Portada » Economía » Clasificación de Mercados: Modelos Económicos y sus Características Clave
Los mercados son esenciales para resolver los problemas económicos básicos y asignar los recursos de manera eficiente. El modelo ideal de referencia es el de la competencia perfecta. Para que este tipo de mercado se produzca, es necesario que se cumplan una serie de condiciones muy restrictivas. Sin embargo, cuando estas condiciones no se dan, el mercado funciona bajo otras formas de competencia, como el monopolio, el oligopolio o la competencia monopolística.
En la realidad, la competencia es menos perfecta y es habitual que existan mercados con diferentes estructuras. Para poder tipificar los mercados, se establecen una serie de criterios:
Las barreras de entrada en un mercado se dan cuando el Estado o las empresas ya instaladas en él utilizan algún mecanismo u obstáculo para impedir la entrada de nuevas empresas, con el objetivo de reducir la competencia. Las barreras de salida son los costes que cualquier empresa debe afrontar al abandonar un determinado mercado y que, en ocasiones, no son asumibles, por lo que se vería obligada a permanecer en él.
Aquí se puede distinguir entre:
Se dota al producto o servicio de alguna característica que lo distinga de los elaborados por los competidores, con el objetivo de fidelizar al cliente y aumentar la capacidad de control sobre el precio.
Se puede distinguir entre:
Se puede distinguir entre:
Existen dos tipos de mercado:
Otros factores que pueden hacer que varíe el grado de competencia o rivalidad entre las empresas participantes en un mercado, entre los que destacan:
Es una estructura de mercado teórica que sirve como modelo para explicar el comportamiento de las empresas precio-aceptantes que ofrecen su producción. Las ventas de una empresa dependen de diversos factores, todos ellos relacionados con la oferta del bien que realicen, ya que la demanda se considera dada.
Un mercado de competencia perfecta se caracteriza por la existencia de un gran número de empresas, donde ninguna tiene poder para influir en el precio, lo que implica una rivalidad implícita por la eficiencia y la minimización de costes. Es el mercado de referencia, caracterizado por la existencia de un bien homogéneo, con un gran número de oferentes o empresas participantes, y cuotas de mercado pequeñas y similares. No hay ninguna empresa lo bastante grande como para que sus acciones tengan un efecto perceptible sobre la oferta total ni sobre el precio del mercado. Las empresas no tienen poder de mercado ni capacidad individual para afectar al precio, y lo toman como un dato.
Para que un mercado funcione bajo esta competencia, debe reunir las siguientes características:
En la vida real no es posible encontrar mercados de este tipo, pero existen otros con condiciones similares (por ejemplo, lonjas de pescado o mercados de productos agrícolas).
La curva de demanda a la que se enfrenta una empresa individual en competencia perfecta es horizontal o perfectamente elástica. Cualquier variación en la oferta de una empresa individual no tiene ninguna repercusión en el precio del mercado. La demanda del mercado, sin embargo, es decreciente.
En este modelo, las empresas buscan maximizar sus beneficios, lo que a largo plazo las lleva a producir al coste mínimo posible, beneficiando al consumidor.
Si una empresa de competencia perfecta intentara fijar un precio diferente al de mercado, ocurriría lo siguiente:
Que las empresas obtengan beneficios o pérdidas depende de la estructura de sus costes individuales; por ello, habrá empresas que obtengan beneficios y otras pérdidas.
Podrían entrar y salir empresas del mercado. Si las empresas existentes en el mercado tuvieran un saldo positivo (beneficios extraordinarios), entrarían nuevas empresas atraídas por la posibilidad de obtener ganancias. Esto aumentaría la oferta global y el precio de equilibrio que deben aceptar las empresas se reduciría, modificando sus ingresos hasta que los beneficios extraordinarios desapareciesen. Si las empresas existentes en el mercado tuviesen un saldo negativo (pérdidas), saldrían de este mercado, lo que disminuiría la oferta global y el precio de equilibrio aumentaría hasta que las pérdidas se anulasen.
Los mercados que no cumplen todas las condiciones necesarias para funcionar en régimen de competencia perfecta lo hacen en régimen de competencia imperfecta. Las formas de mercado imperfectas explican la realidad económica actual.
La característica fundamental de los mercados de competencia imperfecta es que las empresas productoras u oferentes tienen cierta capacidad para influir en el precio de mercado.
Se da cuando existe una única empresa que produce toda la oferta del mercado de un determinado producto y no existen sustitutivos cercanos. Esto hace que la curva de demanda del mercado, que es decreciente, coincida con la curva de demanda de la empresa monopolista, ya que esta cubre toda la demanda. La capacidad de influir en el precio de mercado es alta.
El procedimiento que sigue una empresa monopolista es:
Su objetivo último es el de maximizar beneficios.
El monopolista desarrolla ciertos límites para impedir el acceso de otros competidores. Su finalidad es que no puedan instalarse más empresas que la existente, lo que se logra mediante una serie de barreras de entrada, que son:
En régimen de monopolio, el precio del bien objeto de estudio es mayor y la cantidad que llega al mercado es menor, moviéndose en sentido contrario al precio como consecuencia de la demanda. El análisis de los beneficios depende de si se trata de un corto o largo plazo, pero suelen ser mayores en régimen de monopolio que en régimen de competencia perfecta.
Es un mercado que funciona en régimen de competencia imperfecta y cuenta con la existencia de un bien homogéneo (aunque también puede ser diferenciado). El oligopolio está definido por una serie de elementos que lo caracterizan:
El comportamiento de las empresas en el contexto de los mercados oligopolísticos puede diferenciarse en dos apartados:
Es un mercado que funciona en régimen de competencia imperfecta. No cuenta con la existencia de un bien totalmente homogéneo, sino que los numerosos productores que operan en la industria tratan de diferenciar su producto desde la perspectiva de los consumidores en relación al que ofrecen los demás.
Es un mercado de productos similares pero diferenciados, que son sustitutivos unos de otros. Puede haber ligeras diferencias de precios y no existen barreras de entrada ni salida significativas para las empresas participantes. Las diferencias pueden ser mínimas y basarse en la localización geográfica, la calidad, el estilo, la marca y la publicidad.
Cuanto mayor es la capacidad de una empresa para diferenciar su producto del resto, mayor será el precio que estén dispuestos a pagar por él los posibles clientes al ajustarse más a sus necesidades.
A corto plazo, las empresas monopolísticamente competitivas se comportan de manera similar a un monopolio y pueden obtener beneficios extraordinarios. Estos beneficios atraen a otras empresas que se establecen en ese mercado, produciendo bienes parecidos pero no idénticos. A largo plazo, la entrada de nuevas empresas reduce la demanda de cada empresa individual, llevando los beneficios extraordinarios a cero, similar a la competencia perfecta, pero manteniendo la diferenciación del producto.