Portada » Tecnología » Clasificación de la Corrosión en Metales: Mecanismos, Causas y Prevención
En este tipo, el daño se produce en zonas específicas de la superficie a alta velocidad, mientras que el resto del material permanece casi inalterado. Es difícil de detectar y peligrosa, ya que puede llevar a fallos estructurales rápidos con poca pérdida de peso general.
Ocurre en zonas donde hay uniones estrechas (resquicios) entre metales o entre un metal y un no metal, dificultando el acceso al oxígeno. Los metales pasivables (como los aceros inoxidables) son más sensibles a ella.
Se produce por la formación de celdas de aireación diferencial. El oxígeno dentro del resquicio se consume, haciendo que esa zona sea anódica y se corroa, mientras que las zonas con mayor acceso a oxígeno actúan como cátodo y permanecen intactas. Esto también puede llevar a la acidificación del medio dentro del resquicio.
Se manifiesta como finos filamentos que emanan de un punto y se extienden bajo capas orgánicas (pinturas, lacas) de recubrimiento. El inicio suele ser un defecto o arañazo en el recubrimiento.
Parece un rastro de gusanos y se confunde a veces con corrosión biológica.
Común en latas de acero recubiertas, láminas de aluminio, aluminio pintado, y otros metales lacados en ambientes de alta humedad.
Es el deterioro de materiales debido a la actividad de microorganismos (bacterias, hongos). Estos microorganismos no siempre se encuentran aislados y a menudo actúan de forma simbiótica.
Los microorganismos pueden participar de varias maneras:
Los microorganismos se adhieren a las superficies formando capas que pueden influir en la corrosión.
Es un ataque extremadamente localizado que perfora rápidamente el material. Es uno de los tipos más peligrosos.
Comienza por la rotura de la pasividad en puntos específicos de la superficie. Una vez iniciada, es autocatalítica, es decir, el proceso de corrosión en el interior de la picadura crea condiciones que estimulan su continuidad.
Se forma una pequeña zona anódica (la picadura) rodeada por una gran área catódica (metal pasivo). La disolución del metal en el fondo de la picadura y la hidrólisis de los iones metálicos disueltos disminuyen drásticamente el pH dentro de la picadura (hasta 1.0-1.5), acelerando la corrosión local. Los iones cloruro (Cl–) son especialmente dañinos, migrando al interior de la picadura para mantener la neutralidad y favoreciendo la corrosión.
Superficies rugosas, contaminación con óxido de hierro, presencia de polvo, grasa y contaminantes, pH, agitación del medio, y la composición química del metal base (especialmente el Índice PRE/PREN).
Es una medida de la resistencia de los aceros inoxidables a la corrosión por picaduras. Se calcula como PREN = Cr + 3.3 Mo + 30N. Valores más altos indican mayor resistencia.
Procesos para limpiar y restaurar la capa pasiva de los aceros inoxidables.
En este grupo, la morfología de la corrosión está fuertemente influenciada por la microestructura del metal.
Ocurre cuando la corrosión ataca preferentemente los bordes de grano de una aleación, debido a diferencias de composición entre los bordes y el interior de los granos.
Puede ser por precipitación de una fase en el borde de grano que empobrece la matriz en un elemento clave (como el cromo en aceros inoxidables) o por la segregación de átomos de soluto.
Cuando se enfrían lentamente o se recalientan entre 450 y 850°C, se precipitan carburos de cromo (Cr23C6) en los bordes de grano. Esto empobrece las zonas adyacentes a los bordes de grano en cromo por debajo del 10.5%, haciéndolas susceptibles a la corrosión. Esto se conoce como sensibilización. La formación de Cr23C6 disminuye la resistencia a la corrosión, la ductilidad y la tenacidad.
Puede ser por ataque directo de un precipitado más activo (ej., Mg2Al8 en Al-Mg) o por ataque de una zona adyacente a una fase más noble (ej., Al2Cu en Al-Cu).
Es una forma de corrosión intergranular que se produce en materiales con una microestructura muy direccional, donde los granos son alargados en capas paralelas a la superficie.
La corrosión ataca los bordes de grano alargados, y los productos de corrosión resultantes, al tener mayor volumen que el metal base, causan el levantamiento de capas completas, como si se «exfoliara».
Un constituyente específico de una aleación de solución sólida es disuelto selectivamente, dejando una estructura residual alterada, porosa y débil.
El descincado (o descincificación) en latones. El cinc es eliminado selectivamente, dejando una capa porosa y débil de cobre y óxido de cobre. La corrosión continúa bajo esta capa.
Latón, aleaciones de metales nobles, aceros de medio y alto carbono, aleaciones níquel-molibdeno.
En latones, el estaño, fósforo, arsénico o antimonio pueden inhibir el descincado. Latones con más del 85% de cobre resisten la descincificación.
Son tipos de corrosión donde los esfuerzos mecánicos y el medio corrosivo actúan de forma combinada para acelerar el deterioro.
Eliminación de material superficial por la acción de numerosos impactos individuales de partículas (sólidas o líquidas) en un fluido en movimiento (laminar o turbulento).
El flujo rápido puede eliminar la película de óxido protectora, exponiendo el metal base. El metal descubierto actúa como ánodo, y el proceso se acelera. Se observan surcos o huecos redondeados en la dirección del flujo.
Ocurre cuando dos superficies en contacto están sujetas a pequeños desplazamientos relativos de tipo oscilatorio (fricción o abrasión) en un medio corrosivo.
Las partículas metálicas eliminadas por desgaste adhesivo se oxidan y actúan como abrasivos entre las superficies, acelerando la eliminación del material.
Fenómeno que implica la formación y posterior implosión (colapso brusco) de burbujas de vapor en el seno de un fluido.
La implosión de las burbujas sobre una superficie metálica produce fuertes impactos y presiones muy altas. Estos impactos rompen la capa protectora del metal, y al no regenerarse completamente, el proceso se repite hasta el deterioro.
Es la fisuración (agrietamiento) de materiales bajo la acción combinada de una tensión fluctuante (cíclica) y un ambiente agresivo. El medio, incluso si es aparentemente inerte como la humedad del aire, puede acelerar drásticamente la propagación de una fisura por fatiga.
A diferencia de la fatiga en aire, en corrosión-fatiga, el límite de fatiga desaparece o se reduce drásticamente, lo que significa que el material no tiene una vida indefinida garantizada a bajas tensiones. Cualquier material en cualquier ambiente no inerte puede presentar este fenómeno.
Estos procesos implican la formación y propagación de grietas debido a la interacción entre el material, las tensiones y el medio ambiente.
Ataque de un metal por la acción simultánea de un medio corrosivo específico y una tensión de tracción. Conduce a la formación de grietas.
Se proponen varios, a menudo interconectados:
Los metales que sufren CBT suelen estar en estado pasivo. La rotura de esta capa pasiva por la tensión es clave. El potencial electroquímico también es crucial, ya que debe permitir la disolución anódica en la grieta pero no la pasivación completa.
La rugosidad, las tensiones residuales de mecanizado o tratamientos térmicos, y los cambios de composición superficial pueden afectar la susceptibilidad a la CBT.
Aumenta la cinética de corrosión, pero también puede modificar la composición del medio o la película protectora.
Se produce cuando el hidrógeno atómico (H) difunde hacia el interior del material. Una vez dentro, puede transformarse en hidrógeno molecular (H2).
La acumulación de H2 en defectos o huecos internos genera presiones que producen ampollas o fisuras en el material. Esto reduce la ductilidad y tenacidad del metal, volviéndolo frágil.