Portada » Economía » Burocracia Industrial y Control: La Visión de Perrow y la Ética Empresarial
El control del trabajo es el ejercicio de la función directiva del capital en orden a conseguir la necesaria transformación de la fuerza de trabajo en trabajo productivo. Para ello, es necesario neutralizar y regular el comportamiento de los trabajadores, dado que es un aspecto clave en la configuración del funcionamiento de la fábrica.
Este tipo de control se hizo posible con la burocracia industrial, que implicaba un control centralizado donde todos los procesos y factores operaban bajo una misma dirección. Dada la complejidad de la producción, la centralización implicaba el establecimiento de jerarquías. La eficacia de esta centralización se complementaba con tres requisitos fundamentales:
Este proceso de constitución de la función de control se llevó a cabo de forma gradual durante más de un siglo. Sus motivaciones principales fueron cuatro:
La burocracia ofreció una solución que proporcionó control no solo en las organizaciones, sino en el conjunto de la sociedad.
Es importante distinguir entre control discreto (indirecto) y control directo. La burocracia industrial reemplazó los controles directos por reglas y procedimientos, resultando en un sistema de control mucho más impersonal y eficiente.
En conclusión, el movimiento hacia la sociedad de organizaciones se manifestó de dos formas distintas:
Las organizaciones redefinen las necesidades del ciudadano, de aquí se deriva la importancia de la función de control en la organización.
Charles Perrow, profesor de sociología de Yale, basa su argumentación en tres fenómenos clave que explican cómo, históricamente, la sociedad se integra dentro de las organizaciones:
Por «grandes organizaciones», Perrow se refiere a que las actividades que antes eran ejecutadas hábilmente por grupos informales pequeños y relativamente autónomos (como la familia o el vecindario) y organizaciones autónomas pequeñas (gobiernos locales, iglesias locales) están siendo ahora ejecutadas por grandes burocracias.
Perrow sostenía que las organizaciones son un fenómeno central cuya importancia se manifiesta en la medida en que convierten la política, la economía e incluso al individuo mismo en variables dependientes de lo organizacional.
Además, propone que las grandes organizaciones constituyen el eje de la sociedad contemporánea porque tienen la fuerza de absorberla en su lógica, convirtiéndose en su propio fundamento.
Y por último, expone que esas mismas organizaciones no solo absorben una buena parte de lo que se había considerado como propio de la sociedad, sino que también moldean las vidas de la gente para que se desplieguen según sus exigencias.
Claudia María Perrone realiza una distinción crucial entre ética y moral. Muchos autores confunden estos términos debido a su origen epistemológico, ya que ambas significan ‘costumbre’.
En el ámbito de la ética y la moral en las organizaciones, destacamos a autores como Bauman y Klich. Bauman concibe la ética como una reflexión filosófica de la moral. En una organización, es crucial tomar decisiones basadas en la ética, no solo en la normativa.
Debe haber una interacción dinámica entre la cultura y el contexto de negocio específico, y donde el contexto de la empresa es clave para la toma de decisiones. Hay algunos autores como Ibarra que conciben la ética como libertad individual. Klich lo concibe como una mediación entre la libertad individual y la ética colectiva.
Se enfatiza la necesidad de respetar las normas, pero también de basarse en la ética individual y colectiva según el contexto. Es fundamental establecer una relación entre la ética moral individual y la ética organizacional.
El capitalismo corporativo es un mercado libre mixto caracterizado por el predominio de corporaciones burocráticas, las cuales están obligadas a buscar el beneficio. El mercado monopolista se inscribe dentro del capitalismo corporativo, destacando el predominio de grandes corporaciones.
