Portada » Español » Comunicación y Periodismo Musical: Evolución, Géneros y Estrategias Digitales
Debido a la gran importancia que le otorgan investigadores y profesionales, nos detendremos en su definición añadiendo diversos puntos de vista: Según Javier Fernández del Moral y Francisco Esteve, su base reside en el siguiente principio: “el periodismo especializado estudia los contenidos informativos”. No hace referencia a la especialización que deviene de determinada práctica informativa, sino al tratamiento informativo que se le da a los contenidos. Así, en función de la profundidad con que se aborda y presenta un tema, puede saberse si estamos o no ante un caso de periodismo especializado. Además, hay que tener en cuenta las circunstancias que rodean a dicho objeto informativo, la contextualización. Y siguiendo en el camino del contexto y las circunstancias, Javier Fernández del Moral, apoyado en la Teoría General de Sistemas, lo define así: “Divulgar no es trivializar, para nosotros divulgar es contextualizar, ofrecer visiones generalistas que permitan relacionar los diferentes conocimientos expertos entre sí, y estos con la cotidianidad de la vida social”. Su profundización en una parcela del saber es lo que marca la diferenciación a sus textos, ya que tendrán un determinado tratamiento que abarca todo el proceso comunicativo. Un lenguaje concreto, una forma determinada de expresarlo y todo lo afín a una materia concreta, llevan a la sectorización. Dicha paradoja ya fue señalada por Fernández del Moral y Esteve: “Especialización, en la actualidad, equivale a incomunicación, y contra esto nace el periodismo especializado, ya sea ejercido como un componente de un periódico o de una programación general, o como periódicos o emisoras especializadas, busca ofrecer al público una visión en profundidad que la teoría de la responsabilidad demanda”.
Las primeras prácticas relacionadas con el periodismo especializado se remontan a la Revolución Industrial, cuando surgió la cultura de masas y se desbordó la curiosidad de la gente por conocer el entorno. A partir de 1870 empezó a funcionar una red de circulación informativa que cubría todo el mapa y que promovió un sistema de estructuración de los contenidos que derivó en la especialización de estos. En la génesis periodística que se muestra a continuación hay que ver el camino que se dibuja desde este periodismo de investigación hasta el especializado, sin confundirlos. Aunque comparten una misma metodología, sus objetivos son diferentes.
A finales del siglo XIX y principios del XX se publicaban reportajes de investigación en revistas de gran tirada. Comenta Quesada que “el presidente Theodore Roosevelt llamaba a estos periodistas muckrakers, algo así como recogedores de basura, porque fueron los responsables de descubrir una relación extramatrimonial del presidente”.
El siguiente paso se produjo a través de un nombre que ha traspasado las barreras del tiempo. Uno de los primeros periodistas considerado investigador es Joseph Pulitzer, quien a principios del siglo XX, y junto a su compañero, Jacob Riis, descubrió los escándalos económicos del mercado inmobiliario que se cernió sobre la ciudad de Nueva York.
El reportero de guerra, que aparece en la Primera Guerra Mundial, es otro antecedente del periodismo especializado, esta vez representado en su faceta de periodista independiente que se especializa en una zona determinada del conflicto.
El siguiente eslabón se encuentra en los semanarios de análisis político tales como Time, The Economist y Newsweek. Dichas publicaciones cambiaron a periodicidad semanal, en lugar de diaria, para poder profundizar en la información que presentaban. La profesora María Rosa Berganza (2005: 29) lo explica de la siguiente manera: “Impulsado por el éxito de Time, a partir de los años cuarenta, el periodismo pasa de ser informativo a convertirse en interpretativo y de explicación”.
Para muchos, el desencadenante decisivo del periodismo especializado fue la resolución del caso Watergate a comienzos de los años sesenta, un entramado financiero y de corrupción política que resolvieron los periodistas Carl Bernstein y Bob Woodward para el diario The Washington Post. Lo delicado de la situación llevó a que estos periodistas tuvieran que extremar la precaución y exactitud de sus investigaciones. Para su resolución definitiva llevaron a cabo dos innovaciones metodológicas que luego se convertirían en normas de obligado cumplimiento para la prensa especializada:
Otro de los factores definitivos fue la crisis de la empresa periodística de finales de 1960. De entre todas las posibles soluciones que se plantearon para solventar el problema, la más viable proponía que la prensa se ocupara de interpretar en profundidad los hechos que conformaban la realidad social y los medios audiovisuales dieran cuenta de la exhibición de la actualidad informativa.
A finales de los años 60 apareció en EEUU una clase de periodismo que buscaba el lado humano de cada noticia y, a la vez, una fuerte vinculación con la actualidad. Lo más relevante de este movimiento, en lo referente al periodismo especializado, fue que provocó que el reportero pasara de ser una voz exterior a contar las noticias desde su propio yo, como hizo Tom Wolfe.
A la vista de la crisis de los años 60, del auge de los medios audiovisuales y de una nueva audiencia más exigente con los medios impresos, los editores llegaron a dos conclusiones:
De esta manera, los periodistas generalistas serían los responsables de cubrir la información de actualidad con la máxima rapidez posible, mientras que los especializados deberían asumir la función de explicar el significado profundo de lo anunciado. Es decir, hay que comunicar cada uno de los saberes, tanto en profundidad como en accesibilidad. Ese es el tipo de contenidos que demanda la nueva sociedad, que genera sus propias informaciones especializadas y las reclama; a la vez, busca la información que le interesa y esta ha de ser contada de forma atractiva y adecuada a su idiosincrasia.
Antes de perfilar y enumerar las firmas más importantes del periodismo musical conviene delimitar un matiz importante sobre el perfil de dichos profesionales. En música clásica, y en otras disciplinas artísticas, las personas que escriben sobre ello quieren diferenciarse de los periodistas y prefieren que se les llame críticos. Por ello, es importante que te fijes en que, si bien las primeras gacetas y publicaciones musicales atendían a diferentes géneros periodísticos, en la actualidad la crítica es el tipo de texto con mayor presencia. Como ves, es necesario que existan periodistas especializados en música clásica. Su labor es diferente a la del resto de los periodistas y a la de los críticos.
La fecha definitiva del origen del periodismo musical se sitúa en el siglo XIX, cuando escribir sobre música clásica se convirtió en una necesidad para los diarios. ¿Por qué ocurrió esto? La enorme producción de obras y la diversidad de público que accede a ellas, previo pago de la entrada, propició que la música se convirtiera en arte al alcance de todos y, como consecuencia, se crearon escuelas de música, se editaron libros especializados y se introdujo en periódicos y revistas.
El primer vestigio de una publicación musical se sitúa en 1728 y viene de la mano del compositor alemán Georg Philipp Telemann. El maestro creó la gaceta quincenal Der Getreue Musik-Meister donde publicaba lecciones de música y sus composiciones por entregas. Un siglo después, y en el mismo país, la prensa especializada en música clásica volvió a cobrar fuerza con la gaceta del compositor Robert Schumann Neue Zeitschrift für Musik (la “Nueva gaceta musical”). Fundada en Leipzig en 1834, se dedicó a descubrir a nuevos genios musicales, como el virtuoso pianista y compositor polaco Frédéric Chopin, y a criticar las músicas mediocres que venían de Europa. A partir de entonces, las publicaciones de este estilo proliferaron; se trataba de crear un enlace entre el público y el concierto; lo que derivó en una figura fundamental en el periodismo cultural, la del crítico. En Francia, los compositores Hector Berlioz y más adelante Claude Debussy, hicieron lo propio en su país creando una corriente de reflexión acerca del tema musical, de los conciertos y de la actualidad. Otro buen ejemplo fue la afilada pluma del Premio Nobel de Literatura George Bernard Shaw, cuya fama traspasó las fronteras de su Inglaterra natal. En España ocurrió lo mismo con Adolfo Salazar, ya en los albores del siglo XX.
A pesar de que el periodismo sobre música en la actualidad se ve reducido a que la práctica totalidad de los textos sea de música popular urbana, la música clásica fue imprescindible en la prensa hasta no hace tanto. Veamos cómo fue su evolución. En el siglo XIX, en 1819, se publicó la que se considera la primera crítica musical en España, en un periódico de Barcelona llamado El Diario de Barcelona. Según el escritor Augusto Valera Cases, “esta consideración se debe a que el texto viene firmado por el autor y tiene una función crítica”. Sin embargo, en España la primera revista musical tal y como la conocemos hoy día aparece en Madrid en 1842, con el nombre de Iberia Musical. Dirigida por Espín y Guillén, centraba su atención en la ópera y contaba con la sección de “Crítica Musical”. Aunque en España la actualidad y la actividad musical distaban mucho de ser tan dinámicas como en otros países de Europa, se desarrolló un mundo musical con su propia crítica, que en nuestro país contaba con una peculiaridad. Valera Cases y Fernández-Cid coinciden en que, puesto que la mayoría de las representaciones artísticas relacionadas con la música tenían lugar en Barcelona y Madrid, fue en estos lugares donde se desarrolló el periodismo musical español. Durante el siglo XIX las críticas estuvieron hechas por aficionados a la música o por críticos de teatro que también escribían sobre música. Por esta razón solo reproducían las opiniones del público hacia la obra, o el compositor, y el autor no las firmaba. La revista Cartas españolas es, para Casares Rodicio, “la primera que publica de manera sistemática información sobre la actividad musical en torno a la Corte”. En 1855 aparece la Gaceta Musical, una revista con marcado carácter innovador debido a los textos que publicaba, que invitaban a la reflexión sobre el hecho musical. También fue la primera en dedicar una atención especial a la zarzuela y a la música instrumental. Contaba como colaborador con un catedrático del conservatorio que se dedicaba a hacer crítica: “Vicente Cuenca, profesor de Armonía e Historia de la Música, fue uno de estos expertos que trabajó entonces para numerosas cabeceras”. Por fin, a finales de siglo se aprecia una mejoría en la calidad de estos textos y aparecen expertos españoles muy cercanos al perfil europeo. Dos periódicos serían los encargados de publicar columnas y artículos sobre música clásica: El Imparcial y La Época. El crítico José Borrell diferencia dos etapas en la prensa musical de finales del siglo XIX en España: a partir de 1870 se estableció un nuevo período en la crítica musical, puesto que los expertos se decantaron en favor de la ópera italiana y desdeñaron el resto de géneros, negándose a cubrir conciertos de música instrumental. Entre estos se encontraban José María Esperanza y Solá, Antonio Peña y Goñi y José de Castro y Serrano. La siguiente etapa comenzó en la década de 1890 debido al fervor que producía la música de Wagner, creando una tendencia contraria: los escritores eran musicólogos e investigadores, o comentaristas de música, y estaban a favor de la ópera alemana y de los conciertos instrumentales. Félix Borrell y Manuel Manrique de Lara fueron los críticos más importantes de esta rama. El paso del siglo XIX al XX viene acompañado de un nuevo tipo de crítico, influido por la moda francesa, que desdeña las músicas pasadas y venera las nuevas. Adolfo Salazar será la figura predominante al principio y dará paso a la etapa más fructífera de la prensa musical en nuestro país. Por último, y ya en el siglo XX, la investigadora Consuelo Carredano considera que el primer soporte que trató la información de música clásica con entidad propia fue la Revista Musical Hispano-Americana, “la primera que reflejó la modernidad española en el siglo XX” y dio lugar a lo que en aquel momento se convirtió en una práctica muy extendida y elaborada: la crítica musical.
Una cosa es la tradición y otra la actualidad del siglo XXI. En España, el crítico de música clásica es la persona que se encarga de redactar los textos sobre música clásica, que serán críticas de nuevas composiciones o de interpretaciones. Esto favorece dos situaciones.
La situación del periodismo de música moderna es muy diferente. En este caso, las personas que se encargan de los textos sí están familiarizadas con el mundo de la comunicación, por lo que sus publicaciones ofrecen variedad de géneros, lectura accesible y una presentación atractiva.
Según lo explicado con anterioridad, la definición de periodista y de crítico no coincide, este es un hecho que se hace más evidente en el siglo XXI. Líneas que existen del perfil profesional:
Es una profesión con mucho intrusismo. Largos años de tradición han derivado en una mala praxis que se concreta en lo siguiente: los críticos vierten opiniones que intervienen en el buen o mal funcionamiento de un trabajo.
Es una opción por la que optan, cada vez más, los diarios: el periodista de la sección de Cultura cubre la información de música clásica, y como veíamos con la crónica de El Mundo, no siempre lo hacen con acierto.
Labor que antes realizaban los aficionados a la música y ahora está siendo ejercida por musicólogos. Se aprecia una mayor profundidad en el conocimiento del funcionamiento de la música, aunque corren el peligro de resultar enciclopédicos.
Este tipo de contenidos están reservados para las revistas y programas especializados en música clásica. Muchas veces se puede caer en el error de, con la intención de dar datos, resultar muy académico; es importante leer, leer y leer para reconocer los límites de este tipo de textos.
Serán los más adecuados para las secciones de cultura de los diarios y para los programas que no son especializados.
Debido a la gran distancia que existe entre música moderna y música clásica en los medios de comunicación actuales, este apartado podría suscitar controversias. Es un trato marginal, al servicio del gusto que imponen los mercados, que mantienen a la música moderna como protagonista de la información. Como idea principal debemos tener claro lo siguiente: en la prensa diaria, ambas tienen un comportamiento similar, pero si se comparan suplementos y revistas especializadas, la moderna acapara la mayoría del espacio. En cuanto a la televisión, las cadenas temáticas que programan vídeos las 24 horas del día (como MTV) son muy populares entre la población adolescente y la gran mayoría está dedicada a música moderna; también en la radio existe una oferta más diversificada y completa de música urbana que de clásica. Con Internet, la comparación resulta complicada por la cantidad de material que se publica, aunque predomina la moderna. Por ello, para elaborar esta sección nos hemos ceñido a las publicaciones y programas que estaban activos en el momento de su redacción; también se exponen las principales cabeceras especializadas en música clásica en España a través de su imagen corporativa y una contextualización de su trayectoria. También hemos incorporado a este apartado una figura muy actual, los blogueros.
Estos son los diarios nacionales que tomamos como referencia para el análisis de la música clásica en la prensa. Los tomaremos como ejemplo para la prensa local, en la que no nos detendremos por falta de espacio. Aunque ponemos las portadas de la prensa en papel, podemos ver los ejemplos y textos de los mismos medios online.
El País es un periódico español fundado en 1976. Se redacta en español aunque algunas versiones regionales utilizan otros idiomas en algunos suplementos. Según datos certificados por la Oficina de Justificación de la Difusión (OJD) y referidos al periodo de julio de 2016 a junio de 2017, el promedio de tirada de El País fue de 231.140 ejemplares y el promedio de difusión de 180.765, lo que lo convierte en el diario de mayor difusión de España, incluida la prensa deportiva. Entre los periodistas que escriben de música está el redactor cultural Jesús Ruíz Mantilla y el crítico Luis Gago.
El Mundo, denominado El Mundo del siglo XXI, es un periódico español diario y de pago. Tiene su sede en Madrid. El director desde su fundación el 23 de octubre de 1989 hasta el 30 de enero de 2014 fue Pedro J. Ramírez. Además de la edición general impresa de ámbito nacional, ha contado y cuenta con distintas ediciones regionales y locales. Según datos certificados por la Oficina de Justificación de la Difusión (OJD) para la publicación impresa el promedio de tirada de El Mundo fue de 229.741 ejemplares y el promedio de difusión fue de 156.172 ejemplares; y para la versión digital de la publicación impresa el promedio de difusión fue de 28.731 ejemplares. El compositor Tomás Marco escribe para este diario.
La Razón es un diario español de información general, fundado en 1998 por Luis María Ansón y propiedad del Grupo Planeta. Su director desde 2008 es Francisco Marhuenda. Su redacción central se encuentra en Madrid, aunque cuenta con delegaciones en Cataluña, Andalucía, Murcia, Comunidad Valenciana y Castilla y León. Son críticos de este diario Gonzalo Alonso, Arturo Reverter, Mario Muñoz Carrasco y Gema Pajares.
ABC es un diario español de línea conservadora, monárquica y católica. Fundado en 1903, ha venido editándose desde entonces. Entre sus señas de identidad destaca el formato: se edita con grapa y su formato folio, arrevistado; también la presencia de un artículo de opinión de la tercera página, denominado «La Tercera». ABC cuenta con once ediciones en España, entre las que destacan las de Madrid y Sevilla. Son críticos de este diario Alberto González Lapuente y Álvaro Guibert.
La Vanguardia. Pertenece desde su origen al Grupo Godó de comunicación. Comenzó a publicarse en Barcelona en 1881, primero en castellano y después también en catalán. Editó un suplemento cultural en el año 2002 llamado Cultura/s, con 32 páginas a color, en las que se prestaba especial atención y cuidado a los textos y la imagen y se informaba sobre libros, artes y nuevas tendencias.
En cuanto a las revistas especializadas en música clásica, España tiene una amplia y asentada tradición, lo que en la mayoría de los casos no se corresponde con un gran número de tiradas. De hecho, según el estudio publicado por ARCE (2010: 39), este tipo de revistas todavía obtienen el 50% de sus ingresos de la venta en formato papel y pertenecen a Sociedades Limitadas en lugar de a grandes grupos de comunicación. Mantienen una periodicidad de publicación mensual y se encuentran en los puntos de venta de los diarios.
RITMO: A continuación, se muestra la portada de RITMO en un ejemplar de su primer número y otro de la actualidad, una dilatada carrera que a finales de 2013 celebró su 85 aniversario. Fundada en 1929 por Fernando Rodríguez del Río y con sede en Madrid, RITMO es la publicación española más antigua especializada en música clásica. Es dirigida por Fernando Rodríguez Polo y se publica. Además, es la única revista de música clásica galardonada por el Gobierno español con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes.
Scherzo: Fue fundada en 1985 por Antonio Moral Rubio junto con un enorme equipo de especialistas en música clásica y con sede en Madrid. La revista se propuso, desde sus orígenes, prestar igual atención a la actualidad musical dentro y fuera de nuestro país, característica que la diferencia del resto de revistas, e incluye también comentarios de jazz entre sus páginas. Su página web está disponible en este enlace.
Ópera Actual: Fundada en 1991 con el apoyo del Círculo del Liceo, es la única revista española especializada en el género lírico. Tiene su sede en Barcelona y está dirigida por Fernando Sans. Entra en su página web para conocer mejor sus contenidos.
Melómano: Fundada en 1996 y con sede en Madrid, desde su origen está dirigida por Alfonso Carraté y pertenece al grupo Orfeo Ediciones. La publicación tiene como principal objetivo llegar a la mayor cantidad de público posible dentro del espectro musical en España y por ello tiene como target el aficionado medio.
En la actualidad no hay en España un canal temático que emita música clásica y que sea de manufactura española. Sí existieron en el pasado, como el Canal Clásico, que a su vez convivía con programas dedicados a música clásica emitidos en diferentes cadenas. Hoy día, la fórmula más utilizada en España es la adaptación y emisión de programas elaborados en otros países, como es el caso del canal francés especializado en música clásica Mezzo.
Unitel Classica HD. Empezó a emitir en 1996, en Alemania y Austria, como una cadena temática de música clásica en la cual no solo primara lo específico de la programación sino también la calidad. El germen de la cadena parte de un proyecto del director de orquesta Herbert Von Karajan, que pretendía grabar las mejores óperas y conciertos del mundo. En España lo emite el canal de televisión de Movistar, Imagenio.
Mezzo. Comienza a emitirse en 1998, aunque toma su forma definitiva en 2001. El canal ofrece programas de ópera, conciertos de música clásica y jazz, ballet clásico y contemporáneo, también los formatos que permiten descubrir o redescubrir artistas clásicos y de jazz. Además, cuenta con noches temáticas dedicadas a géneros musicales. En España forma parte de la oferta de Digital+.
Medici tv. La idea de esta web surge a partir de los vídeos grabados en el Festival Internacional de Música Clásica de Verbier. En 2008 se abre la web www.medicitv.com y su biblioteca se convierte en la que tiene más material grabado con una emisión de mejor calidad. También emite conciertos en directo.
Radio Clásica de RTVE. Nació como Segundo Programa de RNE en julio de 1965 y a partir de 1984 se llamó Radio Clásica. Impulsada por el que fue su creador y primer director, Enrique Franco, la emisora pronto destacó a nivel internacional con su presencia en la UER o en distintos foros como la Tribuna Internacional de Compositores de la UNESCO. Su objetivo es difundir la producción musical española e internacional y mantener informado al oyente de toda la actualidad referida a música clásica. Además, Radio Clásica es el principal canal de difusión de las actividades musicales de la Orquesta y el Coro de la RTVE.
Clásica FM Radio. De reciente andadura, ha conseguido una gran cantidad de seguidores en poco tiempo. Según ellos lo describen: “Clásica FM Radio es la primera emisora independiente de música clásica en España”.
Mundoclásico: Diario digital de música clásica que se edita en español, fue fundado en 1998 por su actual director, Xoan María Carreira. Es la web de referencia en España.
Codalario: Codalario es una revista online que surgió en septiembre de 2009 y se configuró con el formato actual en 2012. Dirigida por Aurelio M. Seco, cuenta con una amplia plantilla de redactores y colaboradores.
Doce notas: Doce notas fue una publicación muy popular en su formato impreso a finales de los años 90. Desde entonces la revista se edita en formato digital, conservando la imagen y el espíritu de lo que se había iniciado en papel, que incluía un doble propósito: la información sobre música clásica y sobre educación musical.
Clásica2: De nuevo estamos ante un proyecto personal, en este caso el de Manuel López-Benito, que lleva en marcha desde el año 2010. De todas las páginas web que hemos mencionado, esta es la que más se atiene a los cánones propios del medio.
Beckmesser: Concebido como una página web, en realidad es el blog de uno de los críticos más reconocidos de música clásica en España, Gonzalo Alonso. Se publicó por primera vez en 1999 y el nombre que le sirve de alias corresponde a un personaje de la ópera de Richard Wagner, El anillo de los nibelungos. Dado su carácter individual, los contenidos se han dividido en secciones muy personales que responden al interés del propio autor: publicar y difundir sus propias opiniones sin presiones ajenas.
Conoceremos el consumo de música clásica por dos razones:
Lo haremos a través de dos estudios: “Anuarios de las artes escénicas, musicales y audiovisuales” de la Fundación Autor y “Encuesta sobre hábitos y prácticas culturales” realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Con este estudio, la Fundación Autor pretende: “Poner a disposición de los agentes del sector cultural un conjunto de información rigurosa y actualizada acerca de la evolución de las artes escénicas, la música clásica y popular en vivo, la música grabada, el cine, el vídeo, la televisión y la radio, así como las nuevas tecnologías relacionadas con la cultura y el ocio”.
Según las cifras del anuario, durante la primera década del siglo XXI aumentó la asistencia a espectáculos de ópera y zarzuela, llegando a alcanzar los 1,27 millones de espectadores en 2008 y los 42,15 millones de euros de recaudación. Este crecimiento se frenó en el año 2008, continuó el descenso en 2009 y se acentuó en 2010.
Al comienzo del estudio, la música sinfónica en España muestra signos de estabilidad hasta principios del siglo XXI, pero a partir de ahí empeora, en el año 2006, cuando se experimenta un descenso continuado en los dos frentes. La conclusión de estos datos la recoge la propia SGAE: “La música clásica suma a la reducción del número de conciertos un porcentaje también menor de espectadores […] a partir del año 2006 se experimenta un descenso continuado. Esta caída se observa con claridad en el año 2010”.
El Ministerio de Educación, Cultura y Deporte elabora esta publicación donde muestra los datos de consumo en la “Encuesta de Hábitos y Prácticas Culturales en España”. La investigación es el resultado de un convenio de colaboración entre el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y la Fundación Autor.
La ópera consigue una mayor afluencia de público, con un 2,7% frente al 1,9% de la zarzuela.
Las cifras de la música instrumental se sitúan por encima de las de la música vocal, por lo que su situación es más favorable.
Hemos querido incluir la lectura de revistas culturales como dato interesante vinculado al objeto de este estudio, la prensa musical.
En unas afirmaciones del director de Mundoclasico.com, Xoan María Carreira, se deducía que el menguante espacio dedicado a la música clásica ha repercutido enormemente en los textos que se publican. Si hay poco espacio no se podrán publicar reportajes en profundidad, entrevistas largas, y los textos que sí se pueden publicar dependerán directamente del resto de contenidos: “Las limitaciones de espacio impuestas a la práctica totalidad de los críticos en prensa los ha llevado, no como cabría esperar a la búsqueda de un nuevo lenguaje informativo, sino a la amputación de fragmentos del modelo de crítica heredada de épocas anteriores” (Martín, 2018: 310). De ahí que la crítica, un género que se adapta fácilmente al espacio existente, sufre continuos descalabros relacionados, principalmente, con el tamaño del texto. La consiguiente transformación del género en la prensa diaria repercute en los suplementos. Como veremos a continuación, la función del crítico aparece en Europa en el siglo XIX; la afirmación de Carreira es en 1984 y los primeros suplementos culturales se publican en 1991. Es decir, en el transcurso de estos 200 años el género y sus circunstancias han sufrido un desgaste que pone de manifiesto una profunda crisis tanto en la profesión del crítico como en la del género.
Recordemos lo estudiado en la lección anterior sobre la diferencia del periodismo especializado y la crítica como parte de este. De la misma manera, la historia de la crítica se convierte en una historia del periodismo musical.
Ya comentamos en el tema anterior que durante el Romanticismo se extendió la práctica de escribir sobre el hecho musical. En aquel momento, se trataba de crear un enlace entre el público y el acto estético; lo que derivó en una figura fundamental en el periodismo cultural, “la figura del crítico, quien personaliza el juicio artístico y hace de esta labor una profesión”. Pero, lamentablemente, esta nueva afición se correspondía más con una moda romántica que con un verdadero interés, por lo que el público seguía siendo iletrado en cuestiones musicales.
De hecho, no era extraño que los propios críticos carecieran de los conocimientos suficientes para enfrentarse a la música propia del Romanticismo, más libre y experimentadora que la anterior, por lo que en incontables ocasiones basaron sus textos en puras opiniones más que en datos fidedignos. “En marzo de 1860 la soprano Giulia Grisi y el tenor Mario de Candia estaban en Madrid preparando el estreno de Roberto Devereux, de Donizetti. Habían hecho por separado una carrera espectacular, pero, desde que se casaron, su fama se había multiplicado y sus actuaciones causaban furor. Durante 22 años fueron una pareja artística buscada con ahínco por compositores, empresarios y público. Tenerlos a ellos era sinónimo de éxito. Además, los dos eran guapos y con muy buena presencia” La correspondencia de España: “Anteanoche se estrenó en el regio coliseo, ocupado por una numerosa y brillante concurrencia, la preciosa ópera del maestro Donizetti, Roberto Devereux. El éxito que alcanzó su ejecución fue nada más que mediano, y hubiera sido muy bueno si el segundo y tercer acto se hubiesen cantado como el primero. En este fue bastante aplaudida la Grisi, que fue llamada al final a la escena, juntamente con Mario, a recibir nutridos y generales aplausos. No se mantuvo a igual altura en el resto de la ópera, y de aquí resultó que el público se retirara con marcada frialdad. Mario, a pesar de hallarse bastante ronco, hizo un conde de Essex admirable y fue repetidamente aplaudido. Squarcia hizo lo que pudo, lo mismo que la Calderón, y el servicio de escena, mediano”. Por su parte La Iberia publica sin recato: “Anoche se puso en escena Roberto de Vereux [sic], de Donizetti; el éxito fue desgraciado. Esta obra, que, si no es de las primeras de su ilustre autor, encierra grandes bellezas, obtuvo una ejecución de las más infelices, especialmente por parte de la señora Grisi. Algunas veces, llevados de un sentimiento de respeto hacia su pasado, hemos aconsejado a esta artista el abandono de la escena, pero nada hemos conseguido. Anoche estuvo desgraciadísima, fatal, insufrible: perdidas completamente sus facultades vocales, su canto no es más que un conjunto de sonidos tan desentonados como desagradables. Es la impotencia ayudada de la obstinación, que pretende luchar en vano contra la fuerza incontrastable del tiempo […]”.
La historia de algunas épocas está contenida en la prensa diaria, como se evidencia en la música clásica de la España del siglo XIX y primera mitad del XX. Sin grabaciones ni testimonios fotográficos, la labor de estos expertos y periodistas resultó fundamental para reconstruir una parte de nuestra historia cultural. A pesar de ello, hace apenas cuarenta años que estas fuentes periodísticas comenzaron a considerarse material fidedigno para la historia. Profundizaremos en las figuras de Adolfo Salazar, Federico Sopeña, Antonio Fernández-Cid, Xavier Montsalvatge y Enrique Franco, que muestran el acontecer musical de un siglo a través de sus artículos. Estos nombres que hemos presentado como periodistas se corresponden, por la época en la que tuvieron que desempeñar su trabajo y la manera de hacerlo, con la denominación de “crítico”.
Adolfo Salazar Palacios nació en Madrid en 1890 y murió en México en 1957. Considerado un intelectual hecho a sí mismo, fue compositor, crítico, historiador y musicógrafo.
Su insaciable curiosidad fue la que le llevó a una estrecha relación con la biblioteca del Ateneo de Madrid, lo que unido a su conocimiento de las lenguas europeas le permitía saber lo que ocurría en España y el resto del mundo con una relativa celeridad. De hecho, formó parte de la época que se ha venido a llamar “Edad de Plata” de la cultura española, que se extiende desde la crisis del 98 hasta los inicios de la Guerra Civil, y recibe este nombre por la cantidad de artistas, escritores e intelectuales que coincidieron en España en ese periodo. Este intelectual comenzó en la composición por vocación. Pero pronto empezó a escribir crítica, ensayo e historia de la música, y la composición pasó a un segundo plano. Su calidad en este campo puede igualarse a la de sus coetáneos europeos y americanos, “críticos de lujo, de los que sin duda aprendió el madrileño”. Salazar consideraba la crítica no solo como un examen de la obra desde su puesta en escena técnica y estética, sino que la circunscribía al contexto en el que se encontraba y al que pertenecía. De hecho, supo crear un estilo propio tan perfecto que, al poco de empezar en el diario El Sol, sus textos se traducían para otros periódicos de París, Londres y EE. UU. El Sol, el diario donde publicó Salazar sus textos entre 1918 y 1930, será fundamental en este proceso. El periódico madrileño le dio carta blanca en cuanto a número de páginas, ideas y estilo para que Salazar hiciera lo que considerara más conveniente. Y así creó un modelo que “huyó desde el comienzo de una crítica vacía, basada en adjetivos calificativos, emprendiendo el camino de la sustantividad, es decir, primero entregar al lector las bases ideológicas y formales del concierto y después sus puntos positivos y negativos” (Casares, 1999: 578). De esa manera la primera aportación que puede atribuírsele a los textos de Salazar fue la de dar información al lector para conocer y crear su propio juicio. La segunda aportación fue la defensa de los nuevos ideales musicales que venían de Europa y que habían comenzado a finales del siglo XIX con el Impresionismo. Para él, el camino lo habían trazado Debussy, Ravel, Falla, Stravinski y acababa en Ernesto Halffter, el más moderno de los compositores españoles entonces. Ante esta situación se presenta la tercera aportación de Salazar a la crítica: el método, basado en la agudeza incisiva, cultivada y polémica. De tal manera que, aunque todos respetaban sus vastos conocimientos, debatían con encono unos gustos que tiraban por tierra siglos de práctica musical y algunos años de crítica musical. Puesto que Salazar fue el transmisor de lo que ocurría en Europa, sus críticas influían invariablemente sobre los gustos de la población española, llegándose a considerar verdades absolutas. Por lo tanto, España le debe a Adolfo Salazar que la música pasase a formar parte cotidiana de su actividad cultural y creativa a comienzos del Siglo XX: “a él se debe en gran medida el cambio del peso cultural de la música” (Casares, 1999: 579).
Federico Sopeña Ibáñez nació en Valladolid en 1912 y murió en Madrid en 1991. Fue musicólogo, profesor y crítico. Desde el principio, su actividad en España apareció ligada a la música. Como crítico trabajó en el diario Arriba, en ABC, en El País y fundó la revista Música. Como profesor, fue catedrático de Historia y Estética de la Música en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, centro que dirigió entre 1951 y 1956. También tuvo importantes cargos en centros emblemáticos relacionados con la música y las artes, ejerció como secretario y posterior director de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, director del Museo del Prado, comisario general de la Música, etc. Sus esfuerzos se centraron en considerar la música clásica española desde un punto de vista amplio, creando lazos entre ella y las demás artes; de ahí que escribiera innumerables ensayos sobre la relación entre la música y determinados escritores. Para el crítico José Luís García del Busto, “el padre Sopeña procuró buscar las conexiones entre unos y otros creadores y artistas, con la música como elemento de trabajo”. También escribió numerosos libros de ensayos e historia, entre los que destacan Historia de la música en cuadros esquemáticos (1974), y los dedicados a la memoria de músicos fallecidos, como la biografía de Manuel de Falla, que hoy día aún se edita. Al final de su vida, el padre Sopeña se lamentaba en el prólogo de su libro Poetas y novelistas ante la música de lo que parecía una falta de resultados tras tantos años de esfuerzo: “quien haya seguido lo que puede fijarse como constante en mi labor de más de cuarenta años, podrá distinguir una dirección nacida del señalamiento de un hueco que, en algunos casos, como el de Ortega, es frustración: la lejanía de nuestros intelectuales del mundo de la música”. Esta fue su aportación más importante en cuanto a la crítica musical, hablaba mucho de la “sordera de los intelectuales españoles” (Marco, 2001: 58).
Antonio Fernández-Cid de Tielmes nació en Ourense en 1916 y murió en Bilbao en 1995. Crítico y musicógrafo, estudió Derecho y formó parte del ejército. Durante años compaginó la labor de crítico con la de militar. Comenzó a escribir en 1940, haciendo suplencias para el periódico Arriba, del que pasó a ser titular en 1943, y en ABC, donde ejercería casi toda su carrera. Fue comentarista de Radio Nacional de España y de Televisión Española con un programa semanal que estuvo en antena quince años. Fuera del mundo de los medios de comunicación colaboró en la redacción de enciclopedias (Enciclopedia de la Música), diccionarios y obras colectivas, además de publicar diversos libros en solitario (como La música española en el Siglo XX o Ataulfo Argenta). Entre sus numerosos méritos está el haber ganado el Premio Nacional de Literatura o el nombramiento como Miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, de la que recibió la Medalla de Académico. Las principales aportaciones de Fernández-Cid a la crítica musical provienen de su interés por acercar este género a todo tipo de público, buscando su interés y su divertimento. Confiaba ciegamente en el buen ejercicio de la prensa y la consideraba el futuro de la música y su difusión; concebía el nuevo siglo XXI como un futuro lleno de posibilidades. Pidió a las cabeceras un lugar determinado y respetado en el que se informase de música clásica de manera fija y constante. De manera complementaria, solicitó el trabajo de periodistas especializados y colaboradores experimentados para poder ejercer la crítica desde la información actual y veraz. Se quejaba abiertamente de que su país no sabía apreciar los músicos con los que contaba, más allá de los que se dedicaban a la lírica y la zarzuela, y de que en ocasiones “la cartelera madrileña parece feudo sumiso de la que pueda imperar en países bien lejanos al nuestro” (Fernández Cid, 1990: 9). Abogaba por la música del siglo XX, aún por descubrir para muchos que en aquellos momentos negaban su existencia. Su ideología puede resumirse en esta frase que él mismo escribió: “Nuestro afán ha de ser el de que todos puedan acercarse a lo escrito y, si es posible, interesarse por el tema. En otras palabras, ganar adeptos; no cerrar caminos” (Fernández –Cid, 1990: 8).
Enrique Franco nació en Madrid en 1920 y murió en la misma ciudad en 1999. Fue crítico, musicólogo, compositor y pianista. Estudió piano y composición en el Conservatorio de Madrid.
Trabajó en la Cadena Ser desde 1946 a 1952, momento en el que pasó a Radio Nacional de España como responsable de la dirección musical. Mientras estuvo ahí, creó el Programa de Radio Nacional que más tarde se llamaría Radio 2. Creó la Orquesta de RNE en 1953, antecedente de la de Radio Televisión Española (RTVE) de 1965. También fue su responsabilidad el Coro de Radio Nacional de España, la Orquesta de Barcelona y el Cuarteto Clásico. Sus críticas denotan su formación musical, no sólo por su dominio del tema sino por los vastos conocimientos propios de un amante de los libros. Por ello, sus trabajos, que no sólo eran una visión personal del acto musical, sino que aportaban información sobre la interpretación y lo interpretado, fueron auténticos ensayos propios del trabajo de un musicólogo. Además, fue un pianista en activo durante muchos años. Acompañó a las cantantes Ángeles Chamorro e Isabel Penagos, entre otras. Y en cuanto al compositor que también fue, su obra más famosa fueron las canciones basadas en textos de Rafael Alberti.
La figura del compositor gerundense Xavier Montsalvatge (1912-2002) no deja de crecer como uno de los grandes maestros de la música catalana, española y europea de la segunda mitad del siglo XX. Su música ha conseguido superar la prueba más difícil: mantener su vigencia para pasar a ser patrimonio vivo de nuestra mejor tradición musical. El perfil humano y artístico de Montsalvatge quedaría incompleto sin mencionar el trato y cercanía que siempre gustó de mantener con artistas de otros campos –escritores, escultores y pintores–, algo que llegó a ser determinante para su desarrollo intelectual. Él mismo se encargó de subrayarlo en sus imprescindibles Papeles autobiográficos (1988). En su actividad como crítico, que desempeñó con regularidad sostenida en La Vanguardia y en la revista Destino, vertió sus opiniones idiosincráticas, inteligentes y perceptivas. Ensalzaba o cuestionaba severamente, pero una vez más su talante amable y enfoque distanciado le hacían erigirse en referente de opinión, es decir, aportó el respeto por la labor profesional de quien interpretaba, componía…
La crítica es un género de opinión, es decir, se encuentra entre los que dejan patente la presencia del informador. Junto a la crítica, forman parte de este tipo de géneros el editorial, el artículo y la columna. Los veremos detalladamente más adelante. Por ahora nos detendremos exclusivamente en la crítica.
Según la RAE, “la crítica es el arte de juzgar la bondad, verdad y belleza de las cosas”. Luisa Santamaría: la crítica es el juicio de una cosa con valoración positiva o negativa, matizando que “criticar no es censurar” (1997: 144). Álex Grijelmo la define como un artículo de opinión que “analiza, disecciona, desmenuza y elogia o censura una obra artística o cultural” y añade que, aunque es un género opinativo “ha de incluir información” (2008: 123).
Aunque son de extensión variable y depende del medio en el que se publique, la crítica suele ser un texto breve de unos 1600-2200 caracteres con espacios. Esta es la longitud adecuada para dar la suficiente información y valoración manteniendo la atención del lector a la vez que se le proporciona los datos que busca. Está relacionada directamente con la actualidad, por lo que es habitual encontrarla en diarios, informativos de actualidad y páginas web, y más difícil localizarlas en suplementos culturales de periodicidad semanal. De hecho, en los suplementos la crítica apenas se practica como género de opinión, lo que no significa que suceda lo mismo en los diarios. De hecho, en estos sucede todo lo contrario, precisamente es donde suelen publicarse las críticas.
La importancia del titular radica en que es la carta de presentación, el golpe de vista con el que captar la atención del lector, y por ello es fundamental orientarlo de manera adecuada. Desde el punto de vista periodístico, la recomendación es que el titular tenga entre cuatro y cinco palabras. Para adecuarse a estas necesidades es recomendable ponerse en el lugar de la persona que lo va a leer y pensar en los “conceptos clave” que usaría para buscar una determinada crítica. Si el texto no está claramente identificado en la sección de opinión como una crítica, debe llevar dicha palabra en el titular.
La entradilla es una pequeña introducción que resume el contenido total del texto y que va justo después del título. Aunque la crítica no suele tener entradilla, en algunas ocasiones sí se añaden al cuerpo.
Es la parte fundamental de la crítica, compuesta por los párrafos que la conforman. Lo ideal es centrarse en dos ideas o tres sobre las que basaremos el texto, y evitar divagar ofreciendo una enorme cantidad de datos que solo provocarán que el lector pierda el argumento. Dado lo dicho en el punto anterior, antes de comenzar el cuerpo de la crítica hay que pensar qué queremos decirle al lector sobre el hecho musical del que queremos hablar. Como ya hemos comentado, la crítica es un texto breve, y aunque en ocasiones se puede hacer más extenso, lo idóneo es que se divida en dos o tres párrafos para conseguir el objetivo principal: retener la atención del lector.
El estilo de la crítica depende directamente del tipo de publicación para el que se trabaje. Lo normal es que el redactor adapte el tono y consiga que su voz esté presente por encima de la información que se vierta. De esta manera, si la revista es especializada (Scherzo), se pueden utilizar tecnicismos o dar nociones por sabidas; sin embargo, si se publica en un diario (El Mundo), habrá que utilizar un tono cercano y evitar el uso de un lenguaje especializado. Un crítico puede caer en la tentación de contar demasiados datos o detalles del hecho musical con el peligro de resultar docto en exceso o lo que es lo mismo, “enciclopédico”. Dada la importancia que los lectores confieren a sus palabras, al comunicar siempre se debe recordar (repetimos una vez más) el público al que nos dirigimos.
En realidad este apartado se refiere a la figura del crítico. Su firma confiere al texto un valor adicional. Esto no ha de ser aprovechado por el especialista para dar su opinión y desaprobar la del resto, aunque supone un peligro constante y una práctica habitual. La mejor manera de evitarlo es fundamentar y argumentar las afirmaciones vertidas. Actualmente, escriben las críticas tanto profesionales relacionados de alguna manera con la música como periodistas culturales a los que les interesa pero que, en ocasiones, no conocen los entresijos del hecho musical como sí lo haría un intérprete. La importancia de la firma es fundamental para que el lector se sienta atraído por tus textos. Una vez que se entra en contacto con el mundo de la comunicación de música, sea como redactor, gestor cultural o cualquier otra profesión relacionada, se debe tener muy en cuenta la personalidad que se quiere transmitir. Servirá como presentación ante los lectores, y no será fácil borrarla, puesto que Internet es un cajón que todo lo guarda. Por otra parte, conformar esta personalidad comunicativa será lo que capte la atención de los otros medios sobre tu trabajo.
Dicha Gaceta Musical de Schumann se publicó en 1939, y como explica Gualterio Petrucci en 1927, “a fines del año 1838, un cierto número de músicos, en su mayoría jóvenes, se reunieron primero por casualidad, luego intencionadamente, noche a noche en Leipzig. El objeto de esas reuniones obedecía a su deseo de cambiar ideas sobre un asunto de capital importancia para todos: la música […]”.
Antes de comenzar con los géneros debemos aclarar ciertas cuestiones en lo que a ellos se refiere: Los géneros son las diferentes formas en las que puede presentarse un texto. La especialización del medio o la periodicidad del formato pueden influir a la hora de elegir uno u otro. Entre las clasificaciones más utilizadas encontramos aquella que distingue géneros informativos, interpretativos y de opinión (como las de Luis Núñez Ladevéze y José Luis Martínez Albertos). No obstante, se trata de una distinción muy delicada ya que existe una fina barrera entre unas y otras, que incluso permite que se entremezclen. De hecho, la llegada de internet ha ampliado los márgenes entre los géneros y ha permitido que convivan y se mezclen libremente. El periodista Álex Grijelmo utiliza la siguiente referencia para diferenciarlos, y quizás sea la más útil: “los géneros varían según el mayor o menor grado de subjetividad que hay en ellos” (Madrid, 2008: 27) La presencia y variedad de diversos géneros periodísticos en los suplementos depende, en gran medida, de las páginas que cada uno dedique a la música clásica: una menor cantidad de ellas conllevará que géneros de extensa longitud, como el reportaje, no puedan incluirse en una determinada planificación.
Dada la dificultad que existe en la clasificación de los géneros, hemos atendido a los principios de Casasús y Núñez Ladevéze. De esta manera consideramos géneros de información como aquellos en los que no se percibe la presencia personal del periodista ya que su objetivo es dar a conocer los hechos de la forma más objetiva posible. Es el género más objetivo. La firma del periodista pierde importancia frente a los hechos. Debe responder a lo que en periodismo se conoce como “Las 5W”:
Esta “fórmula” es conocida por ser la manera más sencilla y completa de presentar la información y es utilizada en procesos de comunicación. Se trata de plantear la información al usuario de manera que pueda entender fácilmente el mensaje que le llega.
La información (muy cercana al concepto de noticia) tiene las siguientes características:
El reportaje informativo se define, según Martínez Albertos, como un relato en el que se intentan explicar hechos ocurridos recientemente con un discurso elaborado, y puede surgir a propósito de una noticia que en su momento no se pudo completar.
Este tipo de géneros son considerados híbridos, ya que en ellos se mezcla la opinión con la información, y su objetividad o subjetividad depende más de la intención del redactor que de la propia naturaleza del texto.
Hay múltiples definiciones de este género, pero la más afín a la música es la de Rodríguez Pastoriza cuando afirma que la reseña proporciona una idea resumida de los contenidos de una obra, de una exposición o de un espectáculo, sin apenas bagaje crítico. La reseña es una descripción profunda que se realiza con el fin de que los lectores tengan una idea genérica de la calidad y contenido del hecho musical. Son los datos y la interpretación que hace el profesional de los mismos lo que conformaban este pequeño género en relación con la música clásica. Al comienzo o final de una reseña se presenta una ficha técnica del objeto de la información. Junto con la información está la voz del periodista, que en justo equilibrio con lo anterior, interpreta los datos. Son los datos y la interpretación que hace el profesional de los mismos lo que conforma este pequeño género y suscita el interés. Dada la ductilidad de la reseña, sus escasas necesidades de espacio y la versatilidad de materiales sobre los que puede versar, es uno de los géneros más populares junto con la información.
Se define como un relato informativo de actualidad contado por un periodista que debe haber sido testigo próximo de los hechos que narra. Usualmente los hechos ya han sido noticia y lo que hace el periodista en la crónica es recrearlos y valorarlos. Es decir, está muy cercano a la crítica y el reportaje.
Para definir correctamente el reportaje interpretativo nos apoyamos en los comentarios de Grijelmo: “no se trata de algo ocurrido en el mismo día sino de una serie de hechos acaecidos en distintos momentos y con un nexo entre ellos que sirven al autor para establecer una interpretación que los abarca”. Además, también suelen añadirse opiniones de los personajes principales. Por todo ello asegura Grijelmo que este género encuentra su mejor acomodo en publicaciones semanales, quincenales o mensuales.
La definición más adecuada en lo que se afecta a la música clásica es aquella que la concibe como un género en el que se vierten las opiniones de un personaje de interés periodístico al que se le pregunta sobre sí mismo o sobre un hecho que tiene relación con él. Independientemente de si se estructura mediante un estilo directo (pregunta-respuesta) o indirecto, siempre cuenta con el mismo esquema: por un lado, la información que se ofrece a través de las respuestas, y por otro, la interpretación y opinión que dará el personaje de esos datos. Aunque la voz del periodista parece desaparecer, lo cierto es que es la persona que ha ideado las preguntas y dirige la conversación. Tanto la presentación de este personaje como la dirección de las preguntas suelen estar lideradas por la opinión del periodista. Se puede transcribir completa o utilizar frases de la misma para dar una idea de lo que el entrevistado opina sobre un tema concreto. Hay entrevistas en las que no se transcribe la conversación completa sino que se utilizan frases de la misma para subrayar y corroborar una idea presentada por el periodista. Los personajes entrevistados en la sección de música clásica son figuras reconocidas que no necesariamente son noticia en el momento de ser entrevistados. Se requiere un trabajo previo de investigación por parte del periodista sobre el tema y el protagonista. Para ello es necesario que el profesional del periódico sepa cuanto sea posible sobre música clásica. Su formato y tamaño es muy variado, lo que lo convierte en un género muy utilizado porque se adapta con facilidad a cualquier espacio.
Se consideran géneros de opinión aquellos en los que predomina la función valorativa del comunicador. Estos géneros no solo ofrecen información, sino que también pretenden formar un criterio y suscitar comentarios, esa es su principal diferencia. Al mostrar la opinión del redactor, este tipo de textos suele reflejar el auténtico talante del medio, por lo que sirven para arrojar información sobre cómo afrontan los temas relacionados con la música clásica. De esta manera podremos valorar cómo posicionarnos, en nuestra función de comunicadores, para que nuestro mensaje sea efectivo.
Se define como el tipo de texto que no ofrece directamente opiniones o visiones personales de la realidad, sino que narra hechos a modo de parábola. Como ejemplo puede servir el caso de una representación de cualquier concierto de Beethoven en el Teatro Monumental de Madrid: la música ya se conoce, pero el solista es una nueva gran promesa o una figura prestigiosa y la orquesta es la de la RTVE. En este hecho se mezclan nuevos y conocidos acontecimientos por lo que el artículo que redacta el periodista tiende a adoptar un tono narrativo a modo de historia.
En cuanto a su definición, y de acuerdo con Martínez Albertos, la columna es un género razonador, orientador y valorativo que va firmado y, por lo tanto, su responsabilidad se liga tan solo a la del autor del trabajo. La realiza un colaborador habitual del periódico que de manera libre escoge un tema y lo comenta con mayor o menor trivialidad. Es un derivado del artículo, del que se diferencia principalmente en la extensión, siendo más corta la de la columna, la periodicidad, la firma y la ubicación fijas en el suplemento. De esta manera, podría decirse que, es una opinión individual que usa el medio para expresarse. Eso sí, estos “comentaristas creadores de opinión individual” son seleccionados por el periódico y suelen tener una opinión afín a la filosofía del mismo. El nombre del género deviene de su propia maquetación, ya que ocupa una o dos columnas impresas. La columna es uno de los géneros más populares en la comunicación de la música clásica y por ello suele tener un título fijo que la diferencia del resto de textos. Dado su formato, es sencillo adaptarla al espacio existente. No es necesario su vinculación con la actualidad más inmediata. En la columna hay dispersión, es decir, el comentarista no trata un tema definido sino que relaciona varios entre sí creando un vínculo que en un principio no se intuye. Respecto a su aspecto fundamental, valga esta frase de Ladevéze: “Lo que escribe el columnista vale lo que valga su firma” (1995, 30).
Comentaba el crítico de La Razón, Gonzalo Alonso, en una entrevista respecto a su trabajo que “hago de todo, pero fundamentalmente crítica”. Son unas palabras que muestran la intención directa de cada uno de los colaboradores que escriben sobre este tipo de arte y que tienen a bien llamarse críticos por ser esa la función que desempeñan o desean desempeñar, la de escribir crítica. Las definiciones de este género, muy popular en el periodismo cultural en general, son variadas dada la diversidad de críticas posibles. Según la RAE, la crítica es el arte de juzgar la bondad, verdad y belleza de las cosas; y precisa Luisa Santamaría que la crítica es el juicio de una cosa con valoración positiva o negativa, matizando que “criticar no es censurar” (1997, 144). Es el artículo que desmenuza, disecciona y analiza un hecho musical (por ejemplo, un disco o un concierto), y según Grijelmo (2008, 123) “suelen estar hechos por eruditos en una materia” que opinan (principal rasgo que lo diferencia de la reseña, con más información que opinión y sin tanta relevancia de la firma). Es recomendable la mano de un especialista sobre un hecho musical, que cuenta su opinión sobre algo relacionado con el mismo. Además, dicho informador suele añadir datos relevantes que enriquecen el texto y captan la atención de lector. La firma de dicha crítica suele conferir al artículo un valor adicional comparable al adquirido en la columna. Esto no ha de ser aprovechado por el especialista para dar su opinión, la mejor manera de evitarlo es fundamentar las afirmaciones vertidas y probarlas.
Se suele encomendar a algún especialista o voz relevante del periódico, ya que ocupa la primera página después de la portada y vierte opiniones y valoraciones personales sobre un tema de actualidad que se presupone manifiestan el sentir del periódico respecto a ellas. Es un género reservado a la dirección del medio o alguna figura relevante ya que es valorativo y posiciona al medio sobre un tema determinado. Su firma es fundamental; aunque no suele aparecer expresamente, se conoce quién realiza el editorial de cada medio. Es valorativo y determina la opinión del medio. Su relación con la actualidad depende de la periodicidad del medio, pero no es necesaria como cualidad definitoria.
Como hemos venido apuntando desde comienzo del tema, la definición y delimitación entre los diversos géneros es muy complicada, ya que la llegada de nuevos medios de comunicación, como los digitales, ha desdibujado los límites entre unos y otros. Por ello, a continuación te mostramos algunos que pueden ser tan afines que quizás no sea sencillo distinguir. Recuerda que la relación con la actualidad, la presencia de la firma y los conocimientos del redactor suelen ser rasgos diferenciadores decisivos.
Las diferencias fundamentales entre ambos géneros son:
Sus diferencias fundamentales son:
Ambos son muy parecidos, recuérdese que el informativo solo debe tener datos objetivos y el redactor no debe aparecer en ningún momento. En cualquier caso se ha de ser muy cauto, pues es un género que requiere unos profundos conocimientos sobre la materia a comunicar. Utilizar uno u otro dependerá directamente del medio en el que se va a publicar.
La crónica está relacionada directamente con la actualidad, mientras que el artículo de opinión puede dejar un margen de tiempo con el hecho musical. El tema de la crónica ha de ser una relación de los hechos musicales acontecidos, nunca de un libro o un disco. En este sentido difiere del artículo, que puede tratar cualquier tema relacionado con la música.
Elegir el tono más adecuado para un texto es una tarea que requiere dosis de paciencia y tener en cuenta varios aspectos. Si nuestro objetivo es dar muestras evidentes de nuestros conocimientos musicales, sin importarnos la comprensión de lo que estamos comunicando, entonces este apartado carece de sentido. Pero si, por el contrario, pretendemos que nuestro mensaje llegue y se entienda, entonces debemos atender a las responsabilidades del periodismo, que son “la información, su utilidad inmediata y su verificabilidad. El esfuerzo del comunicador por conseguir la comprensión rápida y total del mensaje, junto al deseo de captar la atención del lector, ha supuesto la aparición de un lenguaje particular. Debemos delimitar las dimensiones de este lenguaje y las normas del periodismo para contrarrestar la invasión de informaciones que no están hechas por comunicadores y que llenan cada día tantos portales y páginas web. En ocasiones, en música se utiliza un lenguaje especializado que se caracteriza por utilizar, en términos generales, la gramática de la lengua común, matizada por ciertos usos que pueden destacar cualitativa o cuantitativamente: así, es frecuente que aparezcan tecnicismos, nombres propios o usos del lenguaje que no siempre estarán bien utilizados. Son aspectos importantes que se añaden a la elección del género periodístico y al tono del texto.
De cualquier manera, estas normas de estilo deben tener en cuenta el medio en el que estamos comunicando. Sea radio, prensa, televisión o internet, es importante diferenciar si debemos usar un tono coloquial o tono especializado. Por ello, primero debemos prestar especial atención al público de dicho medio, sus características sociales y el tipo de conocimientos que tienen respecto a la música. La división más común la encontraremos entre los diarios y la prensa especializada. Si el primero necesitará un lenguaje coloquial que huya de excesos literarios y licencias lingüísticas, el segundo las aceptará, aunque con mesura.
Durante el siglo XXI se han introducido posibilidades tecnológicas que han producido cambios y novedades en el día a día del trabajo informativo y en el modo de contar la actualidad. El lenguaje especializado es un subconjunto de recursos específicos, lingüísticos y no lingüísticos, discursivos y gramaticales, que:
Debemos limitar el lenguaje especializado a un determinado tipo de situación comunicativa: las situaciones formales de carácter profesional.
Si bien es cierto que en España se han construido varios auditorios y hay numerosos teatros que también se utilizan para eventos musicales, no todos se gestionan de la misma manera ni son dueños de lo que se informa sobre ellos.
Dada la interesante historia del Teatro Real realizaremos un resumen de los datos más destacados desde su creación hasta la actualidad, que nos será útil para saber cómo se ha convertido en uno de los teatros de ópera de referencia en Europa. La información que viene a continuación está publicada en la web del Teatro Real cuyo enlace ofrecemos al final del texto. Situado en Madrid, “el actual emplazamiento del Teatro Real se sitúa en 1738, bajo el reinado de Felipe V, cuando se inaugura el Real Teatro de los Caños del Peral con la puesta en escena de la ópera Demetrio, compuesta por Johann Adolph Hasse sobre el libreto de Pietro Metastasio”. Ya en 1818 “se inician los trabajos de construcción del Teatro Real” con la intención de tener un teatro de ópera e impulsar un coliseo lírico que pudiera equipararse con los europeos. Las obras acabaron en 1850 y durante 75 años “el Real se convierte en uno de los principales teatros europeos. En octubre de 1925 un hundimiento provoca el cierre provisional del teatro. En 1966 se abre al público como auditorio y sede del Real Conservatorio Superior de Música y Escuela de Arte Dramático” y en 1991 vuelve a remodelarse hasta que se inaugura en 1997. Desde entonces, con el estreno de “Divinas Palabras” de Antón García Abril, el Real ha acogido otros diez estrenos mundiales de ópera. El Teatro Real gestiona tiene su propio departamento de comunicación que crea y redacta sus noticias y se encarga de toda la campaña a los medios. En su página web puede encontrar todo lo necesario para realizar una noticia sobre cualquiera de los montajes y actuaciones que tiene programados. Por otro lado, ellos alquilan tanto el espacio para actuaciones como sus propios montajes de obras. De esta manera el rendimiento es mayor. Si últimamente se han podido ver cantantes de pop o jazz en el Teatro Real, es precisamente por esta característica que le permite alquilar los espacios y por el ánimo de sus últimos directores. En la actualidad, Joan Matabosch es el director artístico y Pablo Heras Casado, el director musical. La venta de abonos, el alquiler de espacios y una atractiva y variada programación lo han convertido en uno de los mejores teatros europeos.
Según la información publicada por el propio Auditorio en el siguiente enlace, el edificio es obra del arquitecto “José Mª García de Paredes, fue inaugurado el 21 de octubre de 1988 y su construcción fue programada dentro del Plan Nacional de Auditorios, destinado a dotar al país de una adecuada infraestructura musical”. El Auditorio Nacional de Música depende del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Elabora su propia comunicación a través de un gabinete de prensa al que puedes echar un vistazo en el siguiente enlace. Según ellos mismos definen en la página web, “el Auditorio desarrolla una importante actividad en el mundo de la música, poniendo sus instalaciones a disposición de personas y entidades, públicas o privadas, para la realización de actividades musicales. Sus dos salas de conciertos, la Sala Sinfónica y la Sala de Cámara, […] permiten celebrar hasta cuatro conciertos diarios, en sesiones de tarde y noche”. Tanto la Orquesta y Coro Nacionales de España tiene su sede en este espacio, y lo mismo le sucede a la Joven Orquesta Nacional de España y al Centro Nacional de Difusión Musical.
De nuevo, acudimos a la información que la propia institución ha publicado en su web para conocer más sobre cómo ha llegado a las circunstancias que hoy día lo rodean. Situado en Madrid, “los orígenes se enlazan muy pronto con los de su primer y único recinto creado en todo el mundo para la gloria de la lírica española, el Teatro de La Zarzuela. La historia se remonta a los años cincuenta del siglo XIX […] y después de varios años de éxitos continuados, en 1856, los arquitectos construyen una sala creada para la ya popularizada zarzuela, que se inaugura ese año con obras de Arrieta, Asenjo Barbieri, Carnicer, Gaztambide y Hernando. Actualmente está dirigido por Daniel Bianco”. Es otro de los escenarios que depende del INAEM. Asimismo, realiza y gestiona su propia comunicación a la que puedes acceder dándote de alta en este enlace. El presente espacio funciona tanto con programación de zarzuela como un espacio en el que poder escuchar otro tipo de música y un sinfín de actividades que están renovando el espíritu del teatro. Su objetivo de los últimos años es recuperar público joven (proyecto Zarza) para generar nuevos públicos del teatro lírico español.
Los datos históricos, obtenidos de la propia web del Liceu, serán útiles para saber los aconteceres diversos de este edificio, templo de la ópera que ha sufrido más de un descalabro. Un grave incendio declarado el 31 de enero de 1994 destruyó la sala y el escenario, con lo que rápidamente se planteó un nuevo proyecto a partir del anterior para llevar a cabo la reconstrucción. El nuevo Liceu abrió sus puertas el 7 de octubre de 1999, y está dirigido en la actualidad por Valentí Oviedo i Cornejo. Como los espacios anteriores, ellos mismos gestionan su comunicación, a la que puedes acceder a través de este enlace. Y sobre la concesión y explotación del Teatro, los responsables del Liceo explican en su web que “fue confiada desde un principio a empresas concesionarias de espectáculos, lo que perduró hasta 1980. Sin embargo, el régimen económico que regía el Liceu se mostró inviable a partir del último cuarto del siglo XX. En 1980, el primer gobierno de la Generalitat de Catalunya creó el Consorcio del Gran Teatre del Liceu, que se hizo cargo de su gestión y explotación”. Por esta razón, el teatro funciona como un conjunto de espacios que se alquilan a otras productoras de ópera y promotoras de conciertos, además de tener su propia programación.
Fue construido entre 1905 y 1908 por el arquitecto modernista Lluís Domènech i Montaner como sede del Orfeó Català en Barcelona. Desde sus inicios ha sido utilizado como sede de conciertos. Seguimos con el tipo de teatro que lleva su propia comunicación. Como se explica en este enlace a su web, “La misión de la Fundació Orfeó Català-Palau de la Música Catalana es promover la música. Desde 2012 la Fundación asume la gestión y las actividades del Palau de la Música Catalana y sus coros. Un modelo que permite simplificar la gestión del Palau, optimizar sus recursos y darle mayor transparencia”. El Palau de la Música Catalana alquila sus salas para eventos de todo tipo.
El Palau de les Arts Reina Sofía, edificio diseñado por el arquitecto valenciano Santiago Calatrava, se presenta como una gran escultura de alto contenido simbólico. Y continúan explicando en la web, a propósito de la Orquestra de la Comunitat Valenciana, conjunto titular del Palau de les Arts Reina Sofía, que “está integrada por músicos internacionales personalmente seleccionados por su director musical fundador, Lorin Maazel, quien lideró la formación entre 2006 y 2011. El cometido fundamental de la formación es atender el foso en la temporada operística del Palau de les Arts”. El Palau de les Arts gestiona sus propias noticias con una sección en la web en la que publican notas de prensa, vídeos e imágenes de las producciones. Para ampliar información sigue este enlace. La Fundació Palau de les Arts Reina Sofía pone a su disposición una serie de extraordinarios espacios para la realización de acontecimientos empresariales o sociales.
Debido a este órgano gestor, el Palau de les Arts Reina Sofía funciona como un edificio que alquila sus espacios y ofrece la posibilidad de albergar en ellos cualquier tipo de evento o acto, además de celebraciones especiales y congresos. Para la gestión del Palau de les Arts se adoptó la figura jurídica de la fundación. De ese modo se abarcan aspectos como, por un lado, la persecución del interés general, y, por otro, la agilidad en su funcionamiento, en que cobra una especial atención la autonomía de la gestión. Jesús Iglesias Noriega es su actual director.
El Teatro de la Maestranza fue inaugurado por Su Majestad la Reina en 1991. Obra de los arquitectos Aurelio del Pozo y Luis Marín, su situación en un entorno privilegiado de la Sevilla histórica, sus excepcionales características técnicas, la calidad y variedad de su programación y, sobre todo, la respuesta entusiasta del público. En la actualidad, Pedro Halffter es su director artístico. El departamento de prensa de la Maestranza es muy activo, tienen diversas publicaciones y revistas a las que puedes acercarte en este enlace. La titularidad del Teatro de la Maestranza corresponde al Consorcio Teatro de la Maestranza y Salas del Arenal de Sevilla, desarrollando su gestión a través de la Sociedad Anónima de igual nombre. Como los otros escenarios, los de la Maestranza también se alquilan.
La información del CNDM que sigue se ha obtenido de este enlace en su página web, y ya que son espacios dependientes del Gobierno de España, se mantiene intacta la definición. “El Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM), unidad del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), ha recogido las actividades que antes englobaban el Centro para la Difusión de la Música Contemporánea (CDMC), el Centro Nacional de las Músicas Históricas de León y la programación propia del Auditorio Nacional de Música, configurando una propuesta general que desarrolla y amplía esos límites sonoros”. “Entre sus funciones está la de fomentar y difundir la música contemporánea española”.
Igual que en el caso anterior, la información obtenida está publicada en la web institucional del INAEM en el siguiente enlace. “El Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM) es el organismo del Ministerio de Cultura y Deporte encargado de promover y difundir la música, la danza, el teatro y el circo en España, así como de favorecer su proyección en el exterior”. “Los centros artísticos del INAEM concentran una parte importante de la oferta escénica y musical de nuestro país. En el teatro del INAEM dependen la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC) y el Centro Dramático Nacional (CDN). En la danza cuenta con el Ballet Nacional de España (BNE) y la Compañía Nacional de Danza (CND). La música está representada a través de la Orquesta y Coro Nacionales de España (OCNE), la Joven Orquesta Nacional de España (JONDE), el Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM) y el Teatro de la Zarzuela”. “En cuanto a los espacios de exhibición del INAEM, el Auditorio Nacional de Música es la sede de la OCNE, la JONDE y el CNDM. El Teatro Valle-Inclán y el Teatro María Guerrero son los centros escénicos del CDN, y el Teatro de la Comedia es la sede estable de la CNTC y de la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico (JCNTC). La zarzuela tiene su espacio en el Teatro de la Zarzuela, único recinto en el mundo dedicado principalmente a la lírica española”. “Para la difusión y protección de las artes escénicas y la música, juegan un papel relevante el Centro de Documentación de Música y Danza, el Centro de Documentación Teatral y el Museo Nacional del Teatro, así como la formación artística y técnica en los oficios de la escena que se organiza a través del Centro de Tecnologías del Espectáculo”.
El objetivo de la Fundación Excelentia, fundación sin ánimo de lucro, es tan necesario que la música se beneficia de él ávida de iniciativas similares. Ellos mismos indican en este enlace que “nace para contribuir a la promoción del patrimonio lírico-musical e impulsar la creación y representación de las artes musicales en todas sus variedades. Son objetivos primordiales de la Fundación la difusión y divulgación de la música y el cultivo de nuevos valores musicales, cuyas actividades contemplan la organización del Ciclo de Conciertos Excelentia”.
Creada por Alfonso Aijón hace cinco décadas, es una de las principales empresas organizadoras de conciertos de música sinfónica en España. Su objetivo es traer a las principales figuras del panorama orquestal a lo que es considerado uno de los mejores ciclos sinfónicos de Europa. Sus conciertos suelen tener lugar en el Auditorio Nacional de Música de Madrid.
OCNE son las siglas de la Orquesta y Coro Nacionales de España, organismo que engloba los dos conjuntos estables de música sinfónico-coral dependientes del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Según ellos mismos indican en su web, “su actividad principal se desarrolla en su sede de Madrid, el Auditorio Nacional de Música, y en el resto de España y el extranjero a través de giras y de la participación en los más importantes festivales de música, con el objetivo de difundir la música y cultura españolas. La Orquesta y Coro Nacionales de España aborda actividades musicales como el Ciclo Sinfónico, el Ciclo Satélites, así como un proyecto socioeducativo, con el fin de promocionar la música clásica desde diversas perspectivas. El maestro David Afkham es su director principal desde la temporada 2014-2015”.
La RTVE tiene en este organismo una figura privilegiada dentro de la música clásica. En este enlace se define a la Orquesta Sinfónica y Coro de Radio Televisión Española “es una formación sinfónico-coral dedicada a la interpretación y difusión de la cultura musical de calidad, dentro del marco de la Corporación RTVE, que ejerce como embajadora de excelencia cultural con vocación de servicio público”. “La orquesta nace el 27 de mayo de 1965 como una de las orquestas más jóvenes de la radio y televisión europeas. Se presentó oficialmente en el Teatro de la Zarzuela de Madrid junto a su Director Fundador, Igor Markevitch”. A partir de septiembre de 2016 la dirige Miguel Ángel Gómez Martínez. El Coro, fundado en 1950 con el nombre de “Los Cantores Clásicos”, se transforma en “Coro de Radio Nacional”, bajo la dirección de Odón Alonso. Desde mayo de 2015, el director titular del coro RTVE es Javier Corcuera Martínez.
La Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid con la finalidad de interpretar música española, en 1984 el coro y 1987 la orquesta. Actualmente es la orquesta titular del Teatro de la Zarzuela de Madrid, dirigida por Víctor Pablo Pérez. Por su parte, el coro está dirigido por Pedro Teixeira.
Como se ha mencionado anteriormente, en la actualidad hay muchas y buenas orquestas sinfónicas en España. Es imposible mencionarlas todas aquí, pero sí es posible que tengas referencias sobre ellas en los siguientes enlaces que te serán útiles cuando necesites conocer su existencia, su contacto o su organigrama. La Asociación de Orquestas Sinfónicas Españolas (AEOS), como se indica en este enlace de su página web, es “una asociación sin ánimo de lucro creada en 1993, que agrupa a 29 orquestas sinfónicas: 27 profesionales y 2 orquestas de jóvenes, cuyo objetivo es promover y desarrollar cualquier tipo de iniciativa que favorezca la cooperación y facilite la coordinación entre todas las orquestas integrantes, en todos los ámbitos de su actividad”.
La música clásica necesita de comunicadores especializados. Esto es un hecho. Pero para entender toda la cadena que se crea desde que tiene lugar el hecho musical hasta que se comunica sobre él, y el largo recorrido que ha hecho el mensaje para unir los dos eslabones de la cadena, lo mejor será verlo desde una perspectiva que todos entendemos, la de los elementos de la comunicación. En esta disciplina, el agente de la comunicación, el encargado de elaborar y emitir el mensaje ha de ser un periodista especializado, es decir, alguien que tenga conocimientos de música clásica.
Podríamos decir que los emisores son los músicos si enfocáramos este tema desde ese punto de vista, sin embargo, lo haremos desde el de la comunicación, por lo que los emisores son los medios de comunicación, desde los organismos hasta los periodistas especializados. Para comenzar, recordemos que hay infinitas profesiones relacionadas con la música clásica y con la comunicación, aunque en España están aún por desarrollar. De hecho, los profesionales que se establecen por su cuenta son pocos, y el mayor volumen de trabajos se lo llevan las agencias de comunicación, que a menudo también funcionan como gestoras de conciertos. En cuanto a los periodistas, se ha especulado mucho sobre este tema, pero lo cierto es que aunque algunos aseguran que un aficionado a la música clásica puede escribir sobre ello y publicarlo, lo mejor es que tenga estudios relacionados con la música clásica.
El receptor en comunicación es quien recibe el mensaje y debe compartir el mismo código con el emisor. En música clásica, los receptores varían según el medio (revista, radio, concierto en vivo). El concepto de target o público objetivo es clave para definir la comunicación. El psicólogo John Sloboda, especialista en música, investiga la relación entre músicos y audiencia. Según su estudio, hay cuatro aspectos fundamentales en la experiencia del público en directo:
Este análisis destaca la importancia de comprender al receptor para mejorar la comunicación en la música clásica.
La empresa especializada en marketing Instasent define en su web, https://www.instasent.com/, que los medios y canales de comunicación como el soporte que transmite la información desde el emisor hasta el receptor. O, dicho de otro modo, los canales son las diferentes maneras en las que se transmite el hecho musical, que puede ser en un concierto en directo, en un festival, en la radio… Como son tan variados, nos dan una clara identificación del público al que estamos dirigiéndonos. Antes de continuar debemos especificar que el mejor modo para elegir el medio de comunicación idóneo será, de nuevo, conocer a tu público objetivo. Saber qué le gusta, por qué elige un concierto determinado, etc.… te será de gran ayuda para entender lo que hace, y por lo tanto, lo que quiere. Según recientes investigaciones, el público actual no compra productos, compra experiencias, así que piensa en lo que le vas a ofrecer que te hace tan interesante como para moverse de su zona de confort y escucharte.
En el mundo de la comunicación, el mensaje es uno de los elementos más elaborados e importantes. Siempre ha de estar elaborado tras una investigación previa, tanto del público al que se dirige como del mercado en el que se va a emitir o el campo profesional al que pertenece. El público de la música es muy exigente y conocedor de la materia, por lo que los mensajes han de estar muy elaborados. No hay lugar para una mala interpretación, sería fatal para nuestra “música”. Todo mensaje debe presentar las siguientes características fundamentales, que debemos tener en cuenta a la hora de redactarlo.
Quizás este sea el elemento más fácil de definir, puesto que el código es el idioma que se utiliza. Como ya sabemos el público al que nos dirigimos, adecuar el tono y el estilo de redacción será sencillo. Por otro lado, debemos considerar como un factor favorable que la música sea un idioma en el que se comparten códigos independientemente del origen de cada uno.
Dado que los elementos de la comunicación son los mismos en la música clásica que en la popular urbana, atenderemos a las peculiaridades de los mismos en este tipo de música. Al igual que la música clásica, la música popular urbana necesita de comunicadores especializados, pero raramente lo son. De hecho, su accesibilidad provoca que se confunda el gusto popular con el conocimiento de la materia, y de ahí la proliferación de soportes que se dedican a comunicar sobre ella.
El emisor es un ente muy amplio dentro del entramado de la comunicación. Desde una persona en casa con su ordenador hasta las grandes empresas de marketing y comunicación, todos se adaptan a cada tipo de música. Cada intérprete tiene su forma de ser, de estar en el escenario y de llegar al público, y eso hay que saber adaptarlo si se quiere ser un emisor eficaz. Por lo tanto, en este tipo de música, lo más importante es que cada artista, cada músico, encuentre su lugar entre todos los demás. Será la única manera de que sea escuchado y apreciado. Prestar atención a tu trabajo como músico y al del resto, y buscar las diferencias y similitudes entre ambos será lo único que posibilite encontrar un hueco en el mercado para tu “mensaje”. El de la comunicación es, por si fuera poco, uno de los sectores más perjudicados por la crisis económica. La reducción generalizada de la inversión en promoción y publicidad ha llevado a la ruina a las agencias y medios de comunicación, y la poca liquidez de las administraciones ha puesto en peligro la supervivencia de muchos puestos de trabajo en los medios públicos. Quizás sea esa la principal diferencia con la música clásica, la industria se ha visto sacudida porque la recaudación ya no se basa en la venta de discos, sino en el concierto.
En la música popular urbana los receptores de la comunicación no varían según el soporte por el que se informen sino por el tipo de música que escuchan. No será el mismo público el de la música electrónica que el de la música de jazz. Por lo tanto, es muy importante plantearse el target, en este caso según la música que escuche. Antes de comenzar cualquier mensaje, sería bueno empezar por plantearse:
A pesar de que la música clásica ha avanzado mucho en cuanto a los soportes en los que se recibe, lo cierto es que la música popular le lleva una enorme ventaja. Tanto los canales convencionales como los más modernos son muy familiares a este tipo de música, que obtiene un gran rendimiento adaptando toda su comunicación al canal que más le conviene. Un buen ejemplo de esto lo encontramos los músicos que se han hecho famosos a través de YouTube (la mayor parte de ellos, de música moderna).
El mensaje es la información que vas a ofrecer como comunicador, y según lo hayas enfocado así lo percibirá el emisor. Es fundamental que antes de que comiences a realizarlo tengas muy claros los tres puntos anteriores, el emisor, el receptor y el canal. Muchos de los intérpretes de música popular urbana son un mensaje en sí mismos, ellos se encargan con su aspecto y sus redes sociales de transmitir mucha de la información que obtiene el receptor. Ellos mismos son tanto el mensaje como el emisor y el canal, lo que se convierte en una herramienta muy útil y potente, y que por lo tanto, hay que utilizar con mucho cuidado.
Como ya sabemos, adecuar el tono y el estilo de redacción según el público al que nos dirigimos será sencillo. La característica de la música popular es que hay tantos códigos como tipos de música. De nuevo, verifiquemos que sabemos las características de nuestro target para que el código sea el que ese público comprende y utiliza.
Las profesiones que se pueden realizar relacionadas con la comunicación y la música clásica son muchas y muy variadas. En pleno siglo XXI este es un campo en el que surgen numerosos perfiles muy valiosos que han sumado valor a los que ya había. Por ello, estos que se muestran a continuación no son todos los que existen, pero sí los más populares y los que mejores salidas pueden ofrecer. Dado que en este apartado estamos hablando de las palabras y la imagen que sobre un músico se van a proyectar, se debe dar una gran relevancia a las siguientes profesiones.
Dentro de este perfil se encuentran las profesiones que ejercen de puente entre el artista y los espacios para la comunicación y la música. A veces llegan a intermediar con el público a través de las redes sociales.
Esta es una de las profesiones más tradicionales y a la que se dedican muchos de los gestores culturales que han estudiado música. Como su nombre indica, consiste en mantener una relación directa con promotores, agentes, orquestas, festivales y auditorios, consiguiendo así que los artistas puedan desarrollar su importante trabajo en las mejores condiciones. Los representantes de artistas obtienen beneficiosos conciertos para los músicos, y en muchos casos, son los responsables del éxito de los intérpretes. A día de hoy un intérprete puede comenzar representándose a sí mismo con una buena campaña de comunicación, pero conforme el nombre propio vaya tomando protagonismo este modelo suele ser insuficiente y el representante se hace cargo de gestionar la carrera del músico emergente.
El gestor cultural es el profesional de la gestión cultural bajo el que se engloban multitud de tareas y por lo que se considera un perfil poco definido. Por esta razón, conviene aclarar el alcance exacto de esta figura. Para Lluís Bonet Agustí existen cuatro caras diferentes que se corresponden con las tareas del gestor cultural y que, además de mostrarle un esbozo a continuación, pueden encontrarse en el siguiente enlace:
Es la figura que se encarga de la coordinación de toda la comunicación del músico, teniendo un conocimiento muy asentado de los medios de comunicación offline y online:
Es una profesión muy demandada en otros países, y en España también está comenzando a popularizarse.
En estas profesiones están las que generan el contenido que se va a publicar sobre un músico o sobre cualquier hecho musical. Gran parte de lo que se publica en un medio está pactado de antemano, lo que puede ser una herramienta muy útil a la hora de comunicar.
Suele pertenecer a la plantilla de una revista o periódico, digital o impreso, y se encarga de la elaboración de los contenidos. En el mundo de la música clásica esta tarea es fundamental puesto que existen grandes comunidades de lectores.
Un buen gestor de contenido asistido por la persona adecuada, o incluso, por una persona con mucha dedicación y esfuerzo, puede ahorrar mucho dinero en comunicación. Las personas que están detrás de las plataformas de contenidos son fundamentales a la hora de llevar la comunicación, de ellos dependerá la actualización de la información y de las imágenes. Por otra parte, entendido como herramienta, un gestor de contenidos es una aplicación web que permite la creación, inserción y seguimiento de contenido de una manera tan sencilla que no se necesitan grandes conocimientos para llevarlo a cabo. Además, su efectividad es tal que muchos profesionales y personas que se inician, lo hacen por su cuenta. De hecho, la facilidad para editar e insertar nuevo contenido de cualquier formato, vídeo, texto, imagen, permite su actualización inmediata.
El responsable de las redes sociales se encarga de que todo el contenido que se publica se distribuya por las redes sociales y llegue al público deseado. También se encarga de la “reputación” del músico, es decir, de que todo lo que se publica sobre él esté acorde con la línea que se quiere transmitir y, si no es así, aclarar el malentendido y redirigir el mensaje. En muchos casos también se encarga de la redacción del contenido y adaptación a las redes. Y por lo tanto, es el responsable de crear una imagen, de formar una comunidad y una identidad en el mundo digital.
Si no se trabaja para el mundo de la comunicación es posible que el concepto “campaña de comunicación” parezca una enorme tarea difícil de abordar. Nada más lejos de la realidad. Aunque son varias las cosas que hay que hacer para que funcione, realizar una campaña de comunicación está al alcance de cualquiera y afortunadamente solo se necesita un ordenador y conexión a Internet. A continuación, iremos desgranando los pasos necesarios para emprender una promoción básica, eficaz y muy útil.
Definir los objetivos que queremos conseguir con la puesta en marcha de esta campaña será fundamental para conseguir unos resultados visibles. Tener una idea y ponerse manos a la obra rápidamente da muestras de las ganas que se tienen de avanzar, pero ciertamente no es la mejor manera de comenzar este trabajo. Tómate tu tiempo, piensa a largo plazo y deja que el concepto vaya tomando forma. Una vez que hayas meditado y estés seguro de hacia donde te diriges, es el momento de comenzar. Un buen consejo es que navegues por internet y estés al tanto de lo que hace gente que te gusta y que piensas que tiene una buena campaña de comunicación. De momento, copiar es una opción. Si lo que te gusta es bueno, la copia también lo será, y eso es un valor seguro. No creas que los demás improvisan o que esta tarea la realizan con los ojos cerrados. Nada más lejos de la realidad: las notas de prensa, entrevistas y reseñas están influidas por un montón de músicos que informan sobre su trabajo, invitan a ruedas de prensa y tienen muy presente la importancia de la comunicación.
Ya hemos hablado del público objetivo o target. Para localizarlo siempre debes pensar de la siguiente manera: A él dirigimos nuestra comunicación, pero también lo necesitamos para llevarla a cabo. Por eso tienes que crear tus propios perfiles, para saber a quién te estás dirigiendo cuando lances un mensaje o cuando converses con determinadas personas en la Red. Piensa que los contenidos que publiques deberían responder las preguntas de la gente y no solo contar lo que haces. Ten en cuenta los siguientes datos sobre tu público cuando vayas a realizar una comunicación:
Y ahora te preguntarás cómo localizas a tu público, es el momento de hacer una investigación más y descubrir dónde se esconden. Saber en qué redes sociales, blogs o webs se mueve para comunicar por esos canales. Sergio Vicente, experto en Comunicación de la Agencia V3rtice, explica así las características de los medios según su público en el siguiente enlace:
Continúa Diana Fontánez en esta entrada de su blog www.gestiopolis.com, que dada la importancia al elegir qué medio de comunicación es el adecuado para llevar nuestro mensaje a la mayor cantidad de público objetivo, se hace necesario regirse por estos principios:
Una vez analizadas las dos posibilidades anteriores habremos obtenido los datos necesarios para poder elegir los canales que más se adaptan a nuestro target. Además del rápido análisis ofrecido en el punto 1.2, aquí tienes un listado con los diferentes canales según Fontanez.
Para poder implementar el plan de comunicación es necesario conocer con exactitud los recursos con los que contamos y cuánto vamos a destinar a las acciones necesarias para alcanzar los objetivos que nos hemos fijado. Ya hemos visto que, para comenzar, es posible hacerlo uno mismo, sin recursos o minimizando al máximo las cantidades a invertir. Hemos de tener siempre en cuenta qué es lo que más nos interesa, según el público al que nos dirigimos. Además, quizás empezar sea duro, pero hay muchas subvenciones que podrán ayudarnos una vez hayamos realizado nuestro plan de comunicación.
Recordemos que el mensaje es lo que queremos comunicar y se dirige a nuestro público objetivo, y debe tener el estilo y tono de comunicación adecuado. Las claves para un buen mensaje que nunca debes olvidar son:
Mucho se ha dicho sobre la importancia de las notas de prensa en una comunicación. De su redacción y presentación dependen que un periodista la seleccione dentro de las muchas notas que recibe al día. Siguiendo la interesante entrada de María Porcel en la web www.nosolounaidea.es, nos haremos una idea de cómo la nota de prensa es primordial en la relación con los medios de comunicación de masas. Dicha nota es “un documento informativo breve que se dirige a los medios y les informa de lo más destacado de tu intérprete, de ti… Es fundamental porque facilita el contacto con los medios, sin exigir el desembolso de una gran cantidad de dinero, como en el caso de la publicidad. Tampoco se puede abusar de este recurso porque se corre el riesgo de provocar un efecto adverso en la relación con los periodistas”. Y sobre su redacción y funcionalidad, continúa Marian que “el mensaje tiene que seducir al periodista y llamar su atención. Tiene que ser un mensaje relevante e informativo”. Para conseguirlo hay que tener muy presente antes de comenzar a redactarla que lo más importante es:
Por ello, debe tener entre 550 y 650 palabras, incluir imágenes o vídeos que pueda utilizar el medio y dejar bien claro lo más relevante y lo que interesa que se publique.
Para conseguir nuestros objetivos es muy importante marcarse un calendario de cumplimiento de las acciones. Las temporadas tienen marcada una fecha de inicio y de cierre y hay que estar pendiente de ello. Esta recomendación se puede aplicar también a festivales, giras… los plazos en este sector son siempre cortos. Estamos hablando de fijar un calendario en el que se establezca lo que vamos a hacer y las fechas en que lo habremos conseguido.
De la misma manera, debemos estar pendiente del seguimiento de nuestro plan de comunicación para cerciorarnos de que los correos llegan, las fechas siguen su curso y nosotros cumplimos los objetivos trazados. Digamos que deberéis convertiros en una “agenda”.
Como ya hemos explicado, los gestores de contenido tienen dos vertientes profesionalmente hablando. Por un lado, gestores de contenido son aquellas personas que se encargan del contenido de una web, su actualización, redacción, recepción de textos… En la otra cara de la moneda, los gestores de contenido son plataformas en las cuales se trabaja con contenido de todo tipo. De fácil manejo, se han hecho muy populares para promocionar y dar a conocer a profesionales y empresas. Las más populares de estas plataformas son WordPress, Joomla, Magento, Drupal, Silverstripe y Prestashop. Aunque todos los nombres son importantes, más adelante veremos las dos primeras.
Según la agencia Antevenio, especializada en este tipo de plataformas, esta herramienta de formato blog es una de las más populares. Aquí se recomienda por su sencillez y las enormes posibilidades que ofrece.
En cuanto a Joomla, continúa Antevenio en esta entrada que “está diseñado para desarrolladores con experiencia en incorporar código en lugar de principiantes que dependen más de los constructores de sitios web para crear contenidos”. Por ello, es más complicado de manejar en un primer acercamiento, y para que resulte equiparable a una página web de calidad se hace necesario el manejo del lenguaje HTML. Eso sí, en la entrada sugerida en el párrafo anterior, Antevenio también ha destacado una de sus principales virtudes: “Independientemente de los complementos de negocio que necesites para tu sitio web, Joomla los tiene casi todos de forma gratuita”.
Redes sociales hay muchas y cada día surgen más, es un hecho. Pero aunque su éxito es grande, como herramienta de trabajo hay que tratarlas con mucho cuidado. Pueden ser tan útiles como dañinas.
Cada red tiene sus propias características, todo depende de tus necesidades u objetivos. Si quieres usar las redes sociales para promocionar tu profesión, encontrar trabajo o colaboraciones, lo mejor sería darse de alta en las redes sociales profesionales, pero es posible que haya otras redes profesionales especializadas en tu área, en tu país o ciudad. Investiga bien y decide. Tener presencia en las redes sociales es muy importante para apoyar tu estrategia de marketing, ya sea generando leads o construyendo una relación con estas. Como ya te habrás dado cuenta, el uso de las redes sociales en tu marketing requiere un poco de planificación, a fin de cuentas, las empresas y las personas tienen diferentes puntos de vista. Por esta razón, seleccionar las redes correctas es de extrema importancia: de nada sirve que tu contenido sea de gran calidad si lo diriges al público equivocado. Las personas no le darán importancia. Cuando llegue la hora de escoger una red social, obtendrás más resultados si escoges la que más encaje con tu perfil y tus objetivos de comunicación. Es importante saber cuál es la red social preferida de tu audiencia. Investiga los sitios más visitados por ella y así será más fácil saber en cuáles redes invertir tu tiempo.
Una vez decidida la periodicidad con la que actuaremos en las redes sociales, se debe ser constante para mantener esta periodicidad.
Hoy en día, casi ninguna estrategia de comunicación puede prescindir de Facebook, ya que su principal ventaja es su enorme base de usuarios. Aunque tiene una audiencia joven, también es popular entre personas de 35 a 54 años, lo que amplía su alcance. Algunos datos clave sobre la plataforma incluyen:
Dado que es muy probable encontrar interesados en tu contenido, se recomienda crear una página cuanto antes para aprovechar su potencial.
Twitter se distingue por su límite de 140 caracteres por publicación, lo que no significa que sea una plataforma restringida. Este formato la hace especialmente adecuada para dispositivos móviles como tablets y smartphones, de los cuales proviene el 80% de su tráfico. El 71% de sus usuarios tienen entre 25 y 54 años, y es una red muy utilizada por profesionales de la comunicación, como periodistas y publicistas. Aunque su base de usuarios es menor que la de Facebook, quienes participan en Twitter son altamente activos, generando y consumiendo contenido constantemente. Sin embargo, debido al alto volumen de publicaciones por hora, es una plataforma que requiere un seguimiento constante. Aun así, es una excelente opción para una estrategia de contenido, ya que la simplicidad de su funcionamiento facilita la interacción con otros usuarios. Solo aquellos realmente interesados en un tema seguirán los perfiles afines a sus intereses, lo que aumenta la relevancia de las conexiones.
LinkedIn es una plataforma orientada a profesionales, lo que la hace distinta a otras redes sociales. Su público, compuesto principalmente por personas en busca de información y soluciones en el ámbito laboral, la convierte en el espacio ideal para establecer contactos y ampliar redes profesionales. A diferencia de Facebook, donde muchos usuarios pueden sentirse invadidos en su privacidad, LinkedIn es percibido como un entorno más adecuado para interacciones de tipo profesional. Algunos datos relevantes sobre esta plataforma incluyen su enfoque en negocios, su mayor popularidad entre los hombres y su predominancia entre personas con educación superior.
Aunque Google+ cuenta con una comunidad de usuarios relativamente pequeña en comparación con otras redes, registra un crecimiento anual del 6% y mantiene un potencial de expansión. Es importante destacar que una presencia activa en esta plataforma puede contribuir a mejorar el posicionamiento en Google, lo que la convierte en una herramienta útil dentro de una estrategia digital.
Aunque muchos no la consideran una red social, YouTube es una plataforma clave para fortalecer la imagen y difusión de contenidos. Su accesibilidad en cualquier dispositivo es una gran ventaja, y los vídeos permiten una mayor cercanía con la audiencia al mostrar de manera visual el trabajo realizado. Para músicos e intérpretes, esta red es fundamental para compartir su arte con un público amplio, tanto especializado como general. Además, los vídeos son una poderosa herramienta para generar emociones y lograr una conexión más profunda con la audiencia, algo que otras plataformas no siempre facilitan. También ofrece la posibilidad de crear contenido educativo en forma de clases o cursos en video, lo que permite a los creadores posicionarse como expertos en su campo.
Existen diversas redes sociales enfocadas en imágenes, como Instagram, Snapchat o Pinterest, por ejemplo. Así como con las otras redes, también puedes usarlas para tu estrategia de comunicación, solo tienes que entender las especificaciones de cada una. Si tus productos son atractivos estéticamente, crear un perfil en estas redes puede ofrecer muchas ventajas. También puedes publicar fotos en redes como Instagram o Pinterest para dar a conocer tu empresa.