Portada » Psicología y Sociología » Trastornos del Lenguaje y del Neurodesarrollo: TDL, ITL, TEA, TDAH y Evaluación Fonoaudiológica
El Trastorno del Desarrollo del Lenguaje (TDL) es un trastorno primario que implica dificultades severas y persistentes en la adquisición y el desarrollo del lenguaje oral, afectando uno o varios componentes (fonología, sintaxis, semántica, etc.) y repercutiendo en el desarrollo social y/o escolar. Históricamente, el concepto de TDL (o Developmental Language Disorder) ha sustituido al de TEL (Trastorno Específico del Lenguaje), siguiendo las recomendaciones del consenso CATALISE.
El Inicio Tardío del Lenguaje (ITL) es considerado un elemento propio del fenotipo TDL. Se caracteriza por un retraso o alteraciones en la adquisición del lenguaje, predominantemente expresivo, que se asocia a dificultades para adquirir, desarrollar y comprender vocabulario (generalmente menos de 50 palabras expresivas) y la ausencia de frases de dos palabras. Si el retraso del lenguaje se mantiene después de los 3 años, generalmente se denomina TDL.
Los niños con ITL a menudo presentan un repertorio vocálico y consonántico limitado, menor precisión articulatoria, una estructura silábica simplificada y una menor intención comunicativa. Además, pueden mostrar un desfase en el juego simbólico descentrado. Aproximadamente entre el 40% y 50% de los niños con ITL remiten espontáneamente a la edad de tres años.
Las Dificultades Específicas de Aprendizaje (DEA) constituyen una categoría diagnóstica que se manifiesta en problemas en la lectura, escritura y/o cálculo, caracterizados por lectura inexacta o lenta, déficit en decodificación, escasa fluidez y faltas de ortografía que persisten con el tiempo. Las DEA no son resultado de baja capacidad intelectual, déficits sensoriales o estimulación ambiental inadecuada.
La lectoescritura requiere dos componentes principales: la comprensión del lenguaje (vocabulario, estructuras lingüísticas, razonamiento verbal) y el reconocimiento de palabras (conciencia fonológica, decodificación). La habilidad metafonológica es la capacidad de identificar y manipular deliberadamente los componentes fonológicos de las unidades lingüísticas, siendo la conciencia fonémica la más determinante para el aprendizaje de la lectoescritura.
La dislexia evolutiva es una alteración del aprendizaje de la lectura que se manifiesta con omisiones, distorsiones y sustituciones de letras o sílabas. La dislexia fonológica se debe a una alteración en la ruta fonológica, lo que impide la conversión grafema‑fonema, haciendo imposible leer pseudopalabras, aunque se leen bien palabras familiares regulares e irregulares. La dislexia superficial se debe a una afectación de la ruta léxica o visual, por lo que los niños leen mejor las palabras regulares que las irregulares, cometiendo errores de regularización.
El Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) se define como un trastorno del neurodesarrollo que implica un patrón persistente de inatención y/o hiperactividad‑impulsividad, interfiriendo negativamente en el desarrollo social, académico o profesional. Se explica por un modelo de disfunción ejecutiva que afecta habilidades como la atención selectiva, la memoria a corto plazo y el control inhibitorio. Aproximadamente entre el 40% y 60% de los niños con TDAH presentan deficiencias en el lenguaje, y suelen tener dificultades en la organización fonológica, sintaxis, memoria auditiva y, especialmente, en las habilidades narrativas.
El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es una condición del neurodesarrollo que afecta la forma en que las personas se comunican e interactúan con el mundo. Los síntomas del TEA varían de una persona a otra, ya que es un espectro.
Se caracteriza por desafíos en dos áreas principales:
Discapacidad Intelectual (DI) es la denominación actual que reemplaza al «retraso mental». Es un trastorno que comienza durante el período de desarrollo e implica déficits en el funcionamiento intelectual (como el razonamiento, la planificación y el aprendizaje académico) y en el comportamiento adaptativo. La gravedad se especifica como leve, moderada, grave o profunda.
El retraso global del desarrollo es un diagnóstico que se reserva para niños menores de 5 años cuando la gravedad clínica no puede valorarse de forma fiable, debido a que no cumplen con los hitos de desarrollo esperados.
Síndrome de Down (SD) es un trastorno genético causado por la trisomía del cromosoma 21. Es la forma genética no heredada más frecuente de retraso mental moderado y severo, y se asocia a hipotonía generalizada. A nivel lingüístico, el desarrollo es limitado y deficiente, aunque sigue un patrón similar al desarrollo normal con un enlentecimiento progresivo. Presentan problemas de inteligibilidad del habla y simplificación de las construcciones sintácticas.
Síndrome de Williams (SW) es causado por la pérdida de material genético en el cromosoma 7. Las personas con SW presentan un déficit cognitivo de leve a moderado, alteración de las funciones ejecutivas y una personalidad típicamente amigable, entusiasta y desinhibida.
Trastornos del Espectro Alcohólico Fetal (TEAF) son alteraciones y defectos congénitos irreversibles causados por la exposición al alcohol durante el embarazo, siendo la causa prevenible más frecuente de DI. Se asocian a daño cerebral en áreas como el cuerpo calloso, el hipocampo y el lóbulo frontal, lo que provoca disfunción ejecutiva. A nivel de lenguaje, presentan dificultades en la memoria de trabajo fonológica y en las habilidades semántico‑pragmáticas, aunque las fonológico‑sintácticas se afectan con menos frecuencia.
Parálisis Cerebral (PC) es un grupo de trastornos permanentes y no progresivos del movimiento y la postura, causados por alteraciones que ocurrieron en el desarrollo del cerebro fetal o infantil. La afectación motora puede ser espástica (movimientos rígidos), atetoide (movimientos involuntarios), atáxica (descontrol del equilibrio) o mixta. La PC se acompaña frecuentemente de comorbilidades como discapacidad intelectual (50–70%), alteraciones visuales (20–60%) y alteraciones del lenguaje (25%).
A nivel fonoaudiológico, la PC se caracteriza por problemas motores de expresión que afectan el habla (respiración, fonación, voz, articulación), lo que se conoce como disartria. El desarrollo fonológico está retrasado y el perfil morfosintáctico suele estar alterado, con una simplificación del discurso para adaptarse a la dificultad motriz. La comprensión del lenguaje suele ser amplia, pero la expresión más pobre.
Los traumatismos encéfalo craneanos (TEC) son la causa más común de lesión cerebral en la infancia. El pronóstico depende de la edad, el tipo y la gravedad de la lesión. Las lesiones difusas tienen peor pronóstico que las focales. Los niños que sufren un TEC grave pueden experimentar mutismo, disartria y problemas de fluidez verbal, así como alteraciones en la pragmática y la denominación.
Las afasias infantiles adquiridas son trastornos del lenguaje con un inicio repentino debido a un daño cerebral, ocurriendo una vez que el lenguaje ha sido adquirido total o parcialmente (entre los 2 años y la pubertad). Las lesiones en el hemisferio izquierdo están asociadas a un lenguaje no fluente y mutismo inicial. Aunque la fluidez puede recuperarse, los problemas a largo plazo suelen manifestarse como dificultades escolares en la lectura, el deletreo y la aritmética.
Los déficits auditivos o hipoacusia representan una barrera comunicativa que afecta el desarrollo global (lingüístico, cognitivo, afectivo y social) del niño. El desarrollo del lenguaje hablado se ve seriamente comprometido debido a la reducción de la información acústica recibida, lo que dificulta la adquisición del sistema fonológico y, posteriormente, del léxico y la morfosintaxis.
Detección y evaluación de ITL:
Evaluación de TDL (general):
El diagnóstico de TEA es multidisciplinario e incluye pruebas de cribado y valoración específica.
Evaluación de la lectura (DEA):
Evaluación de la escritura (disgrafía evolutiva):
Diagnóstico de TDAH:
La evaluación de la Discapacidad Intelectual es interdisciplinaria y debe medir el funcionamiento intelectual y el comportamiento adaptativo.
Parálisis Cerebral (PC):
Traumatismo Encéfalo Craneano (TEC) y Afasias Infantiles Adquiridas:
La evaluación audiológica debe ser realizada por profesionales idóneos e incluye pruebas objetivas y subjetivas.
Nota: Este documento integra descripciones clínicas y herramientas de evaluación relevantes en fonoaudiología y neurodesarrollo. Las denominaciones y nombres de instrumentos se presentan con su uso más habitual; la selección e interpretación de pruebas debe realizarse por profesionales cualificados y actualizados.
