Portada » Arte » Arte Hispanomusulmán: La Mezquita de Córdoba y otras joyas arquitectónicas
Difiere de la estructura tradicional de las mezquitas puesto que todo el edificio está pensado para cobijar una gran roca que, según la tradición, es donde se produjo el sacrificio de Abraham. Es de planta octogonal y está cubierta con una enorme cúpula, al estilo bizantino, que al exterior se recubre con un tono dorado que proporciona lujo y suntuosidad al edificio.
Se edificó en el siglo IX sobre la estructura de otra mezquita del siglo VII. Presenta la típica estructura de mezquita tradicional musulmana y en muchos aspectos es similar a la Mezquita de Córdoba. Al exterior se aprecian claramente las diferentes partes de la mezquita: el Sahn o patio descubierto, el minarete, la sala de oración o Haram y el mihrab en el muro de la qibla señalado por una cúpula. Al interior, la disposición de las naves separadas por columnas con capiteles de inspiración romana, la superposición de columnas y pilares y los arcos de herradura son todos elementos que encontramos en la Mezquita de Córdoba.
El arte musulmán se extiende a algunas zonas musulmanas de la India donde se construye este emblemático edificio musulmán. Se trata del sepulcro que Jehán mandó construir para su favorita. Por influencia del arte local indio, los materiales son lujosos, aunque las características arquitectónicas son típicamente musulmanas: bóveda bulbosa, pórtico con arco apuntado, minaretes delgados y circulares, etc.
Después de la invasión, Abderramán I funda el Emirato de Córdoba independiente de Bagdad. Sus descendientes fundan el Califato de Córdoba.
Es uno de los monumentos más emblemáticos del arte español y fue construida sucesivamente durante todo el período cordobés. Se empezó a construir en tiempos de Abderramán I que mandó comenzar las obras sobre una primitiva basílica cristiana (la de San Vicente) de la que se utilizaron algunos muros, columnas visigóticas y romanas. Ante el aumento de población de la ciudad, Abderramán II derriba el muro de la qibla y alarga la mezquita hacia el sur. Alhacam II derriba a su vez la qibla de Abderramán II y en esta época se realiza el mihrab y la maxura actual. Por último, Almanzor amplía la mezquita aunque ya no hacia el sur donde se encontraba el río, sino lateralmente hacia el este, añadiendo nuevas naves. En general, mientras que las zonas construidas en las primeras épocas son más austeras, las posteriores presentan un estilo mucho más suntuoso, decorativo y barroco. La estructura de la mezquita es la tradicional, con su patio (Patio de los Naranjos), sala de oración o haram, muro de la qibla con su mihrab y maxura.
Al exterior, la Mezquita de Córdoba no presenta un aspecto lujoso, ni siquiera cuidado, como ocurría con los edificios bizantinos. Sólo observamos un muro en forma de muralla, los techos a dos aguas que marcan la dirección de las naves y las puertas de entrada con arcos de herradura enmarcados en el alfiz y frisos de arcos entrecruzados y lobulados. Una de las puertas más célebres es la llamada Puerta de San Esteban.
Al interior, la gran novedad que presenta la Mezquita de Córdoba es la organización de las arquerías que separan las naves a base de superposición de diferentes tipos de soportes y arcos. Encontramos un primer piso de columnas que soportan arcos de herradura y un segundo piso con pilares superpuestos que soportan arcos de medio punto. En los arcos se emplea la característica alternancia de dovelas rojas y blancas de influencia romana. En la sala de oración la techumbre es plana.
La zona del mihrab y de la maxura, realizada en época de Alhacam II, es la más decorada del edificio. La entrada al mihrab se realiza a través de un arco de herradura con alfiz y dovelas que presentan diferentes tipos de decoración sobre azulejo. Toda la zona se encuentra decorada con frisos de arcos lobulados, decoración cúfica y de ataurique así como mosaicos y azulejería de clara influencia bizantina (incluso se trajeron de Constantinopla maestros y materiales para realizar estas placas decorativas). El interior del mihrab está cubierto con una cúpula de nervios califal, con nervios que no se juntan en el centro, espacio en el que se abre una cúpula gallonada. La maxura se encuentra marcada por una arquería de arcos lobulados y de herradura entrecruzados que muestran la tendencia hacia el barroquismo y la acumulación decorativa que se va adueñando del arte hispanomusulmán. En esta zona también se encuentra la llamada Capilla de Villaviciosa donde de nuevo encontramos una bóveda de nervios califal que aloja en el centro una bóveda gallonada. En esta capilla proliferan los arcos lobulados y entrecruzados.