Portada » Ciencias sociales » Conceptos Fundamentales del Estado y la Seguridad: Poder, Dominación y Coerción
Esta unidad didáctica nos introducirá, a través de conocimientos básicos relacionados con el Estado y sus actividades, al concepto de seguridad como un bien provisto por el Estado. El desarrollo de este capítulo se basa principalmente en la obra Seguridad, Sociedad y Derechos Humanos, del autor mexicano Luis Carlos Cruz Torrero.
Antes de adentrarnos en el estudio de la seguridad, es fundamental conocer el marco conceptual en el que esta se desarrolla. En el Estado Argentino, este marco está definido fundamentalmente por los fines establecidos en el Preámbulo de nuestra Constitución Nacional.
Así, podemos definir al Estado como la organización social y política por excelencia. Bajo diversos esquemas de operación, el Estado hace posible la perpetuidad de comunidades cuyos miembros comparten fuertes lazos de cohesión, historia y costumbres. Este modelo no queda invalidado por las actuales tendencias de unificación interestatal, aunque sí exige un replanteamiento y una actualización del concepto.
Esta organización posee elementos que la caracterizan: un territorio, una población y un gobierno. (Ver: DE LA VEGA, Julio César; Diccionario Consultor Político; «Estado y Evolución del Estado», pp. 159-160).
Siguiendo al autor mexicano Luis C. Cruz Torrero, entre las numerosas definiciones existentes, rescatamos como apropiada para nuestra disciplina la del jurisconsulto alemán Georg Jellinek, quien define al Estado como: «la unidad de asociación dotada originalmente de poder de dominación y formada por hombres asentados en un territorio».
De esta definición surge un elemento esencial: el poder de dominación. Al respecto, se ha sostenido reiteradamente la existencia de relaciones de dominación en toda actividad humana: desde el padre de familia que impone su voluntad en el hogar hasta el gobierno de un Estado que incluso impone su voluntad a otros Estados.
Estas relaciones de dominación se concretan mediante dos elementos clave: la hegemonía y la coerción.
Por hegemonía debe entenderse la imposición de una ideología mediante el convencimiento, a fin de lograr que el dominado haga suyo el proyecto del dominador. La publicidad, la propaganda y el sistema educativo son algunos de los catalizadores de este proceso de asimilación. Los derechos humanos han sido uno de los grandes legitimadores del siglo XX.
La coerción es el uso de la fuerza, generalmente institucionalizada; por ejemplo, a través de los cuerpos militares y policíacos.
Hegemonía y coerción implican la existencia de un poder, considerado este como una energía libre que, gracias a su superioridad, asume la empresa del gobierno de un grupo humano mediante la creación continua del orden y del derecho.
En el ser humano existe una tendencia a aceptar el orden existente y a configurar su persona conforme al proceso de asimilación que lo integra socialmente. El individuo no solo se siente parte del grupo, sino que adquiere una personalidad social dentro de este. Esto fortalece la verdadera existencia de esos grupos, que solo son tales cuando viven y funcionan como unidad, es decir, cuando se establecen sentimientos de permanencia, solidaridad y comunión de intereses.
John K. Galbraith identifica tres tipos de imposición coercitiva, relacionados con los conceptos de hegemonía y coerción:
Max Weber identifica tres tipos de dominación legítima: