Portada » Biología » Defensas del organismo: Inmunidad, Infecciones y Respuestas Inmunitarias
La inmunidad es un término médico que describe el estado de tener suficientes defensas biológicas para evitar la infección, enfermedad u otra invasión biológica no deseada. La infección es un término clínico que indica la contaminación, con respuesta inmunológica y daño estructural de un hospedero, causada por un microorganismo patógeno, es decir, que existe invasión con lesión tisular por esos mismos gérmenes o ambos a la vez.
La patogenicidad de los microbios se define como su capacidad para producir enfermedad en huéspedes susceptibles. Una toxina es una sustancia venenosa producida por células vivas u organismos, como animales, plantas, bacterias y otros organismos biológicos; para destacar su origen orgánico, se habla a veces también de biotoxina. La virulencia es el grado de patogenicidad de un serotipo, de una cepa o de una colonia microbiana en un huésped susceptible.
Si algún agente extraño invade el organismo, el sistema inmunitario desencadena primero una respuesta inespecífica, basada en mecanismos presentes ya desde el nacimiento: se trata de la inmunidad natural o innata. Si con ello no basta, se produce una respuesta específica contra el agresor, ya sea mediada directamente por glóbulos blancos, ya sea por los anticuerpos que producen algunos de ellos (células plasmáticas): se trata de la inmunidad adquirida, que se desarrolla a lo largo de la vida a medida que el organismo se va enfrentando con distintos gérmenes.
Un antígeno es una sustancia que desencadena la formación de anticuerpos y puede causar una respuesta inmunitaria. Los anticuerpos son glicoproteínas del tipo gamma globulina. Pueden encontrarse de forma soluble en la sangre u otros fluidos corporales de los vertebrados, disponiendo de una forma idéntica que actúa como receptor de los linfocitos B y son empleados por el sistema inmunitario para identificar y neutralizar elementos extraños tales como bacterias, virus o parásitos.
Las inmunoglobulinas están formadas por dos cadenas pesadas idénticas entre sí y dos cadenas ligeras idénticas entre sí, unidas por uno o varios puentes de disulfuro.
Es el conjunto de procesos que previene de forma espontánea a los individuos sanos de la infección por los agentes patógenos. Puede ser de dos tipos: activa y pasiva.
Se adquiere cuando a través de la leche o la placenta, la madre transfiere anticuerpos al feto. Estos se unen a los antígenos y potencian la acción de los fagocitos.
Es la inmunidad que adquiere un organismo frente a una enfermedad infecciosa después de haberla padecido. Se debe a la respuesta secundaria al permanecer en el medio interno linfocitos B de memoria o los mismos anticuerpos. En ella intervienen los fagocitos, el sistema del complemento, las células NK y las interleucinas. Según la enfermedad, la inmunidad puede durar toda la vida o un intervalo de tiempo.
Respuesta inmunitaria excesiva que provoca lesiones en los tejidos propios. Hay 4 tipos:
Se conoce como reacción alérgica, aparece entre 10-20 minutos después de la exposición al antígeno.
Reacción alérgica:
Los anticuerpos reaccionan con antígenos propios.
Los anticuerpos reaccionan con antígenos en sangre, activan el complemento y respuestas inflamatorias, se liberan enzimas que destruyen tejidos.
Aparece varias semanas después de la exposición al antígeno. Intervienen los linfocitos Td que activan a los macrófagos y se produce la inflamación.
Es la incapacidad para desarrollar una respuesta inmunitaria. Hay dos clases:
Clones de linfocitos que no han sido eliminados y atacan a tejidos propios. El origen es la hipersensibilidad de tipo II y III y también puede ser la activación de linfocitos autorreactivos, puede ser por cambios en los autoantígenos, por antígenos extraños parecidos a los propios y por la aparición de células que no contactan con los linfocitos. Los factores que lo provocan son excesos de hormonas, genéticos o factores externos.
El principal problema es el rechazo. Los antígenos responsables del rechazo son los del MHC. Si los antígenos del donante y del receptor son distintos:
El rechazo puede iniciarse a las 48 horas o varias semanas después. Para evitar los rechazos tenemos dos medidas: utilizar inmunosupresores y la aplicación de anticuerpos selectivos contra linfocitos.
Provocado por el VIH. Ataca a los linfocitos Th.
Hay fármacos que interfieren con la transcriptasa inversa y otros que interfieren por la unión a los receptores de los linfocitos y los que impiden la formación de la cápsida.
Evitar situaciones de riesgo, no hay vacuna eficaz.