Portada » Historia » El Sistema Político de la Restauración Borbónica: Turnismo, Caciquismo y la Constitución de 1876
Se entiende por Restauración Borbónica el periodo histórico que comienza con la vuelta al trono de la dinastía borbónica tras el fracaso de la Primera República. Cronológicamente, abarca desde el pronunciamiento del general Martínez Campos a favor de Alfonso XII, el 29 de diciembre de 1874, hasta el golpe de Estado de Primo de Rivera en 1923. Durante esta etapa reinaron Alfonso XII y, posteriormente, Alfonso XIII.
El sistema fue ideado por Antonio Cánovas del Castillo y se fundamentaba en varios pilares clave para garantizar la estabilidad política del país.
Se estableció un sistema bipartidista en el que dos grandes formaciones, conocidas como partidos dinásticos, se alternarían pacíficamente en el gobierno:
Cánovas defendía la existencia de una ‘constitución interna’ o histórica, un conjunto de principios fundamentales y superiores a cualquier texto constitucional escrito. Estos principios indiscutibles eran:
Según esta doctrina, la monarquía y las Cortes eran instituciones preexistentes y superiores a la propia Constitución.
Promulgada en 1876, esta Constitución se caracterizó por su larga vigencia (hasta 1931) y su flexibilidad, ya que fue diseñada para ser aceptada tanto por conservadores como por liberales. Sus rasgos fundamentales eran:
Aunque el sistema de Cánovas se presentaba como una monarquía parlamentaria, en la práctica, la voluntad popular era sistemáticamente falseada para garantizar la alternancia pactada entre los dos partidos dinásticos. Este mecanismo se conoce como turnismo o turno pacífico.
El proceso no se basaba en los resultados electorales, sino que funcionaba a la inversa:
Para garantizar la victoria, se utilizaban diversas prácticas fraudulentas con la colaboración de gobernadores civiles, alcaldes y caciques:
Todo este sistema de fraude electoral era posible gracias al caciquismo, un fenómeno sociopolítico especialmente arraigado en las zonas rurales de España desde mediados del siglo XIX hasta el primer tercio del siglo XX.
Los caciques eran personas con gran poder e influencia local (terratenientes, empresarios, etc.) que controlaban la vida económica y social de su comarca. Actuaban como intermediarios entre la administración y la población, y su función en el sistema electoral era crucial: eran los encargados de asegurar los votos para el candidato designado por el Gobierno, utilizando para ello su capacidad de coacción, la promesa de favores o la manipulación directa de los comicios.
