre el autoconcepto y la realidad para tener una autoestima ajustada.
La comunicación es el acto de poner en común con una o varias personas cualquier tipo de información. Nos comunicamos a través de varios canales simultáneamente:
Conocer los diferentes procesos ayuda a diseñar estrategias para mejorar la comunicación.
La comunicación verbal se sirve del lenguaje y es fundamental. El lenguaje y el pensamiento van unidos, de forma que los pensamientos (ideas) se transforman en palabras.
Una de las dificultades en la transmisión verbal del mensaje es la pérdida de información que se produce a lo largo del proceso de codificación-descodificación.
Son elementos que dificultan, limitan u obstruyen la comunicación.
La postura refleja estados emocionales. Se pueden considerar dos dimensiones en la comunicación postural:
Relacionada con la imagen personal. Las primeras impresiones que causa una persona vienen dadas por la apariencia personal, y esta primera impresión genera prejuicios.
Escuchar y entender la comunicación desde el punto de vista del otro. La escucha no debe ser solamente activa, sino que también tiene que implicar la comprensión de lo que se dice.
Son hábitos que impiden la comprensión plena del mensaje:
Capacidad de una persona para ponerse en el lugar del otro, entendiendo sus necesidades, motivaciones, sentimientos y problemas. No significa que se tenga que estar de acuerdo con lo que la otra persona siente o piensa, sino la comprensión de estos sentimientos o pensamientos.
Los rasgos de comportamiento que predominan en una persona en situaciones de interacción social son un reflejo de sus habilidades sociales.
Las emociones surgen de manera espontánea y no siempre se pueden controlar, pero lo que sí se puede controlar es su manifestación externa, la regulación de su intensidad y su expresión. Aprender a gestionar adecuadamente los componentes emocionales garantiza interacciones sociales saludables.
Autores como A. Ellis y A. Beck sostienen que las emociones y conductas están influidas por la percepción de los eventos, es decir, por el pensamiento. Cuando el pensamiento distorsiona esta interpretación, da lugar a las distorsiones cognitivas o pensamientos irracionales.
Las distorsiones cognitivas son esquemas equivocados que dan lugar a juicios simples, erróneos y negativos que influyen en el comportamiento. Son convicciones muy arraigadas.
Este tipo de pensamientos llevan a la persona a una percepción inadecuada de sí misma y de los demás en general, dando lugar a un sufrimiento emocional excesivo que genera problemas de autoestima, aislamiento, ansiedad y depresión.
Las técnicas de reestructuración cognitiva tienen la función de identificar las distorsiones del pensamiento y modificarlas por pensamientos más positivos.
El déficit social está asociado a la inseguridad y la falta de confianza (autoestima baja).
Estrategias de seguridad que se accionan inconscientemente para minimizar las consecuencias de acontecimientos que pueden amenazar las defensas psicológicas. Permiten transformar los deseos, sentimientos o pensamientos molestos en manifestaciones que no supongan un peligro para el equilibrio psicológico.
Estos programas están formados por un conjunto planificado de actuaciones destinadas a adquirir nuevas habilidades y mejorar las existentes. Se aplican frecuentemente en grupo.
El grupo es un escenario en el que practicar, perfeccionar y generalizar las habilidades sociales. Favorece el desarrollo social, facilita la expresión, permite la cooperación. El grupo ofrece un contexto favorable para el apoyo, la resolución de dudas y la solución de conflictos. Además, se aprende a escuchar, respetar turnos y mostrar desacuerdos.
