Portada » Español » Fundamentos de Sintaxis Avanzada: Estructuras, Movimiento y Restricciones Gramaticales
Esta serie, en la que se muestra el proceso de recursión, podría seguir así: Ana deduce que Pedro asegura que Juan dice que María cree que Luis copia discos. Lucas opina que Ana deduce que Pedro asegura que Juan dice que María cree que Luis copia discos.
La creatividad es una de las propiedades de las lenguas naturales que permite que el lenguaje humano sea innovador e infinito a partir de ciertos elementos finitos que constituyen la facultad lingüística. Por ello, decimos que es una propiedad generativa. Resulta siempre posible añadir información nueva sobre algún elemento de la oración, lo que permite que esto suceda y que los hablantes puedan entender y producir oraciones que nunca antes habían oído.
Los siguientes conceptos conciernen al gramático:
La respuesta sobre la aceptabilidad se encuentra dada en el orden de los constituyentes de la oración. No existe una norma fija sobre la cercanía que deben tener los elementos relacionados entre sí, pero nuestra lengua tiende a un orden estructural fijo que no permite que ciertos verbos estén muy lejos del sujeto al que se refieren.
En el caso de (d), el sujeto (ratón) y su verbo (murió) están muy separados, pero se permite por ser parte de la oración principal. En (c), el verbo aparece muy alejado, lo que impide procesar correctamente el significado. A esta complejidad se le suma la acumulación de verbos al final de la oración. Se trata, entonces, de una oración inaceptable, pero no agramatical, porque no incumple ninguna regla establecida.
La competencia gramatical permite interpretar que María y ella son correferenciales porque ella es un pronombre anafórico que recupera un contenido anterior. En la segunda oración, ella no puede referirse a María porque María es un concepto nuevo en el discurso, que no puede referirse al primer pronombre porque no tiene propiedades anafóricas. Además, las expresiones referenciales no pueden estar ligadas. Por esto, sería imposible interpretar que en la segunda expresión no puedan ser correferenciales.
La razón de no poder realizar esta formación se encuentra en el elemento que precede al verbo, y no en el verbo en sí. Sucede que nuestro pronombre él tiene rasgos, sin embargo, ni it ni il tienen rasgos en su lengua; son pronombres expletivos que no tienen la posibilidad de tener sujetos tácitos.
Toda oración ha de tener un sujeto, y en este caso, es pro expletivo. Nuestra lengua no tiene pronombres expletivos con contenido fonético, ya que nuestra flexión es fuerte, al contrario que el inglés, por ejemplo, que presenta una flexión débil.
Estos ejemplos demuestran que el sujeto se genera en la posición de especificador del Sintagma Verbal (SV) porque el verbo debe dar cuenta de su argumento externo para cotejar el rasgo que necesita un nombre.
Lo que muestra que hervir selecciona agua como sujeto es una oración como «Parece el agua haber hervido». El verbo parecer no selecciona semánticamente a su sujeto, por esto, el sujeto tiene que cotejar sus rasgos semánticos con haber hervido, que al ser infinitivo no tiene rasgos de tiempo y no puede llevar sujeto explícito. Así pues, el caso no quedaría legitimado, pero eso quedaría satisfecho con el verbo.
Ejemplo: Juan colocó alfabéticamente los libros en la estantería.
El movimiento de verbo a flexión se explica porque este verbo tiene que legitimar sus rasgos de tiempo con una categoría funcional que también los tenga, como es el caso de la flexión. El verbo contiene un rasgo de tiempo, pero para cotejarlo precisa un elemento que también necesite este rasgo, y de nuevo, lo encontramos en la flexión, que coteja así el rasgo de tiempo del verbo, y, al coincidir, la derivación resulta satisfactoria.
El verbo realiza el movimiento para que se produzca el ensamble, y para ello ha de estar en situación de hermandad con el otro elemento y con la misma flexión. Estos ejemplos sí constituirían un argumento empírico, ya que solamente al realizar el movimiento de verbo a flexión para legitimar los rasgos de tiempo se puede explicar que los adjuntos al SV no se muestren delante de este, sino detrás.
Esto se explica porque en (a), por ejemplo, el adverbio modifica al evento expresado por el verbo. Este adverbio modifica, como hemos dicho, a todo el SV y no solo a V, por lo que tiene que ocupar la posición de especificador del SV. Sin embargo, en (b), que el adverbio aparezca delante sucede porque cuidadosamente modifica a un constituyente distinto: a Juan (el agente). El adverbio alfabéticamente modifica al objeto directo y por eso, solo puede aparecer detrás del verbo. Cuidadosamente, sin embargo, puede aparecer delante del verbo por su estrecha relación con el agente.
Ejemplo: Todos mis amigos me regalaron un libro.
La hipótesis de la flexión escindida propone que no solo existe un núcleo oracional, sino que existen dos: el tiempo y la concordancia, ya que la flexión contiene diversas informaciones muy distintas entre sí. La posibilidad de realizar esta hipótesis se muestra representando dos sintagmas: ST (Sintagma de Tiempo) y SConc (Sintagma de Concordancia).
Al haber dos núcleos, deben existir dos posiciones para el sujeto, por lo que una parte del verbo se mueve al especificador de ST, y la otra al especificador de SConc, que contiene la información del tiempo.
En (1) podemos ver la concordancia del sujeto como prueba de esta hipótesis. En (b), una parte del sujeto aparece detrás del verbo. La parte del sujeto que se mueve es el denominado cuantificador flotante, que se quedaría como especificador del ST. Por otro lado, mis amigos aparece como especificador del SConc.
En (2) encontramos la concordancia objeto. Esta oración muestra que el verbo (que en este caso es un participio) concuerda en género y número con el objeto. Esta concordancia se da gracias a la existencia de dos núcleos en lugar de uno, ya que el participio no necesita rasgos de tiempo.
Ejemplo: Ellos parecen saber la respuesta.
Estos dos verbos son muy diferentes. El contraste puede apreciarse en (1b) y (2b). El hecho de que no podamos formar (1b) se debe a que parecer es un verbo de ascenso, por lo que no delimita temáticamente el lugar de su sujeto. Este verbo, a diferencia de decir, solo selecciona un argumento proposicional, por lo que el sujeto del verbo no conjugado presente en la oración subordinada debe subir.
Por esto, (1b) no puede formarse, ya que si el verbo de la subordinada que parecer selecciona está conjugado, este puede cotejar sus rasgos de concordancia y tiempo con el sujeto, por lo que parecer no puede hacer subir al verbo.
La oración (2b) resulta gramatical ya que decir es un verbo de control y no de ascenso, es decir, selecciona dos argumentos: el sujeto (externo) y otro interno. El externo es el que permite que el sujeto tácito PRO sea recuperado en una oración subordinada de infinitivo. Parecer es un verbo de ascenso, y decir es un verbo de control de sujeto.
Ejemplo: Mis amigos desean hacerlo bien.
En el ejemplo (1), mis amigos no puede ser sujeto de la segunda oración porque no pertenece a la oración subordinada, y porque desear es un verbo de control que asigna dos papeles temáticos. También sucede con hacer, que no es un verbo de control, pero también posee un argumento externo.
Si mis amigos dejara una huella en el argumento externo de hacer, diríamos que la cabeza y la coda de la cadena representan dos papeles temáticos, uno de cada verbo, lo cual no es posible.
En (2), el elemento mis amigos sí deja huella en el argumento externo del verbo hacer, porque el verbo parecer es un verbo de ascenso, por lo que no da papel temático a su sujeto. El sujeto del infinitivo en cambio sí ocupa una posición θ, pero no recibe caso, así que se mueve a la posición θ’ como argumento externo de parecer para recibir el caso. En este caso, no se viola el criterio temático.
Nos encontramos ante tres oraciones interrogativas que nos muestran un movimiento de desplazamiento del Sintagma Qu- (SQu). Esta es una proyección que contiene un elemento qu- (en este caso, quién, un pronombre interrogativo precedido de una preposición regida por el verbo ver).
Este elemento qu- debe ascender a la posición del especificador del Sintagma Complementante (SComp) para cotejar el rasgo qu-, dejando una huella en la posición argumental del verbo ver. El movimiento que se describe es, por lo tanto, no argumental.
Las oraciones (2) y (3) nos permiten observar la recursividad del lenguaje, en la que se pueden repetir ciertas estructuras aprovechando las huellas existentes en el SComp, alejando los elementos tantas veces como el hablante precise.
Ejemplo: Juan habló.
Estos dos ejemplos no muestran el mismo tipo de inversión. En el primer caso, el sujeto puede desplazarse libremente debido a la jerarquía de la información que pretende establecer el hablante. Es decir, en la primera oración Juan se muestra como tema, mientras que en la segunda se muestra como rema para mostrar esa información como nueva. Sin embargo, eso sucede porque el verbo al que acompaña este sujeto es un verbo que rige un argumento de complemento directo.
En la segunda oración (¿Qué afirmó Juan?) la inversión se da por un movimiento no argumental del elemento qu- hasta la posición de especificador del SComp. El elemento qu- debe estar lo más cerca posible del verbo del que depende, por lo que se coloca en esa posición y produce la inversión del sujeto hacia el final de la oración.
En este caso, la inversión libre del sujeto no es lo que explica la posición del sujeto en el segundo ejemplo. Esto puede verse en otro tipo de verbos que rigen un complemento directo: ¿Qué juró Marta? frente a *¿Qué Marta juró?, que muestra que el sujeto debe ir obligatoriamente al final de la oración.
Ejemplo: Libros de caballerías.
La diferencia en la gramaticalidad de estas oraciones reside en el verbo de la oración relativa que acompaña a la palabra tema. En el primer caso, el verbo leer se trata de un verbo que rige dos argumentos (el agente/sujeto y el objeto directo, que además, semánticamente, debe ser coherente con el verbo leer).
El pronombre relativo se desplaza a la posición del SQu detrás del antecedente tema al que sustituye. En el segundo caso, el verbo de la oración relativa, quemar, no exige los libros como argumento semánticamente. Esto muestra que un argumento adjunto no puede ser extraído mediante un movimiento del SQu.
Ejemplo: Me preguntó cómo hablaba Juan.
Estas tres oraciones muestran las propiedades de la operación de movimiento. Son tres tipos de oraciones distintas: la primera, una interrogativa indirecta; la segunda, una exclamativa; y la tercera, una relativa. En ellas, el verbo que encontramos rige un argumento que puede ser una huella. Podemos apreciar cómo el elemento qu- se desplaza en ellas desde su posición primera a la de especificador del SComp.
Ejemplo: Invitar a tu casa.
Las oraciones (1a) y (2a) son posibles por el movimiento que venimos viendo, mediante el cual el SQu se mueve a las posiciones de especificador del SComp. El verbo invitar rige un argumento de persona al que sustituye el elemento qu-; y en la (2a), el elemento qu- es regido como argumento de lugar por el verbo ir.
Sin embargo, en (1b) y (2b) el Principio de Subyacencia se incumple, pues el movimiento de qu- atraviesa más de un nodo límite (o nodo barrera) en un solo movimiento. La agramaticalidad también viene dada por las características semánticas de la oración, pues el verbo ir requiere un argumento de lugar, y es incompatible con un elemento qu- que sustituya a una persona.
En estas oraciones podemos percibir ciertas propiedades de la operación de movimiento. Para empezar, en las dos primeras encontramos el Principio de Subyacencia, mediante el cual el elemento qu- atraviesa un solo nodo límite hasta la posición de especificador del SComp para cotejar sus rasgos. En la oración (2) podemos ver este principio a través de la recursividad del lenguaje, que se da gracias a las huellas que este movimiento va dejando. La agramaticalidad de (3) viene dada por el incumplimiento de este principio, ya que atraviesa dos nodos límite, impidiendo que el SQu pueda cotejar sus rasgos en la posición de especificador del SComp.
Ejemplo: Qué te han propuesto que publiques.
Existen ciertas restricciones sobre los movimientos de los sintagmas Qu-. Como ya hemos dicho, el Principio de Subyacencia propone que solo pueda atravesarse un nodo límite. Por eso, las oraciones (1a) y (1b) son gramaticales, mientras que (1c) no lo es porque se atravesaría más de un nodo límite en el movimiento de qu- hacia la posición de especificador de SComp.
En las oraciones de (2) encontramos dos elementos qu- formando parte de preguntas en las que se solicitan dos informaciones diferentes. El elemento qu- debe situarse lo más cerca posible del verbo del que depende, por eso en (2), el elemento qué queda en la posición de especificador del SComp. Si el orden fuera inverso, el Principio de Subyacencia no se cumpliría porque debería atravesar dos nodos.
En el tercer caso, el elemento qu- se encuentra referido al verbo de la oración condicional (en el ejemplo b). El elemento qu-, para hacer el movimiento para cotejar sus rasgos, debe atravesar más de un nodo límite, por lo que no puede ser gramatical.
Ejemplo: Obligó a los invitados a quitarse los zapatos.
La gramaticalidad de las oraciones que encontramos en (1) se justifica por la estructura triargumental del verbo obligar. Dentro de la oración subordinada a dejar los zapatos en la puerta, podemos ver la presencia de la forma dejar, que necesita un agente y un paciente, y que además cuenta con un adjunto locativo (Sintagma Preposicional: en la puerta).
Este adjunto se desplaza en la oración (1b) hasta la posición de especificador del SComp, cumpliendo los principios de Subyacencia y de Categoría Vacía. El primero es satisfecho a partir de las huellas intermedias que atraviesan solamente el nodo SFlex. Asimismo, las huellas se encuentran regidas desde la posición no argumental de especificador del SComp del adverbio interrogativo dónde, que funciona como antecedente.
En el segundo bloque de oraciones, vemos que (2b) viola tanto el Principio de Subyacencia como el de Categoría Vacía. Esto se da por la condición del adjunto modal de la oración subordinada Sin haberlos probado antes en el laboratorio, con respecto a la estructura argumental de autorizar como verbo principal. El verbo probar cuenta con dos adjuntos (antes y en el laboratorio). El segundo es el que en (2b) se desplaza hasta la posición de especificador del SComp como un SQu manifestado a partir del adverbio interrogativo dónde. Así pues, se infringe el Principio de Subyacencia al tener que atravesar dos SFlex la huella del elemento qu-.
La estructura informativa es la forma en la que el hablante organiza la información conocida y la información no conocida o nueva.
En español, el orden no marcado implica que la información nueva (rema/foco) se sitúa al final, y la información conocida (tema/tópico), al principio. El foco contrastivo también podría situarse a la derecha si se le añade un cambio de entonación (Ejemplo: Pedro ha comido UN HELADO).
En esta pregunta, Juan es la información conocida, por lo que no puede ser un foco contrastivo en la respuesta. Una respuesta adecuada sería: Juan ha roto el jarrón, o solamente El jarrón, que es la información requerida.
Ejemplo: El niño ha comido una manzana.
La primera oración sigue el orden gramatical establecido de sujeto, verbo y complemento directo. Sin embargo, la segunda antepone el complemento directo con una finalidad informativa: la de focalizar la información en ese elemento mediante el reajuste de orden de la oración.
