Portada » Español » Claves de la Comunicación: Texto, Modalidad y Variedades Lingüísticas
El emisor pretende atraer la atención del receptor hacia la propia forma del mensaje. En los textos literarios predomina esta función, que recibe el nombre de poética, y que también aparece en la publicidad.
El texto se caracteriza por su intencionalidad, por ser un producto lingüístico que responde a un propósito consciente de un emisor en una situación comunicativa concreta. Sus propiedades fundamentales son:
La coherencia es la propiedad que asegura la unidad del texto desde el punto de vista de sus contenidos. La coherencia del texto garantiza su unidad semántica, que se manifiesta en el hecho de que seamos capaces de sintetizar en una sola idea todo su contenido. Esto es posible porque las distintas ideas de un texto coherente se relacionan entre sí para formar una idea más general, que constituye el contenido global.
Para que un texto sea coherente, debe cumplir con:
Son elementos que permiten organizar globalmente el texto. Son marcadores del discurso o enlaces extraoracionales y pueden clasificarse, según su función, en:
Estructuran formalmente el texto o una secuencia del texto. Sus funciones incluyen:
Relacionan unidades sucesivas, entre las que se establecen relaciones semánticas diversas, como:
Afectan a la unidad que introducen, y su función es guiar la interpretación que el receptor debe hacer de esa unidad. Pueden indicar:
La modalidad de la oración se refiere a:
Las marcas formales que nos permiten reconocer la modalidad de los enunciados reciben el nombre de indicadores de modalidad. Los más importantes son:
Consiste en la diversidad de usos lingüísticos que surgen a partir de la lengua oficial (por ejemplo, el castellano) o cooficial (por ejemplo, el catalán) de un determinado país o comunidad autónoma. Estas variedades lingüísticas abarcan distintos aspectos a tener en cuenta:
Estos aspectos dan lugar a diferentes tipos de variedades:
A estas variedades se suman las variedades de registro, que un mismo hablante introduce para adaptar sus usos lingüísticos a las distintas situaciones comunicativas.