Portada » Otras materias » Depilación Profesional: Técnicas, Seguridad y Cuidado en Centros de Belleza
Las quemaduras suelen producirse por contacto con materiales calientes, electricidad o productos corrosivos. Los productos químicos pueden producir otros daños. La gravedad de las quemaduras (extensión y profundidad) en depilación suele producirse por:
Ante un incidente, es crucial mantener la calma y no correr nuevos riesgos al acudir en ayuda. Siga estas pautas:
Los equipos láser no forman un grupo homogéneo de riesgo, pueden emitir radiación en un amplio intervalo de longitud de onda, con potencias o energías de salida muy variables y con una distribución temporal continua o en impulsos.
Los láseres de clase 3b o superior deben utilizarse en salas aisladas con los siguientes requisitos físicos y de equipamiento:
Para una correcta utilización y seguridad de los fundidores:
La cera debe estar a la temperatura de uso antes de que el cliente entre en la cabina. Para ello:
Existen dos tipos de ceras:
Suelen ser consecuencia de una incorrecta técnica de ejecución:
Se basa en la combinación de tres técnicas:
Consiste en un electrodo aplicador que se pasa sobre la zona que se va a depilar, en la que previamente se ha extendido el cosmético retardador ionizable. Se entrega al cliente el electrodo de retorno. El aplicador debe estar en continuo movimiento, repartiendo el paso de la corriente galvánica de forma uniforme.
Es un sistema de bandas caloríficas que producen calor superficial controlado y constante entre 37 y 45ºC. Permite actuar sobre regiones más amplias y el tratamiento simultáneo de varias zonas, ya que el equipo incorpora bandas de diferentes tamaños para distintas zonas del cuerpo.
La exposición a la radiación UV tras la depilación eléctrica favorece la aparición de manchas oscuras en la piel de la zona tratada. El tratamiento de las posibles complicaciones es competencia exclusiva del médico, quien prescribirá medicación tópica o general, corticoides, antiinflamatorios, antibióticos, etc., según precise.
La localización de los receptores de dolor, la cantidad por centímetro cuadrado en la piel y su recorrido nervioso difieren según las distintas partes del cuerpo. Este es el motivo por el que varía la sensación de dolor con el tipo y localización del daño. Se considera que hay unos 4 millones de puntos de dolor en el cuerpo.
La tolerancia individual al dolor varía considerablemente de una persona a otra. La capacidad para soportar el dolor cambia según el estado de ánimo, la personalidad y las circunstancias. La percepción del dolor puede incluso modificarse con la edad; así, a medida que se envejece, las personas se quejan menos del dolor. Se especula que, con la edad, los receptores sensoriales han perdido cualidades.