Portada » Magisterio » Caracterización y Contexto Socioeducativo de las Modalidades de Educación Secundaria en México
Durante varios años, el **INEE** (Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación) ha dado cuenta de los **resultados de aprendizaje** alcanzados por niños y jóvenes que estudian en diferentes tipos de escuela y se ha esforzado por mostrar la relación que guardan estos logros, tanto con el contexto social en el que se ubican los servicios educativos, como con algunas características de las familias de los estudiantes y de sus escuelas. El propósito central ha sido evitar lecturas simplistas de los resultados, ofreciendo información que permita hacer **juicios mesurados** respecto de las razones por las cuales unos estudiantes alcanzan mejores resultados que otros.
El Informe que ahora se presenta sobre los resultados obtenidos por estudiantes de tercero de secundaria mantiene dicho propósito, pero contiene una innovación respecto de los informes previos: en esta ocasión, se ha querido ofrecer una caracterización de las poblaciones que asisten a las distintas modalidades de educación secundaria antes de mostrar sus resultados de logro, a fin de brindar elementos para interpretarlos adecuadamente. Dicho de manera llana, se esperaría que los lectores, sabiendo cuán diferentes son los estudiantes que asisten a uno u otro tipo de servicio, estarán en posibilidad de valorar más comprehensivamente sus resultados de aprendizaje, las condiciones que se les asocian y las posibles vías de atención.2
El capítulo está organizado en cuatro apartados:
Una buena parte de los datos que se presentan en este capítulo ha sido generada por la Dirección de Indicadores Educativos del propio Instituto, a partir de las Estadísticas Continuas del Formato 911 (DGPP/SEP), del Conteo 2005 del INEGI y de las bases por localidad del Conapo. También se ha utilizado alguna información proporcionada por los estudiantes de la muestra Excale en los cuestionarios de contexto aplicados junto con las pruebas en junio de 2008.
Nota 1: Directora General Adjunta del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación.
Nota 2: En el sexto capítulo de este Informe se describirá la asociación que existe entre algunos de los datos que aquí se presentarán y los resultados de logro alcanzados por los estudiantes.
En México, la **educación secundaria es obligatoria**, se cursa después de haber concluido seis grados de primaria y es requisito para ingresar al nivel medio superior. Los egresados de primaria pueden continuar estudiando en alguna de las modalidades escolarizadas de educación secundaria (General, Para trabajadores, Técnica, Telesecundaria y Comunitaria) o bajo el sistema de Educación abierta o Para adultos.
Las opciones escolarizadas pretenden objetivos de formación comunes, pues ofrecen a sus estudiantes un mismo currículo (plan y programas de estudio nacionales propuestos por la SEP); no obstante, las modalidades guardan algunas diferencias respecto de su estructura y forma de organización. Por ejemplo, en las secundarias Generales y Técnicas cada asignatura suele ser impartida por un profesor distinto, pero en estas últimas, se acostumbra incluir materias adicionales para la **educación tecnológica**3 y se cuenta con personal dedicado a la coordinación de esas actividades. En la **Telesecundaria**, un mismo maestro es responsable de la enseñanza de todas las asignaturas de un grado; además, es común que, dado el pequeño tamaño de las escuelas de esta modalidad y la marginación de las localidades en que se ubican, se comisione a un docente para asumir la dirección escolar, lo que no suele ocurrir en otros servicios.
El sistema escolarizado de educación secundaria está conformado por 33,697 escuelas; de ellas, poco más de la mitad son Telesecundarias, aproximadamente una tercera parte pertenece a la modalidad General, 13.1% son Técnicas, 3.3% Comunitarias y aproximadamente 1% Para trabajadores. La gran mayoría de las escuelas (88%) es de financiamiento público y 12% restante de sostenimiento privado; aproximadamente todas las secundarias Privadas son de modalidad General (92.4%) y 7%, Técnicas.
En conjunto, las escuelas secundarias brindan servicio a más de seis millones de jóvenes; uno de cada dos estudiantes asiste a un plantel General, 28% a uno Técnico y la quinta parte a una Telesecundaria. La participación de las secundarias Comunitarias y Para trabajadores es muy pequeña (atienden al 0.2% y al 0.5% de la matrícula total, respectivamente). De cada cien estudiantes, 92 cursan secundaria en una escuela pública.
A partir del año que marca el inicio de la obligatoriedad de la secundaria mexicana (1993), esta ha tenido un crecimiento muy importante; desde entonces y hasta el ciclo escolar 2007-2008, su matrícula había aumentado 40.9% y el número de escuelas 62%. Como puede observarse en la Tabla IV, durante este periodo, el crecimiento de la **Telesecundaria** (en matrícula 123.3% y en escuelas 85.6%) fue considerablemente mayor que el del resto de las modalidades públicas y del control privado.
Nota 3: Lo que con frecuencia implica ampliar la jornada escolar y/o reducir un poco la duración de las clases de otras asignaturas.
Matrícula
Escuelas
*Incluye a las secundarias para trabajadores. Fuente: INEE, Estimaciones a partir de las Estadísticas Continuas del Formato 911, inicio de los ciclos escolares 1993/1994 y 2007/2008, DGPP/SEP.
Conviene hacer notar que la presencia de los distintos tipos de servicio de educación secundaria varía de manera muy importante entre las entidades federativas.4 Por ejemplo, si se analiza el tipo de sostenimiento de las escuelas (Tabla V) se verá que mientras en Oaxaca, Zacatecas, Chiapas, Guerrero y Nayarit, al menos 95% de las secundarias son financiadas con recursos públicos, en el Distrito Federal y Morelos el sector privado opera, respectivamente, 35% y 27% de las escuelas. Al interior del sostenimiento público también se observan variaciones importantes respecto de la presencia de las distintas modalidades.
Así, por ejemplo, en Zacatecas, San Luis Potosí, Guanajuato, Veracruz, Puebla, Chiapas, Hidalgo y Oaxaca, cuando menos siete de cada diez secundarias públicas son **Telesecundarias**. Por su parte, al menos la mitad de los planteles del estado de México, Nuevo León, Baja California y el Distrito Federal, pertenecen a la modalidad General. Las secundarias Comunitarias tienen ya una participación considerable en Guerrero y Campeche (10.5% y 9.8% de las escuelas públicas, respectivamente), pero no tienen presencia alguna en seis entidades federativas.5
Nota 4: Es importante que, al momento de analizar los resultados de logro por entidad federativa que se presentarán en los capítulos 2 al 5, los lectores tomen en cuenta la distinta conformación de la oferta estatal de educación secundaria.
Nota 5: Este tipo de servicio comenzó a operar hasta hace relativamente poco tiempo (agosto de 2002) bajo la responsabilidad del Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe).
(La tabla original con datos por entidad federativa se omite aquí por su extensión y complejidad de formato, pero se mantiene la referencia textual a sus hallazgos.)
Los servicios de educación secundaria presentan variaciones importantes en el tamaño de sus escuelas. La Tabla VI muestra los porcentajes de planteles de las distintas modalidades según la cantidad de estudiantes que atienden; así, por ejemplo, mientras que a siete de cada diez escuelas Generales y a tres de cada cuatro secundarias Técnicas asisten más de doscientos alumnos, 62% de las Telesecundarias y 99.6% de las secundarias Comunitarias tienen menos de 66 estudiantes. Por su parte, 68% de los colegios Privados no atiende a más de 120 alumnos.
Otra forma de ilustrar el tamaño de las escuelas e indicar, además, aspectos de su organización y estructura, es distinguiendo el número de grupos por grado. Por ejemplo, dos terceras partes de las Telesecundarias, 54% de las escuelas Privadas, 11% de los planteles Generales y 6% de las secundarias Técnicas, tienen solo un grupo por grado. Entre estas dos últimas modalidades, alrededor de la quinta parte de las escuelas opera seis grupos por grado, mientras que solo 0.04% de las Telesecundarias y ningún colegio Privado tienen semejante estructura.
(Datos de la tabla original se mantienen en el texto descriptivo anterior.)
El tamaño de las escuelas guarda relación con el tipo de localidades en las que los distintos servicios tienden a concentrar su atención. Como se muestra en la Tabla VII, dos de cada tres secundarias públicas Generales brindan servicio en **grandes centros urbanos** (mayores a 15 mil habitantes) y su presencia en comunidades rurales (menores a 2 mil 500 habitantes) es más bien limitada. Aunque las secundarias Técnicas de sostenimiento público también tienen una participación importante en las zonas urbanas, aproximadamente una cuarta parte de sus planteles se ubica en poblaciones rurales. Por su parte, 90% de las Telesecundarias y cerca de la totalidad de las secundarias Comunitarias, ofrecen servicio a jóvenes que viven en comunidades menores a 2 mil 500 habitantes. Finalmente, vale la pena comentar que, aunque las escuelas particulares no suelen ser de gran tamaño, nueve de cada diez se localizan en ciudades mayores a 15 mil habitantes6 y solo 2.9% brinda atención a poblaciones rurales.
Nota 6: Téngase presente que los planteles financiados por el sector privado suelen integrar varios niveles escolares (preescolar, primaria, secundaria e inclusive bachillerato) en un solo edificio; quizá sea por ello que tiende a pensarse que las escuelas particulares son comparativamente más grandes que muchas escuelas públicas.
Si se presta atención al **nivel de marginación**7 de las poblaciones (Tabla VIII) es posible apreciar que mientras las secundarias públicas Generales y Técnicas –más las primeras que las segundas–8 concentran su atención en localidades de baja y muy baja marginación, seis de cada diez Telesecundarias y 83% de las secundarias del Conafe prestan sus servicios en comunidades de **alta y muy alta marginación**. La presencia de escuelas particulares en este tipo de localidades es notoriamente escasa.
No debe sorprender que también sean distintas las condiciones de bienestar de los hogares de los estudiantes que cursan secundaria en uno u otro tipo de escuela.9 Nótese el marcado contraste entre los hogares de estudiantes de escuelas Privadas y los de quienes asisten a una Telesecundaria; entre los primeros, menos de 1% carece de baño, solo 7% no tiene teléfono, 8.6% automóvil y 21%, Internet. Por su parte, 7% de los hogares de los alumnos de Telesecundaria no tiene sanitario, uno de cada dos carece de teléfono, 53% de automóvil y 95% de acceso a Internet. Las características socioeconómicas de las viviendas de quienes estudian en secundarias Generales y Técnicas guardan gran similitud entre sí; a la vez, distan de mostrar condiciones tan desfavorables como las de los hogares de los estudiantes de Telesecundaria o tan favorables como las de los que asisten a la modalidad particular (Figura 1).
Nota 7: La marginación a nivel de localidad es medida por el Conapo a través de un conjunto de indicadores sociodemográficos y socioeducativos de exclusión social resumidos en un índice mediante la técnica de componentes principales. Entre esos indicadores se encuentran: población de 15 años o más analfabeta; población de 15 años o más sin primaria completa; viviendas particulares sin drenaje ni excusado; viviendas particulares sin energía eléctrica; y viviendas particulares sin refrigerador.
Nota 8: En los capítulos 2 al 5, se dará cuenta de los resultados de logro obtenidos por estudiantes de secundarias técnicas y generales ubicadas en localidades de distinto tamaño y nivel de marginación.
Nota 9: Como se ha mencionado en la introducción de este capítulo, una parte importante de la información que se reporta proviene de los cuestionarios de contexto aplicados junto con las pruebas Excale a una muestra de alumnos de tercer grado de secundaria. Para efectos prácticos, siempre que se utilice esta fuente, el término estudiantes referirá a quienes cursan el grado terminal.
(Datos de la tabla original se mantienen en el texto descriptivo anterior.)
Como se sabe, desde 1997 el **Programa Oportunidades** brinda apoyos monetarios a las familias en situación de pobreza extrema para mejorar sus condiciones de salud, alimentación y educación. La información disponible sobre la participación de las familias de los estudiantes de secundaria en este programa corrobora la caracterización que hemos mostrado hasta ahora de las poblaciones atendidas por los distintos tipos de servicio educativo: son beneficiarios de Oportunidades, tres de cada cuatro alumnos de Telesecundaria, aproximadamente 30% de las familias de estudiantes de secundarias Técnicas, la cuarta parte de las de escuelas Generales, y una proporción comparativamente muy pequeña de quienes estudian en la modalidad particular (6.6%).
Vale la pena destacar la correspondencia de estas cifras con la información que proporcionan los jóvenes cuando se les pregunta por el tipo de servicio médico al que acude su familia (Figura 2); de hecho, es razonable suponer que un porcentaje importante de estudiantes que vive en zonas rurales, no tendría acceso a servicios de salud si no fuese por su participación en el Programa Oportunidades.
El número de libros en el hogar y la escolaridad de la madre son indicadores del **capital sociocultural** de las familias y, más concretamente, del apoyo que puede brindarse en casa a los procesos de escolarización de los hijos. Como puede verse en la Tabla IX, en relación con la cantidad de libros en casa, nuevamente los estudiantes de colegios Privados y los de Telesecundaria representan los extremos: 34% de los primeros reporta tener al menos cien libros, pero uno de cada cinco de los segundos dice no tener un solo libro distinto a los textos escolares. Una vez más llamamos la atención sobre la similitud entre las secundarias Generales y Técnicas y la distancia que guardan respecto de las otras modalidades.
En la Figura 3 puede apreciarse que las proporciones de madres que no fueron a la escuela o no terminaron la primaria (9.3% y 36.6% respectivamente) son notablemente más altas entre los estudiantes de Telesecundaria; de hecho, no es descabellado suponer que una cantidad importante de estos jóvenes represente para sus familias la primera generación que ha tenido acceso a estudios formales de posprimaria. De nuevo, se registran notorias similitudes entre las poblaciones que asisten a secundarias Generales y Técnicas pero, también, contrastes importantes entre estas y las que acuden a colegios particulares: mientras que solo una séptima parte de las madres de estudiantes de escuelas públicas Generales y Técnicas cuenta con licenciatura o posgrado, una de cada dos madres de secundarias Privadas ha logrado lo anterior.
(Datos de la tabla original se mantienen en el texto descriptivo anterior.)
Hasta aquí se ha presentado información que permite caracterizar a las familias de los estudiantes según algunos rasgos de sus condiciones de vida. Enseguida se describirán otros aspectos relacionados con los antecedentes y las expectativas escolares de los jóvenes, a fin de ilustrar, por un lado, algunos elementos de la desigualdad en sus puntos de partida al ingreso a la secundaria y, por otro, algunos rasgos de sus aspiraciones futuras.
Idealmente, en México los niños deben iniciar su primaria a los seis años, promoverse de grado en grado hasta finalizar el nivel a los 11 o 12 años, e incorporarse a la secundaria un par de meses después. Cuando los jóvenes comienzan la secundaria a los 12 años, es factible suponer que han tenido una **trayectoria escolar limpia** y que no ha habido experiencias de fracaso o retraso en la educación primaria; pero si ingresan con una edad mayor, es razonable aventurar al menos cuatro razones no excluyentes entre sí:
Vistas en conjunto, las dos tablas siguientes (X y XI) muestran la asociación que guardan la **extraedad** al inicio de la secundaria y el número de grados repetidos en primaria. Nótese que tanto la extraedad como la repetición son menos comunes entre quienes asisten a colegios Privados y más frecuentes entre los estudiantes de Telesecundaria; no se pierda de vista que entre estos, una cantidad muy considerable (aproximadamente una quinta parte) declara haber tenido que recursar un grado escolar en su paso por la primaria. También en estos indicadores se confirma la semejanza entre los jóvenes de secundarias Técnicas y Generales y su posicionamiento intermedio respecto de las otras dos modalidades.
(Datos de la tabla original se mantienen en el texto descriptivo anterior.)
(Datos de la tabla original se mantienen en el texto descriptivo anterior.)
Aunque en nuestro país se cuenta con información valiosa para tipificar algo de las trayectorias escolares de niños y jóvenes (por ejemplo, la edad con la que ingresan a los distintos grados), aún no se dispone de los datos necesarios para saber, con razonable confianza, cuántos y cuáles estudiantes transitan de una modalidad educativa a otra, sobre todo cuando se trata de servicios que corresponden a distintos niveles escolares. Puesto que lo anterior favorecería, entre otras cosas, el diseño de estrategias más articuladas para prevenir y atender oportunamente el **rezago escolar**, el INEE juzgó pertinente incluir en los cuestionarios aplicados a los estudiantes de secundaria, algunas preguntas sobre la primaria de procedencia, cuyas respuestas se comparten enseguida.
No sorprende que la mayoría de quienes estudiaron en una primaria pública haya continuado su educación básica en una escuela pública, sea esta de modalidad General, Técnica o Telesecundaria. Sin embargo, llama la atención que más de una quinta parte de estudiantes de secundarias Privadas declare provenir de una primaria Pública (Tabla XII). Lo anterior podría denotar el esfuerzo económico que realizan algunas familias por proveer a sus hijos de entornos escolares más favorables conforme crecen, bajo la creencia, bastante común, de que las escuelas particulares son mejores que las públicas simplemente por el hecho de que sus estudiantes alcanzan mejores resultados de aprovechamiento.
Importa decir que esta valoración es imprecisa al menos por dos razones. En primer lugar porque ignora que, al comenzar su trayecto formativo, el punto de arranque de unos y otros no es parejo y que, las más de las veces, la población que asiste a colegios Privados lleva ventaja respecto de quienes acuden a la escuela pública. En segundo lugar, porque desconoce el efecto que tienen las condiciones familiares y sociales sobre el aprendizaje escolar. Conocer los resultados de logro de los estudiantes no es suficiente para juzgar la calidad de la escuela; hace falta conocer lo que ella misma ha hecho –la magnitud y forma en que ha contribuido– para que sus estudiantes alcancen tales resultados.
Las proporciones de alumnos que cursaron su primaria en un colegio Privado para después continuar su secundaria en una escuela pública (Telesecundaria 3.4%; General 5.6% y Técnica 6.4%) podrían reflejar en algunos casos, la dificultad de las familias para cubrir los costos más elevados que implica la educación secundaria; en otros casos, podrían ser indicadores del prestigio que tienen algunas escuelas secundarias públicas. No se pierda de vista que dichas proporciones representan cantidades de jóvenes considerablemente mayores del 23% que transitó de una primaria Pública a una secundaria Privada.
Por su parte, como puede verse en la Figura 4, nueve de cada diez alumnos de secundarias particulares y alrededor del 60% de quienes asisten a secundarias públicas Generales y Técnicas, dicen haber estudiado en una primaria urbana. Como era de esperarse dado el tipo y tamaño de comunidades que atiende la Telesecundaria, 77% de sus estudiantes manifiesta que cursó su primaria en una escuela rural.
(Datos de la tabla original se mantienen en el texto descriptivo anterior.)
Conviene señalar que la proporción de jóvenes que declara provenir de un Curso Comunitario del Conafe (3.6%) se antoja demasiado elevada, mientras el porcentaje que dijo haber egresado de una escuela Indígena (2.7%) parece muy pequeño10 y podría estar indicando una pérdida importante de estudiantes indígenas en el tránsito de la primaria a la secundaria.
Revisemos ahora la información disponible sobre los logros escolares alcanzados por los estudiantes al término de la primaria. Los resultados de los Excale de Español y Matemáticas aplicados en 2007 a una muestra nacional de alumnos de sexto grado revelan que quienes asisten a una primaria Indígena están en franca desventaja respecto de los alumnos matriculados en una escuela Pública rural; a su vez, estos tienen peores resultados que los estudiantes que están finalizando su primaria en una escuela Pública urbana. También en este indicador, los estudiantes de colegios Privados mantienen su situación de privilegio respecto de sus pares de todas las modalidades públicas (Tabla XIII).
Nota 10: Estas apreciaciones se derivan de comparar las respuestas de los cuestionarios de contexto con la información que proporciona la estadística 911 respecto de los porcentajes de participación de los distintos tipos de servicio en el egreso de primaria. Así, al término del ciclo escolar 2007-2008, las primarias indígenas contribuyeron con 5.3% del egreso total de sexto grado, mientras que los aprobados de los Cursos Comunitarios representaron solo 0.46%.
(Datos de la tabla original se mantienen en el texto descriptivo anterior.)
Según el indicador tradicional de absorción, se estima que 95 de cada cien egresados de primaria continúan su educación secundaria al siguiente ciclo escolar. Entonces, los resultados de aprendizaje de los alumnos de sexto grado y la información sobre la primaria de procedencia que recién hemos presentado, nos permiten dar buena cuenta de las brechas existentes entre los niveles de aprendizaje de los distintos grupos de estudiantes al inicio de la secundaria.11 Así, por ejemplo, quienes provengan de una primaria rural –fundamentalmente jóvenes de Telesecundaria– tendrán puntos de partida inferiores a los de sus pares que estudiaron en una primaria Pública urbana y luego continuaron su educación básica en planteles públicos de modalidad General o Técnica. Al comenzar la secundaria, el punto de arranque de los estudiantes que provienen de una primaria Privada –mayoritariamente ubicados en una secundaria también Privada– tenderá a ser marcadamente superior al del resto de sus compañeros.
Es razonable pensar que varios de los elementos que se han apuntado a lo largo de este capítulo confluyen en las expectativas que tienen los jóvenes respecto del nivel de escolaridad que quieren alcanzar. Como se muestra en la Figura 5, los estudiantes de las secundarias Generales y Técnicas vuelven a mostrar un parecido extraordinario: 3% no desea continuar estudiando, la cuarta parte aspira a terminar el bachillerato, 30% quisiera cursar una carrera universitaria y cuatro de cada diez manifiestan que les gustaría contar con estudios de posgrado. Las expectativas de los alumnos de Telesecundaria y las de los colegios Privados representan nuevamente situaciones extremas: mientras que en la Telesecundaria 15% de los jóvenes afirma que no desea continuar estudiando más allá de la secundaria y 40% espera alcanzar cuando más el nivel medio superior, 27% de los alumnos de escuelas Privadas pretende cursar una licenciatura y dos terceras partes, un posgrado.
Nota 11: Debe tenerse presente que este ejercicio es solo aproximado pues no se sabe quiénes conforman ese 5% del egreso anual de primaria que no continúa estudiando la secundaria; no obstante, es razonable suponer que los egresados con los más bajos niveles de logro tienen mayor probabilidad de abandonar su educación básica.
A través de este capítulo se ha querido mostrar cuán diferentes son los estudiantes de las distintas modalidades de secundaria en términos del contexto en el donde se ubican las escuelas a las cuales asisten, así como de algunas de sus condiciones socioeconómicas y sus antecedentes escolares. Enseguida se ofrece una síntesis de la caracterización presentada.
Las poblaciones que cursan sus estudios de secundaria en planteles públicos de modalidad General o Técnica son extraordinariamente similares en muchos aspectos. No obstante, no debe perderse de vista que, si bien las secundarias Generales y Técnicas son mayoritariamente urbanas, estas últimas tienen mayor presencia en zonas rurales y marginadas; ello probablemente explique las pequeñísimas diferencias en los indicadores socioeconómicos que se han reportado en este capítulo.
Una de cada dos escuelas secundarias del país es Telesecundaria. Los jóvenes que asisten a estas escuelas –la quinta parte de la matrícula total de secundaria– habitan generalmente en localidades pequeñas de **alta y muy alta marginación**.
Nota 12: Esta estimación no considera a los estudiantes rurales que concluyeron su primaria pero ya no continuaron estudiando (razonablemente una parte de ellos estaría representada, precisamente, por quienes tuvieron más bajos resultados de logro).
En México, 7.6% de la matrícula de secundaria asiste a una escuela de sostenimiento Privado. La enorme mayoría de estas escuelas (91%) se ubica en poblaciones mayores a los 15 mil habitantes. La presencia de colegios privados en comunidades de alta y muy alta marginación es muy escasa (1%).
El carácter **obligatorio de la educación secundaria** –vigente en nuestro país desde hace 16 años– implica, entre otras cuestiones, que todos los jóvenes tienen derecho a cursarla al concluir la primaria y a desarrollar un conjunto de aprendizajes como resultado de esos años de escolarización. Estas implicaciones de la obligatoriedad son universales, es decir, sin distingo de condiciones personales, familiares o comunitarias. En los siguientes cuatro capítulos de este Informe se dará cuenta de los logros obtenidos por los estudiantes de tercer grado de secundaria que asisten a distintos tipos de servicio; convendrá que al momento de analizarlos, el lector tenga presente la caracterización que se ha ofrecido en estas páginas.
