Portada » Biología » Anatomía Craneofacial: Senos Paranasales, Huesos y Articulaciones
Las grandes cavidades llenas de aire de los senos paranasales se denominan senos nasales accesorios porque están revestidos por una membrana mucosa que se continúa con la cavidad nasal. Estos senos se dividen en cuatro tipos, de acuerdo con los huesos que los contienen:
Los senos paranasales comienzan a desarrollarse en el feto, pero solo los senos maxilares muestran una cavidad definitiva al nacer. Los senos frontales y esfenoidales comienzan a ser visibles en las radiografías a los 6-7 años. Los senos etmoidales son los últimos en desarrollarse.
Son estructuras pares que se localizan en el interior del cuerpo de cada hueso maxilar. Cada seno maxilar tiene una forma parecida a una pirámide en una vista frontal. Lateralmente, tiene un aspecto más cúbico. Miden entre 3-4 cm. Sus paredes óseas son delgadas.
Se localizan entre las tablas interna y externa del cráneo, por detrás de la glabela (rara vez llegan a contener aire antes de los 6 años de edad). Rara vez son simétricos. Suelen estar separados por un tabique o este puede estar ausente. Existen dos cavidades que varían en tamaño y forma (de mayor tamaño en hombres). Pueden ser únicos, ya sea en el lado derecho o en el izquierdo, pueden hallarse en parejas o pueden estar ausentes.
Se hallan contenidos en el interior de las masas laterales o laberintos del hueso etmoidal. Estas celdillas aéreas se agrupan en grupo anterior, medio y posterior, pero todas ellas se intercomunican. Cuando se visualizan desde el lado, los senos etmoidales anteriores parecen llenar las órbitas. Esto se debe a que parte de los senos etmoidales se encuentran contenidos en las masas laterales del hueso etmoides, que ayuda a formar la pared interna de cada órbita.
Se sitúan en el cuerpo del hueso esfenoides directamente por debajo de la silla turca. El cuerpo del esfenoides que contiene estos senos es cúbico y, frecuentemente, se halla dividido por un tabique delgado para formar dos cavidades. No obstante, este tabique puede ser incompleto o estar ausente por completo, lo que da lugar a una cavidad única. Dado que los senos esfenoidales se hallan muy próximos a la base o suelo del cráneo, en ocasiones pueden identificarse procesos patológicos de la base del cráneo por afectación de estos senos.
El hueso frontal se articula con cuatro huesos del cráneo:
También se articula con ocho huesos faciales.
El hueso parietal se articula con cinco huesos del cráneo:
El hueso occipital se articula con seis huesos:
El hueso temporal se articula con tres huesos del cráneo:
Debido a su localización central, el esfenoides se articula con siete de los huesos craneales. Además, se articula con cinco huesos faciales.
El etmoides se articula con dos huesos del cráneo: el frontal y el esfenoides. También se articula con 11 huesos faciales.
El maxilar se articula con dos huesos craneales (frontal y etmoides) y con siete huesos faciales (malar, unguis, nasal, palatino, cornete nasal inferior, vómer y maxilar adyacente).
El hueso malar se articula con tres huesos craneales (frontal, esfenoides y temporal) y con un hueso facial (maxilar).
El hueso cigomático o malar se articula con tres huesos craneales (frontal, esfenoides y temporal) y con el maxilar.
El hueso unguis se articula con dos huesos craneales (frontal y etmoides) y con dos huesos faciales (maxilar y hueso propio de la nariz adyacente).
El hueso nasal se articula con dos huesos del cráneo (frontal y etmoides) y con dos huesos faciales (maxilar y hueso nasal adyacente).
El cornete nasal inferior se articula con un hueso craneal (etmoides) y con cuatro huesos faciales (maxilar, unguis y palatino).
Cada palatino se articula con dos huesos craneales (esfenoides y etmoides) y con cuatro huesos faciales (maxilar, cornete nasal inferior, vómer y palatino adyacente).
El vómer se articula con dos huesos craneales (esfenoides y etmoides) y con cuatro huesos faciales (huesos palatinos derecho e izquierdo y maxilares derecho e izquierdo). El vómer se articula también con el cartílago septal.
Las cavidades corporales tienen las siguientes funciones:
En imagenología, se utilizan los siguientes términos:
El vómer (reja de arado) es un hueso delgado, de forma triangular, que forma la parte inferoposterior del tabique nasal. Las superficies del vómer están marcadas por pequeñas depresiones a modo de surco para los vasos sanguíneos. Un tabique nasal desviado describe la afección clínica en la que este está desplazado con relación a la línea media de la nariz. Una desviación importante puede bloquear por completo el paso del aire a través de las fosas nasales, lo que hace imposible la respiración a través de ellas.
El tabique nasal óseo está formado por dos huesos: el etmoides y el vómer. Este tabique está formado, en su parte superior, por la lámina perpendicular del hueso etmoides y, en su parte inferior, por el vómer. La parte anterior del tabique nasal es cartilaginosa y se denomina cartílago septal.
Los huesos palatinos son difíciles de visualizar porque se localizan internamente y no son visibles desde el exterior. Cada hueso palatino tiene forma de ‘L’. La porción vertical de la ‘L’ se extiende hacia arriba entre un maxilar y el ala interna de la apófisis pterigoides del hueso esfenoides. La porción horizontal de cada una de las ‘L’ forma la porción posterior del paladar duro. La punta más superior del palatino puede observarse en la cara posterior de la órbita.
Los cornetes nasales inferiores se encuentran dentro de la cavidad nasal. Estos dos huesos se proyectan desde las paredes externas de la cavidad nasal a cada lado y se extienden medialmente. Hay tres pares de cornetes nasales. Los pares superior y medio son parte del hueso etmoides, mientras que el par inferior son huesos faciales separados. Los tres pares de cornetes nasales dividen las cavidades nasales en varios compartimentos irregulares que tienden a romper o mezclar la corriente de aire que llega a las cavidades nasales antes de que alcance los pulmones.
Los huesos unguis o lagrimales son pequeños y delicados huesos que se sitúan en la parte anterior del lado interno de cada órbita, por detrás de la apófisis frontal del maxilar. Es apropiado el término ‘lagrimal’ porque los huesos unguis se asocian con los conductos lagrimales.
Los huesos propios de la nariz son dos huesos fusionados que forman el puente de la nariz y tienen unos huesos nasales muy prominentes. Gran parte de la nariz está formada por cartílago. Los huesos propios de la nariz se encuentran situados por delante y en la parte superointerna de la apófisis frontal del maxilar y por debajo del hueso frontal.
El nasión es una marca topográfica de superficie que se encuentra en el punto de unión de los dos huesos nasales con el hueso frontal.
El hueso malar o cigomático se localiza por fuera de la apófisis piramidal de cada maxilar. Estos huesos forman la prominencia de las mejillas y componen la porción ínferoexterna de las órbitas.
El cráneo reposa sobre el extremo superior de la columna vertebral y se divide en dos grupos principales de huesos:
Los ocho huesos del cráneo se fusionan en el adulto para formar un recinto protector para el encéfalo. Estos huesos se dividen en:
El hueso frontal forma la frente y la parte superior de cada órbita. Consta de dos partes:
Formada por los márgenes supraorbitarios, los arcos superciliares (elevaciones óseas), la glabela y las tuberosidades frontales.
La escotadura etmoidal forma parte de la base del cráneo.
Los huesos parietales son más o menos cuadrados y tienen una superficie cóncava. Son las paredes laterales del cráneo y parte del techo. La porción más ancha de todo el cráneo se localiza entre las tuberosidades parietales de los dos huesos parietales.
La articulación temporomandibular (ATM) es la única articulación con movilidad en la cabeza ósea. La ATM está formada por el cóndilo (cabeza) de la apófisis condílea de la mandíbula, que se ajusta en la fosa mandibular del hueso temporal. La ATM se localiza inmediatamente por delante y ligeramente por encima del meato auditivo externo.