Portada » Química » Centrifugación: Principios, Equipamiento y Aplicaciones en Separación de Muestras
El método más común para separar un sólido insoluble de un líquido es la filtración. Alternativamente, se puede emplear la decantación si el sólido se deposita fácilmente por gravedad en el fondo del recipiente (sedimentación) o si permanece en la superficie del líquido (flotación). La sedimentación o flotación de un sólido depende de su densidad relativa respecto a la del líquido.
En esencia, el sólido experimenta una fuerza ascendente debida al empuje que el líquido ejerce sobre él. La magnitud de esta fuerza es igual al peso del líquido desplazado por el sólido, según el principio de Arquímedes. El sólido sedimentará si esta fuerza es inferior al peso del sólido (fuerza de gravedad); de lo contrario, flotará.
Cuando las partículas son muy pequeñas, los procesos de sedimentación o flotación pueden ser extremadamente lentos. Esto se debe, por un lado, a la resistencia al avance de las partículas provocada por la fricción con el líquido y, por otro, a los movimientos aleatorios inducidos por las turbulencias térmicas (difusión). En estos casos, la centrifugación se convierte en la técnica de elección para su separación.
La centrifugación es una técnica de separación utilizada para aislar o concentrar partículas suspendidas en un líquido. Aprovecha la diferente velocidad de desplazamiento de las partículas, que varía según su forma, tamaño o peso, al ser sometidas a una fuerza centrífuga.
La fuerza centrífuga se ejerce sobre un cuerpo en movimiento circular y tiende a alejarlo del eje de rotación. Su magnitud es directamente proporcional a la masa del cuerpo, el radio de giro y la velocidad de giro (o angular). Esta fuerza puede acelerar la sedimentación de partículas que tienden a depositarse espontáneamente (densidad > líquido) o inducir la sedimentación en aquellas que tienden a flotar (densidad < líquido).
La fórmula para la fuerza centrífuga es: Fc = m · ac.
Los tubos de centrifugación están fabricados con materiales inertes que no interactúan con los componentes de la muestra y son resistentes a la deformación a altas velocidades. La elección del tubo depende del tipo de rotor, tipo de muestra, volumen y tipo de fraccionamiento. Pueden ser de vidrio (hasta 25.000 g) o de materiales poliméricos como polipropileno o policarbonatos.
Existen diferentes tipos de centrífugas, clasificadas según su rango de velocidades de giro:
El rotor es la pieza que gira impulsada por el motor y sobre la cual se coloca la muestra. Deben ser de materiales ligeros y resistentes a altas velocidades de giro, como titanio o fibra de carbono. Existen diferentes tipos de rotores:
Es el método de separación más común, esencial en la purificación enzimática. En este método, el tubo de centrífuga se llena con la mezcla problema. Tras la centrifugación, se obtienen dos fracciones: un pellet (material sedimentado) y un sobrenadante (material no sedimentado). El método es inespecífico, y no se puede predecir a priori dónde se encontrará la partícula de interés.
El comportamiento de cada componente de la muestra depende de su forma, tamaño, densidad y de las condiciones de centrifugación. Es una técnica muy útil para el aislamiento de células y orgánulos subcelulares.
Este tipo de centrifugación permite que las partículas se distribuyan en fracciones de diferentes densidades de un fluido líquido. Aunque es un método más elaborado que la centrifugación diferencial, ofrece ventajas significativas. Permite la separación de varios componentes de la muestra y la realización de medidas analíticas.
El método implica el uso de un soporte fluido cuya densidad aumenta desde la zona superior a la inferior. El gradiente se forma con un soluto, preferiblemente de baja masa molecular, que no interfiera con la muestra. Se utilizan solutos como sacarosa, polisacáridos sintéticos, derivados yodados del ácido benzoico o sales de metales pesados (rubidio, cesio).
La muestra se deposita en la parte superior del gradiente como una fina banda. Tras la centrifugación, la separación de los componentes se manifiesta como diferentes bandas o zonas que pueden ser recolectadas (fraccionadas).
Existen dos tipos de gradientes: continuos y discontinuos.
Los gradientes continuos pueden formarse a partir de gradientes discontinuos. Los límites entre capas desaparecen gradualmente por difusión de los solutos, linealizándose las discontinuidades hasta obtener una densidad uniforme. Una forma de crearlos es rotando cuidadosamente el tubo de una posición vertical a horizontal, lo que convierte un gradiente discontinuo en continuo en menos de una hora.
El método más común para formar gradientes discontinuos consiste en colocar la solución más densa en el fondo y añadir capas sucesivas de menor densidad, evitando la mezcla y la oclusión de aire. Hay dos variantes principales de este método: la centrifugación zonal y la centrifugación isopícnica.
En la centrifugación zonal, la muestra a analizar se deposita en la parte superior de un gradiente de densidades previamente formado. Debido a la fuerza centrífuga, las partículas se mueven a velocidades que dependen de su masa y sedimentan en diferentes zonas del gradiente. La densidad máxima del gradiente no debe exceder la de las partículas a separar.
La centrifugación isopícnica separa las partículas en un gradiente de densidades en función de su propia densidad. Las partículas se mueven en el gradiente hasta alcanzar un punto donde su densidad es idéntica a la del gradiente (de ahí el nombre isopícnico). En este caso, es fundamental que la densidad máxima del gradiente final sea siempre superior a la densidad de las partículas. Por este motivo, la sedimentación final no se produce si se controlan las condiciones, ya que las partículas flotan sobre un «colchón» de material de densidad superior. Esta técnica se utiliza, por ejemplo, para separar partículas similares en tamaño pero de diferente densidad, como ácidos nucleicos o diferentes orgánulos celulares.
La conversión de la velocidad de giro (revoluciones por minuto, rpm) a aceleración centrífuga (fuerza centrífuga relativa, FCR) es fundamental. Se conseguirá una misma separación en dos centrífugas distintas cuando sea igual su FCR, no si es igual la velocidad de giro. La relación entre ambas depende del radio del rotor (medido desde el eje de giro hasta la posición de la muestra).
La FCR se mide empleando como unidad la aceleración de la gravedad (g).
La fórmula para calcular la FCR es:
FCR = 11,19 · 10-6 · V2 · r = V2 · r / 89.365 (g)
Donde:
Ejemplo: Calcula el número de g alcanzado por un rotor de centrífuga de 5 cm de radio que gira a una velocidad de 10.000 rpm.
Respuesta: FCR = (10.000)2 · 5 / 89.365 = 5.600 g.
El nomograma es una herramienta gráfica que permite calcular la potencia (FCR, escala C) de una centrífuga, expresada en «g», conociendo el radio de giro (escala A) y las r.p.m. (escala B) deseadas, sin necesidad de usar la fórmula. Se traza una línea recta uniendo el valor de la escala A con el de la escala B; el punto de intersección en la escala C corresponde a la FCR.
Es la separación de las partículas de un sólido del líquido en el que se encuentra suspendido, mediante un cuerpo permeable y poroso (filtro). El líquido (filtrado) pasa a través de los poros de tamaño variable, mientras que el residuo sólido queda retenido.
Se emplean junto a un embudo cónico, donde se aloja el filtro plegado para aumentar la superficie de contacto.
Una bolsa construida con un material semipermeable (poros de 15 a 0,025 micras) se llena con la muestra. Mediante un proceso de difusión, se produce una filtración molecular: solo atraviesan la membrana los líquidos y las moléculas de menor tamaño, quedando retenidas las de mayor tamaño.
Enriquecimiento proteico en fluidos biológicos.
Separación de uno o más constituyentes de una mezcla mediante un disolvente.
Debe ser capaz de disolver completamente la sustancia a separar (poder separador) sin disolver el resto de componentes de la mezcla.
Una variante es la extracción continua, que utiliza dispositivos para realizar extracciones eficientes con pequeñas cantidades de disolvente, como el sistema Soxhlet (ej. extracción de grasas en alimentos).
Separación, por acción del calor, de un líquido volátil de una sustancia no volátil o de otro líquido con un punto de ebullición diferente. Los vapores se recogen tras su condensación.
Consta de un matraz, un refrigerante y un recipiente colector.