Portada » Geografía » Aprovechamiento Forestal de la Resina: Producción, Técnicas y Mercado del Pinus Pinaster
La resina es la sustancia que producen las coníferas (pinos, abetos, etc.) y que fluye al exterior desde los canales resiníferos al realizar incisiones en la madera. Aparece en forma de pequeñas gotas, es pegajosa y persistente.
En España y Portugal, la resina proviene fundamentalmente del pino negral o resinero (Pinus pinaster Ait.), de amplia distribución geográfica, ocupando 691.000 ha en todo el territorio español.
En la fábrica, la resina se somete a un proceso de destilación en el que se obtienen dos productos principales:
Si en la antigüedad se usaba la miera para cicatrizar las heridas del ganado, la colofonia para fabricar jabones y la pez o brea para impermeabilizar barcos, el interés que tienen estos productos para la industria moderna es bien distinto.
Actualmente, la colofonia se usa en la fabricación de:
Tradicionalmente, el aguarrás ha tenido su uso principal como disolvente y en la fabricación de pinturas, pero en la actualidad la aplicación más importante es la producción de materias primas para la fabricación de fragancias, aromas alimentarios, vitaminas y resinas politerpénicas.
La pez o brea es un subproducto que se obtiene a partir de los residuos forestales de la resinación. Es negruzco y adherente, de apariencia similar al alquitrán.
Aunque los productos resinosos han sido sustituidos en algunas aplicaciones por otras sustancias, las características y la composición de la miera hacen que siga siendo muy valorada por la industria química.
El fundamento de la resinación se basa en realizar incisiones sobre el tronco del árbol, provocando la secreción natural de resina procedente de los canales resiníferos.
El método primitivo consistía en realizar incisiones longitudinales lo más amplias y profundas posible en el tronco del pino. La miera se deslizaba hacia la base del árbol y ahí se recogía en un pequeño hueco que previamente se había excavado en el suelo. Con esta técnica se obtenía un producto de baja calidad, ya que se mezclaba con residuos como arena, acículas o restos de corteza.
En este método, las incisiones se realizaban desprendiendo finas láminas de madera de forma longitudinal, sin profundizar demasiado en el tronco, con una herramienta denominada hacha gubia, rubia o azuela. Esta técnica requería un gran esfuerzo físico y mucha pericia para su correcta ejecución.
Se caracteriza por la realización de las picas o incisiones de forma transversal con la escoda y por la aplicación de un estimulante ácido, siempre previo descortezado del pino. Requiere de menos esfuerzo físico, pero de bastante pericia y aprendizaje.
La campaña de resinación comienza a principios de marzo y finaliza a mediados de noviembre.
El trabajo inicia con la preparación o montaje del pino. Esta fase se comienza quitando la corteza (desroñe). Después, con la uve (o media luna) se realiza una hendidura en la que se introducirá una grapa para conducir la miera que resbala por el tronco hacia el pote. Este queda sujeto entre la grapa y una punta que se clava. A continuación, se marcan con el trazador dos líneas que indican la anchura (12 cm).
En el mes de abril, el resinero comienza a dar cortes. Con las indicaciones anteriores y una altura de 3 cm, se pulveriza inmediatamente después con ácido sulfúrico para estimular la exudación. Los resineros realizan esa labor en todos los pinos, y en 14 días se volverá a realizar otra pica en el mismo árbol por encima de la anterior. Si se continúa con este proceso y se llega a cinco, se completa una cara. Después se abre una nueva cara a la izquierda de la anterior. Los trabajos de resinación en cada árbol se realizan normalmente durante 25 años. La resina que llena los potes se recoge varias veces durante la campaña en la llamada remsa.
La resinación en España ha afectado a tres especies de coníferas autóctonas: Pinus pinaster (pino negral), Pinus halepensis (pino carrasco) y Pinus nigra (pino laricio). El Pinus pinaster ha sido siempre el de mayor importancia y es la única especie que se resina actualmente. El Pinus pinaster está presente en todas las provincias de Castilla y León, siendo la tercera especie arbórea en extensión superficial en esta Comunidad.
Las masas de pino resinero son un claro ejemplo de multifuncionalidad, ya que se sitúan normalmente en suelos sueltos y arenosos, contribuyendo a evitar la erosión. Además, contribuyen a la recarga de acuíferos, purifican el aire y fijan CO2.
Estos montes tienen un gran valor y en ellos se asientan áreas recreativas. También fomentan que se lleven a cabo actividades como el senderismo, la caza o la recogida de setas, constituyendo un motor para el desarrollo del turismo rural.
La producción media de las zonas actualmente en resinación se sitúa entre los 3,2 y 3,5 Kg por pino y campaña.
En la producción media obtenida por pino influyen varios factores:
Cabe destacar que desconocemos muchos de los factores anatómicos y fisiológicos que condicionan la exudación de resina en nuestros pinos, por lo que la investigación aplicada puede desempeñar un importante papel en las mejoras aplicadas a este aprovechamiento.
La ordenación de montes tiene como finalidad la organización económica de su producción, atendiendo siempre a las exigencias biológicas y beneficios indirectos. Esta planificación, asumida ahora como uno de los objetivos de la política forestal, se extendía también a los montes de particulares en los que se llevaba a cabo la resinación. Resulta completamente polivalente en cuanto a la dedicación maderera y resinera o exclusivamente maderera de los montes, pudiéndose pasar de una a otra sin problemas, lo que muestra su complementariedad con otros aprovechamientos (caza, madera, micología, etc.). Los turnos son por lo general de cien años.
La aplicación de las ordenaciones a lo largo del siglo pasado hace posible que tengamos unos montes con sus límites, estado posesorio, etc., muy bien determinados, con un estado natural caracterizado por la presencia de una gran diversidad de flora y fauna, en el que la especie principal se desarrolla en buenas condiciones de vitalidad y salud y en el que el equilibrio de clases de edad conseguido es garantía de la persistencia y el aprovechamiento equilibrado y sostenido de la masa.
Una novedad en los últimos años en la gestión de los montes es la incorporación de la Certificación Forestal en respuesta a una creciente demanda de la sociedad por garantizar la Gestión Forestal Sostenible bajo el sistema PEFC.
La vida de las masas resineras de Pinus pinaster se descompone en tres ciclos:
Desde muy temprano se reduce el número de pies por hectárea con el objeto de acelerar su crecimiento en diámetro, y por su marcado carácter selectivo.
Es preciso realizar entre tres y cuatro intervenciones para llevar a la masa al estado óptimo previo a la resinación, con una densidad de entre 175-200 pies por hectárea a los 50 años.
Es evidente que la resinación de los pinos provoca una pérdida en el crecimiento en madera (no conocida con exactitud), y una depreciación del valor de la troza basal afectada más directamente por esos trabajos. El destino de esta madera de la parte inferior o melera es ahora mismo la industria de desintegración del tablero, y el diferencial de precio respecto de la industria de aserrío para embalaje es un buen estimador de este diferencial. También es una buena opción como fuente de biomasa forestal para la producción de energía renovable en instalaciones industriales diseñadas al efecto.
En el hábitat del Pinus pinaster se dan especies comestibles de interés culinario.
Existen tres fuentes de obtención de colofonia y aguarrás:
En la producción de colofonia destaca China, que produce más del 70% de la colofonia mundial, seguida por América Latina con un 10% (donde destaca Brasil) y por Indonesia con un 7%.
La enorme variabilidad de precios en el mercado internacional, controlado por China, es una de las características de los productos resinosos.
Las grandes fluctuaciones de la producción a nivel mundial generan una gran variabilidad de precios a corto plazo.
Durante las primeras décadas del siglo XX, la extracción de resina en España tuvo gran relevancia. De hecho, a principios de los años veinte llegó a ser el tercer país productor del mundo, por detrás de Estados Unidos y Francia, aportando casi el 10% del total mundial.
Desde entonces y hasta ahora, la producción se ha ido reduciendo de forma lenta, hasta las 1.443 t de 2008. Este paulatino descenso no refleja sino el progresivo abandono del sector por parte de los resineros, fundamentalmente por jubilación y la inexistencia de nuevas incorporaciones.
Portugal, España y Grecia son en la actualidad los únicos países que extraen resina en Europa. Y dentro de España, Segovia es la provincia que mantiene la mayor producción, siendo los factores explicativos la mayor productividad de sus pinares (de 3 a 4 Kg/árbol) con abundancia de mano de obra tradicionalmente dedicada a estos trabajos.
Para conseguir la rentabilidad sería necesario incrementar los ingresos en un 35%, lo que supone que el Kg de miera se pagase a 0,79 euros, mejorar la productividad de forma que la mata teórica alcanzase los 7.000 pinos o que la producción por pino se situase en torno a los 4,7 Kg.
En el coste de la extracción de la miera en nuestro país, la mano de obra es el factor condicionante por su elevada incidencia (próxima al 80 %), lo que explica que países con niveles salariales muy inferiores puedan poner en el mercado internacional productos a precios menores que los nuestros.
Eurogem es el nombre de un proyecto europeo cuyo propósito era el estudio y la experimentación de nuevas técnicas de extracción de resina, de modo que las condiciones de productividad hiciesen viable el aprovechamiento.
La resina
